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Alejandro Narváez / Política económica de Trump (1 de 2) 



Política económica de Donald Trump: puntos clave

 

El triunfo de Donald Trump en las recientes elecciones marca un punto de inflexión en la política económica de Estados Unidos, con impactos que probablemente se extiendan a nivel global. Durante su campaña, delineó una política económica que retomaría varios de los enfoques de su primer gobierno (2017 -2021), pero adaptada al contexto actual de la economía estadounidense e internacional. Su enfoque, basado en el proteccionismo, la reducción fiscal, y una visión particular de la política monetaria, tiene importantes implicaciones para la economía norteamericana y el resto del mundo.  Este artículo hace un breve análisis de los puntos clave de dicha política, mirando sus posibles efectos y el impacto que pueden tener tanto en el contexto interno como en la economía mundial.

 

La política fiscal

Es un pilar central en la visión económica de Donald Trump. Desde su primera administración, ha defendido la reducción de impuestos como un mecanismo clave para estimular el crecimiento económico. En su nuevo mandato, el presidente electo propone una serie de medidas fiscales que buscan revitalizar el aparato productivo de su país, reducir la dependencia de los mercados extranjeros y fortalecer la competitividad de la industria nacional. Las medidas puntuales en esta materia son:

 

a) Reducción de impuestos internos: En línea con sus políticas anteriores, Trump planea profundizar los recortes fiscales para las personas naturales y empresas. Concretamente, el Impuesto a la Renta de Sociedades bajaría del 21% actual al 15% (en su primer gobierno dicho impuesto pasó de 35% a 21%). La reducción de la carga tributaria sobre las empresas, en particular, busca incentivar la inversión en sectores clave como la manufactura y la tecnología. Trump argumenta que, al reducir la carga fiscal, las empresas estarían en una mejor posición para contratar trabajadores, expandir sus operaciones y mejorar la competitividad internacional.

 

b) Aranceles y Protección de la Industria Nacional: La rebaja de los impuestos internos se combina con la subida de impuestos externos o aranceles. Recordemos, en su primer mandato se caracterizó por aumentar los aranceles con la mala excusa de proteger a las industrias no competitivas locales. En este segundo período irá todavía más lejos, es decir, subirá más. El presidente Biden, no sólo no quitó, aumentó lo que dejo Trump. Defiende un arancel del 60% para todos los productos importados de China. Sin embargo, este tipo de medidas han sido objeto de críticas, ya que podrían desencadenar una guerra comercial de consecuencias impredecibles. Defiende además un arancel universal promedio de 20% para los productos importados de cualquier otro país. Actualmente, el promedio de ese arancel es de 1.5% (hay productos sin aranceles y otros con aranceles elevados). En resumen, habrá una bajada de impuestos internos y una fuerte subida de aranceles.

 

c) Simplificación del Código Tributario: Otro aspecto importante es la simplificación del sistema fiscal estadounidense. Trump ha planteado reducir el número de tramos fiscales y simplificar las declaraciones de impuestos, con el objetivo de facilitar el cumplimiento tributario tanto para las personas naturales como para las empresas. La idea es que un sistema tributario más simple y eficiente fomente la transparencia y reduzca los costos administrativos asociados con el cumplimiento de las obligaciones fiscales.

 

d) Implementar políticas económicas de libre mercado y reducir regulaciones. Será principalmente, en aquellos sectores que tienen alto potencial económico. Se habla de industrias como la inteligencia artificial (IA), los criptoactivos, la carrera aeroespacial, entre otras. Todo ello ayudaría a una mayor productividad del país. No ha prometido recortes significativos del gasto público (pensiones, salud, etc.).

 

El financiamiento dependerá de lo que consiga el Ministerio de Eficiencia gubernamental que estaría bajo la batuta del multimillonario Elon Musk.  El gasto corriente del presupuesto público de Estados Unidos absorbe el 15% y el 85% son transferencias.   Finalmente, mantendrá   y aumentará el déficit público y con ello la deuda pública no cesará de crecer, la cual actualmente asciende al 121% de su PBI.


 

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