La minería es un sector cuya demanda final proviene principalmente del mercado externo, es decir, sus ingresos son generados por las ventas fuera del país. También es verdad, que una pequeña fracción de la producción minera es destinada a la industria local. La evolución de las exportaciones se explica principalmente por las fluctuaciones de los precios internacionales y esto a su vez, tiene que ver con los ciclos económicos que se dan en los países demandantes de nuestros commodities. En cifras, del total de las exportaciones peruanas en el periodo 2014 -2023, el 58.96% en promedio, son mineras (metálicas). Las exportaciones en el 2021 han sido prácticamente el doble del 2020 (año de la pandemia), que compenso con creces la ligera caída de las ventas de ese año fatídico. Es de reconocer que el superávit de la balanza comercial que exhibe el país, es gracias a este sector económico.
Real aporte a las finanzas públicas
Es indiscutible que la actividad minera contribuye de manera importante a los ingresos del Estado peruano a través de diferentes conceptos, tanto tributarios como no tributarios. Al igual que los demás sectores formales de la economía, las empresas mineras pagan el Impuesto a la Renta (IR), bajo las mismas reglas que se aplican a empresas de todas las actividades económicas. Por otro lado, el negocio minero es gravado con contribuciones adicionales, tales como Regalías Mineras (RM), el Impuesto Especial a la Minería (IEM) y el Gravamen Especial a la Minería (GEM) debido a que pertenece a un sector que extrae recursos no renovables.
En el Perú, como en cualquier parte del mundo, la carga tributaria del Estado sobre los agentes económicos (familias y empresas) se sustenta principalmente en dos tributos: el Impuesto General a la Ventas (IGV), conocido como impuesto indirecto, y el Impuesto a la Renta (impuesto directo). La Ley vigente del IGV, afecta la comercialización de bienes y servicios en el territorio nacional, en cambio las exportaciones (ventas al exterior) no están afectas a dicho impuesto, por tanto, el IGV pagado por los exportadores cuando compran bienes o servicios en el país, se les reconoce como un saldo a favor del exportador (SFE). En el caso de las empresas mineras, al vender al exterior sin el pago de IGV se interrumpe la cadena débito-crédito fiscal. La legislación tributaria permite que las empresas mineras utilicen los SFE contra el pago del Impuesto a la Renta y/o solicitar su devolución.
En la práctica, se ha visto que cuando las empresas incrementan sus utilidades y como consecuencia aumenta el Impuesto a la Renta a pagar, aplican los SFE contra el pago de este impuesto, con lo cual se reduce el Impuesto a la Renta efectivamente pagado al Estado y también disminuye el monto devuelto. Pero cuando las utilidades disminuyen y baja el Impuesto a la Renta a pagar, las mineras optan por pedir que se les devuelva el SFE.
A lo largo de los últimos 10 años, los montos de las devoluciones tributarias a las empresas mineras han sido cuantiosas. En el periodo 2014 -2023, el Estado recaudó 114 mil 989 millones de soles y fueron devueltos a las empresas 45 mil 760 millones de (39.79%). Por ejemplo, en el último año (véase Cuadro 1) el Estado recaudó 14 mil 645 millones, sin embargo, devolvió 5 mil 967 millones, es decir el equivalente al 40.74% del total recaudado. En el 2016, el Estado recaudó menos de lo que había devuelto (se recaudó 5 mil 134 millones de soles y se devolvió 5 mil 889 millones).
La principal fuente de financiamiento del presupuesto público son los recursos ordinarios (impuestos directos e indirectos). El presupuesto de 2023 fue de 215 mil millones de soles y la contribución real del sector minero al financiamiento de dicho presupuesto, fue apenas de 4.08%, en un año donde hubo récord histórico de exportaciones de cobre y zinc y de buenos precios. Paradójicamente, también fue un año de caída récord de recaudación tributaria en 12% que provocó un déficit fiscal de 2.8% del PBI. ¿cómo se explica eso?
Dos apuntes finales
El Perú es una potencia mundial en producción y reservas mineras, polimetálico y con una ventaja comparativa envidiable. Sin embargo, si comparamos ese Perú minero, con los indicadores sociales (pobreza, hambre, desigualdad, desempleo) que exhibe, estamos ante una autentica paradoja: “un país rico, lleno de pobres”. La pregunta es ¿Cómo un país bendecido, un país rico, puede tener dolorosas brechas socioeconómicas?
Los bajos niveles de recaudación tributaria que enfrenta el país tiene sus causas y son: 1) El nivel de las tasas impositivas, 2) Las exoneraciones, los beneficios tributarios y deducciones que gozan las empresas de las industrias extractivas, 3) Los regímenes especiales, y 4) las depreciaciones aceleradas (válido en tiempos de alta inflación). Por lo tanto, revisar estas causas, corregir sus defectos, son puntos de la agenda pendientes de la nueva política tributaria que necesita el país.
Comentarios