El país atrapado en una dura recesión económica y los bancos con superganancias: ¿cómo se explica?
El negocio de los bancos
El negocio de un banco es muy simple. Cobran, por prestar dinero, más de lo que pagan cuando son ellos, los bancos, quienes piden prestado. Si vuelve a leer esta frase se dará cuenta de que el negocio es redondo y perverso. Si usted pide prestado, ha de pagar dos al banco, pero cuando usted le preste al banco, éste le pagará uno. Es así de sencillo y a esta diferencia se le conoce como margen de intermediación o spread bancario.
¿Por qué el dueño del dinero debe recibir menos que el banco que se ocupa sólo de pasar de una mano a otra? Las respuestas que le dará el funcionario del banco son: por ganarse la confianza de los ahorradores y por “guardar” tu dinero. También le dirán, somos quienes canalizamos el ahorro de unos y lo convertimos en inversión de otros. Y por ello cobramos lo que cobramos. Eso dicen. ¿todo eso justifica las tasas usureras que cobran los bancos? Por supuesto, que no. Entonces ¿para qué sirve la tasa referencial que fija el BCR? Sólo para operaciones entre bancos. Los intereses que cobran los bancos por los préstamos a terceros (hogares o empresas) y la tasa de interés que pagan a los ahorristas o depositantes, son fijadas libremente por el propio banco prestamista.
La tasa efectiva anual (TEA) actual de Mibanco (banca especializada en microfinanzas) de un préstamo para consumo personal fluctúa entre 43.58% y 101.8% anual y para un negocio (capital de trabajo) dicha tasa está entre 25.05% y 101.86% (véase el tarifario del banco), por citar un ejemplo. Claramente, la brecha entre la tasa referencial del BCR (actual 7%) y las tasas de las entidades financieras es brutal. ¿Cómo podríamos llamar a esta anomalía financiera?: Usura. Ya decía el filósofo griego Aristóteles, “de todas las formas de comercio, la usura es la más depravada y la más odiosa”. De manera que el grueso de las ganancias bancarias tiene su origen en las tasas usureras que manejan los bancos a su libre albedrío.
Apuntes finales
La palanca de los extraordinarios resultados de la banca peruana al 3T23, ha sido en buena medida gracias a la dura política monetaria del BCR. Por otro lado, si bien, la brecha entre la tasa activa y la tasa pasiva, es históricamente muy grande en el Perú, las últimas medidas del banco emisor ha ensanchado aún más esa brecha en favor de los bancos.
Es crucial poner en debate la necesidad de un “Código de Buenas Prácticas” en la banca, fundamentalmente, orientado a sus clientes. Los bancos tienen que involucrarse con aquellos prestatarios que tienen dificultades para hacer frente a sus obligaciones financieras, con medidas de apoyo concretas a los más vulnerables las cuales ayudarían a frenar la quiebra de familias y empresas. La democracia es también redistribución de la riqueza. Cuando ésta se concentra en pocas manos, la democracia está en peligro.
Finalmente, es muy difícil encontrar en otros países, bancos con los niveles de rentabilidad excepcionalmente altos como los que exhiben los bancos peruanos. Abrir el camino para un debate acerca de la necesidad de un impuesto extraordinario a esas ganancias “caídas del cielo”, como dicen en Europa, es oportuno. No es una propuesta nueva, ni mucho menos. Hay suficientes lecciones en otros países y en el Perú se justifica plenamente.
Referencia:
El autor es profesor principal de Economía Financiera en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y director del Instituto Internacional de Economía y Empresa.
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