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Alejandro Narváez / Minería y economía peruana (1 de 2) 

  • Foto del escritor: Alejandro Narváez
    Alejandro Narváez
  • 21 abr 2024
  • 4 Min. de lectura


La real contribución de la minería a la economía peruana

 

Según estimaciones de los Servicios Geológicos de Estados Unidos (USGS, por sus siglas en inglés), al cierre de 2023, Perú mantiene el segundo lugar en la producción de cobre y zinc a nivel mundial, tercero en plata, y el puesto 8 en oro. En reservas mineras ocupa el primer puesto en plata, segundo en cobre, tercero en oro y cuarto en zinc. El año pasado la producción de cobre y hierro alcanzó un récord histórico de 2 millones 755 mil TMF y 14 millones 081 mil TMF, respectivamente. En suma, en el ranking mundial de producción y reservas de los principales metales, el Perú sigue siendo una potencia indiscutible. Siendo así, ¿cuál es el impacto real de este enorme potencial minero en la economía del país? En este breve artículo intentaré responder a esta pregunta.

 

Exigua actividad minera

Los últimos datos oficiales revelan que al cierre del 2023 cerca del 15% del territorio nacional está concesionado a la actividad minera, lo que equivale a 19 millones de hectáreas aproximadamente. Un total de 729 unidades mineras están en actividades de explotación en una extensión de 1 millón 750 mil hectáreas, y 379 unidades mineras están buscando nuevos yacimientos (exploración) en 340 mil hectáreas.  En conjunto ambas actividades (explotación y exploración) abarcan apenas el 11% del total de la superficie concesionada (1.52% del territorio nacional).  Claramente es una cifra ínfima comparado con la vasta extensión concesionada al negocio minero.

 

La actividad minera en el Perú data desde los tiempos de la Cultura Pre-inca (900 a 500 a. C.). Sin embargo, apenas hemos arañado la superficie de nuestro territorio, en busca de minerales que queremos producir. Cuanto más exploramos y más profundizamos, más recurso encontramos.  Por tanto, la creencia de que los recursos naturales son escasos y finitos es una interpretación errónea de la naturaleza de la escasez, concepto clave en el que se basa la economía. La cantidad absoluta de materias primas o recursos naturales presentes en la tierra es inmensa como para que los seres humanos lleguemos siquiera a calcularla o comprenderla.  El economista Julian Simon (1981), en su magistral obra, The Ultimate Resource, explica   que el único recurso limitado, y de hecho lo único a lo que resulta valido aplicar el término “recurso”, es el tiempo humano. Cada persona tiene un tiempo limitado en la tierra, y ésta constituye la única escasez a la que nos enfrentamos como individuos.

 

Durante el periodo 2014 -2023 el sector invirtió 52,800 millones de dólares, un promedio de 5,280 millones anuales. Por otro lado, se exportaron minerales valorizados en 42 mil millones de dólares en un solo año, me refiero al 2023. La escasa actividad minera antes señalada, podría deberse a la poca inversión en el sector a pesar de una serie de beneficios tributarios de la que goza.  La propia legislación minera actual, ya desfasada, es una barrera de entrada de nuevos actores al sector. Los conflictos socioambientales ligados principalmente a la actividad minera, etc. serian algunas causas.

 

Contribución a la economía

Es recurrente escuchar acerca de la importante contribución de la minería al producto bruto interno (PBI) del país. Efectivamente, en los últimos 10 años (2014 -2023), la participación del sector en el PBI peruano ha sido en promedio el 8.85% anual.   Por tanto, es uno de los principales pilares de la economía nacional. No obstante, cabe advertir que el PBI no es un indicador de desarrollo de un país, tampoco es un medidor del nivel de bienestar social de la gente como expresión de su calidad de vida.  Tampoco mide las externalidades tanto negativas como positivas que produce la economía. Las políticas económicas están centradas en fomentar el crecimiento económico medido por el PBI, mas no, en la redistribución de la renta creada en un país.

 

Por otro lado, la minería formal, es una fuente importante de generación de empleo en el país. Esto se debe no solo a la calidad del empleo que genera directamente, sino y, sobre todo, al empleo creado a través de los encadenamientos con otras actividades económicas o terceros. Así, el sector se caracteriza por ser principalmente de empleo formal y altos niveles de productividad, dado el uso de tecnología y equipamiento para el desarrollo de sus operaciones.

 

Según los datos del MINEM, durante los últimos 10 años la minería ha empleado a nivel nacional de forma directa a 74,683 trabajadores en promedio al año y mediante terceros o contratistas 120,652 trabajadores. Estas cifras en conjunto representan sólo el 1.32% de la PEA nacional ocupada al cierre del ejercicio 2023. En el 2019 (antes de la pandemia) la minería formal generaba 85,488 empleos directos y en el 2023 esta cifra había caído a 68,393 trabajadores. En cambio, el empleo vía terceros (indirecto) se había disparado de 104,650 en 2019 a 145,229 puestos en el 2023.  Estas cifras revelan claramente que el sector no es intensivo en creación de empleo en el Perú y está muy lejos de otros sectores. 


 

 
 
 

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