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Alfonso Velásquez / Vivienda Social Urgente 



Programa Masivo de Viviendas Sociales para el Sector D y E en Lima: Una Urgente Necesidad

 

En Lima, la ciudad capital de nuestro país, la realidad urbana presenta desafíos significativos en términos de vivienda para una gran parte de su población. Un estudio realizado por la Pontificia Universidad Católica del Perú en el año 2016. ya señalaba que aproximadamente el 30% de la población de Lima Metropolitana reside en las laderas de los cerros, lo que equivale a alrededor de 2.8 millones de personas. Este hecho evidencia una situación crítica en cuanto a la disponibilidad de viviendas dignas y adecuadas para una gran parte de la población de la ciudad.

 

Además, la situación se agrava por la falta de acceso a servicios básicos como agua potable, saneamiento y electricidad en muchas de estas viviendas. Según datos del MVCS, aproximadamente el 40% de las viviendas en las laderas de los cerros de Lima no cuentan con acceso adecuado a servicios básicos, lo que contribuye a condiciones de vida aún más precarias y dificulta el desarrollo humano y social de estas comunidades.

 

En términos de riesgos naturales, las comunidades ubicadas en las laderas de los cerros de Lima enfrentan una mayor vulnerabilidad ante desastres como los sismos y deslizamientos de tierra. Según el Instituto Geofísico del Perú (IGP), estas áreas son altamente propensas a movimientos sísmicos debido a su ubicación geográfica y a la falta de medidas adecuadas de prevención y mitigación de riesgos. Además, la deforestación y la erosión del suelo en estas áreas aumentan el riesgo de deslizamientos de tierra durante las épocas de lluvia, poniendo en peligro la vida y la seguridad de los habitantes.

 

Las viviendas construidas en las laderas de los cerros de Lima enfrentan una serie de problemas estructurales y de calidad. La falta de planificación adecuada y el uso de materiales de construcción deficientes contribuyen al hacinamiento, la precariedad y la vulnerabilidad ante desastres naturales como los terremotos. Además, la autoconstrucción, común entre los habitantes de estas áreas, a menudo se realiza sin los conocimientos técnicos necesarios, lo que resulta en edificaciones de baja calidad y poco seguras.

 

Ahora bien, es evidente que la vivienda social en el Perú ha sido ampliamente apropiada por el sector privado, lo que ha llevado a la estandarización y masificación de viviendas dirigidas principalmente a sectores de ingresos medios y altos. Esta situación deja desatendidos a los sectores más vulnerables de la población, que no pueden acceder a viviendas adecuadas debido a sus limitados recursos económicos.

 

En contraste con la realidad precaria de las viviendas en las laderas de los cerros de Lima, existen ejemplos internacionales de proyectos de vivienda social en áreas similares que han demostrado ser exitosos y a bajo costo. Estos proyectos han logrado combinar la habitabilidad con un diseño arquitectónico adecuado que tiene en cuenta las condiciones particulares del entorno. Sin embargo, en el Perú, aún no se ha desarrollado un enfoque integral para abordar este problema y proporcionar soluciones efectivas a largo plazo.

 

Ante esta realidad, se hace necesaria la implementación de un programa masivo de viviendas sociales dirigido específicamente a los sectores D y E de la población, cuyos ingresos son menores y que actualmente enfrentan mayores dificultades para acceder a una vivienda digna. Este programa debería ofrecer viviendas asequibles, con costos inferiores a S/. 10,000 soles, y garantizar estándares mínimos de habitabilidad y calidad de construcción.

 

Por ejemplo, uno de los distritos que enfrenta este desafío de manera especialmente acuciante es Independencia, donde se proyecta y se constata una alta ocupación territorial con un gran número de viviendas precarias y autoconstruidas. Esta situación no solo representa un problema en términos de habitabilidad y calidad de vida para sus habitantes, sino que también plantea desafíos importantes en cuanto a la planificación urbana y arquitectónica en las áreas de ladera. Sin embargo, hace algunos años fui testigo de cómo una organización no gubernamental pudo construir a manera de piloto en un AAHH de dicha localidad, viviendas con los requerimientos mínimos de edificación que no llegaban a costar más de S/. 7,000 soles y fueron muy bien recibidas por la población.



Propuesta de solución

Ante la complejidad de la situación descrita, es necesario implementar una propuesta integral que aborde los diversos aspectos relacionados con la problemática de la vivienda en las laderas de los cerros de Lima. Esta propuesta se fundamenta en la necesidad de proporcionar viviendas dignas y seguras a las comunidades más vulnerables, promoviendo al mismo tiempo un desarrollo urbano sostenible y equitativo.

 

En primer lugar, se propone la creación de un programa masivo de viviendas sociales dirigido específicamente a los sectores D y E de la población, cuyos ingresos mensuales son menores a cierto umbral establecido. Este programa contemplaría la construcción de viviendas a un costo accesible, no superior a los 10,000 soles, con el objetivo de brindar una solución habitacional asequible a las familias de bajos recursos que residen en las laderas de los cerros.

 

Estas viviendas estarían diseñadas siguiendo estándares de calidad y seguridad, asegurando condiciones mínimas de habitabilidad y resistencia ante eventos sísmicos y otros riesgos naturales.

 

Para ello se propone la implementación de un modelo de financiamiento mixto que involucre tanto recursos públicos como privados. Por un lado, el Estado podría destinar fondos para la construcción de viviendas sociales a través de programas como "Mi Vivienda" y el RM 182-2021, que otorgan bonos familiares para sectores de bajos recursos. Estos fondos, multiplicarían su impacto pues con los mismos recursos que hoy se financia una sola vivienda, podría financiar hasta 4 viviendas de menor costo para la población objetivo de la propuesta.

 

Asimismo, estas inversiones podrían ser complementados con inversiones privadas, incentivando la participación del sector empresarial en la ejecución de proyectos de vivienda social.

 

Para garantizar la viabilidad y el éxito de esta propuesta, es fundamental establecer alianzas estratégicas con diversos actores, incluyendo instituciones gubernamentales, organizaciones no gubernamentales, empresas del sector privado y la propia comunidad.

 

Estas alianzas permitirían aprovechar los recursos y conocimientos disponibles en cada sector, promoviendo una gestión participativa y colaborativa de los proyectos de vivienda social.

 

Además, se requeriría la implementación de medidas complementarias para mejorar las condiciones de vida de las comunidades afectadas. Esto podría incluir la provisión de servicios básicos como agua potable, saneamiento y electricidad, así como la implementación de programas de capacitación y asistencia técnica para fortalecer las capacidades de los habitantes en áreas como construcción, gestión comunitaria y prevención de riesgos.

 

En conclusión, implementar un programa masivo de viviendas sociales en las laderas de los cerros de Lima representaría una oportunidad única para abordar de manera integral y sostenible el problema de la vivienda en estas áreas. Mediante la colaboración entre el Estado, el sector privado y la comunidad, es posible transformar la realidad de miles de familias, brindándoles un hogar digno y seguro que les permita mejorar su calidad de vida y construir un futuro más prometedor.


 

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