La morosidad en el sistema financiero peruano se dispara por el aumento de impagos
Implicaciones y reflexiones
El aumento de la morosidad en el SFP al 1S24 plantea varias preocupaciones tanto para las entidades financieras como para los reguladores (SBS y el BCRP). Un incremento sostenido en la morosidad puede llevar a una espiral negativa, donde las entidades financieras se vean obligadas a endurecer sus políticas de crédito, restringiendo el acceso al financiamiento en momentos críticos para la economía.
Por otro lado, en este escenario de aumento de impagos de sus deudores, dichas entidades vienen asumiendo mayores provisiones voluntarias. Sin embargo, este recurso tiene un efecto perverso. Dado que las provisiones se registran como gastos tiene un impacto directo en los resultados de las entidades financieras, es decir, reduce sus utilidades y como consecuencia genera menos reparto de utilidades a sus trabajadores, pagan mismo impuesto a la renta y menos dividendos para los accionistas.
Finalmente, la situación en las cajas rurales es particularmente crítica, dado que estas instituciones suelen ser fundamentales para la inclusión financiera en zonas rurales y menos desarrolladas del país. Una morosidad tan elevada revela que los préstamos a las microempresas y la agricultura familiar, principalmente, que dependen en gran medida de estas cajas, están en alto riesgo. Entre tanto, la Banca Múltiple, a pesar de su solidez relativa, no está exenta de desafíos. La creciente morosidad en créditos a medianas y pequeñas empresas podría reflejar un sector empresarial que lucha por sobrevivir en un entorno económico que no ha logrado recuperarse completamente de los impactos de la pandemia y la recesión económica de 2023.
¿Qué hacer?
He aquí algunas estrategias para enfrentar la avalancha de impagos:
1. Revisar las Políticas de Crédito: Las instituciones financieras deben realizar una revisión exhaustiva de sus políticas de crédito, enfocándose en el análisis del perfil de riesgo de los prestatarios. Esto incluye la adopción de tecnologías de análisis predictivo que permitan anticipar el comportamiento de la cartera de créditos y ajustar las condiciones de préstamo en consecuencia.
2. Fortalecer la Supervisión Financiera: La SBS debe reforzar sus mecanismos de supervisión, especialmente en las instituciones con tasas de morosidad más altas. Esto podría incluir auditorías más frecuentes y detalladas, así como la imposición de planes de acción correctiva para los prestamistas que no cumplan con los estándares de riesgo establecidos. Además, el ente regulador debe promover soluciones de reestructuración de deuda que permitan a los deudores cumplir con sus obligaciones para evitar impagos y la quiebra final.
3. Desarrollar Productos Financieros a Medida: Es crucial que las instituciones financieras desarrollen productos adaptados a las necesidades específicas de los sectores más vulnerables, como las pequeñas empresas, microempresas, los emprendedores rurales y la agricultura familiar. Esto podría incluir la oferta de líneas de crédito más flexibles, con periodos de gracia más largos, tasas de interés ajustadas a la capacidad de pago y exoneraciones tributarias para estos segmentos.
4. Educación Financiera y Apoyo a los Deudores: Un aumento en la morosidad también puede estar relacionado con la falta de educación financiera de los deudores. Las instituciones financieras deben invertir en programas de educación que ayuden a los clientes a entender mejor cómo gestionar sus deudas y a tomar decisiones financieras más informadas.
5. Promoción de la Inclusión Financiera Responsable: La expansión de la inclusión financiera debe ir acompañada de políticas que aseguren que los nuevos usuarios del sistema financiero no sean llevados a una trampa de deuda. Es fundamental que se ofrezcan productos financieros que sean accesibles pero que también promuevan la sostenibilidad financiera de los prestatarios a largo plazo.
Algunas conclusiones
El alarmante aumento de la morosidad en el SFP como efecto de los continuos errores en materia de política económica y unos intereses de usura vigentes, por un lado y por otro, es un severo llamado de atención tanto para las instituciones financieras como para los entes reguladores. La capacidad de respuesta a este desafío determinará en gran medida la estabilidad y el crecimiento futuro del sistema financiero del país.
Es imperativo que se tomen medidas proactivas para mitigar los riesgos asociados con el aumento de la morosidad y que se promueva una cultura de gestión financiera responsable tanto a nivel institucional como individual. Solo así se podrá garantizar que el sistema financiero sea un pilar básico para el desarrollo económico y social del país.
La adopción de nuevas tecnologías, como el análisis de big data y la inteligencia artificial, podría jugar un papel crucial en la transformación de las estrategias de gestión de riesgos. Estas tecnologías permitirían a las instituciones financieras no sólo prever el comportamiento de la morosidad con mayor precisión, sino también diseñar productos financieros más personalizados y acceso a seguros adecuados a las necesidades de las diferentes realidades económicas (260824).
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