Rearmar la primera línea y seguir el ejemplo de Ugarte
Si no recuperamos la primera línea de enfrentamiento al Covid-19 y nos parapetamos en los hospitales, nos va a diezmar. Asumamos que la economía vuelve. Más allá de cuadriculas gubernamentales bien intencionadas y lo mejor pensadas posible[1], vuelve de manera imparable, sin corsé de fases. Y que la cuarentena no se acatará porque es imposible seguirla. Este es el contexto del tema de este artículo. ¿Cuál es la estrategia sanitaria en un escenario de alta movilidad y contacto social que incrementará la velocidad del contagio?
Un reciente trabajo sobre la estrategia de enfrentamiento al Covid-19 publicado en The Lancet señala “...los países deben dejar que la gente siga con sus vidas: trabajar, ganar dinero y poner comida en la mesa. Dejar que los comerciantes abran y vendan sus productos y proporcionar servicios... Permitir que los agricultores cosechen sus cosechas y las transporten para que se vendan en el mercado abierto. Permitir a los trabajadores de salud hacer su trabajo diario como antes, con precauciones razonables como el uso de guantes y máscaras para minimizar el riesgo de exposición al virus. Y permitir que el ciudadano promedio viaje libremente con restricciones solo aplicadas a grupos donde los bloqueos son necesarios. Los medios de vida son un imperativo para salvar vidas”[2].
La OMS ha dejado ver en su “Actualización de la Estrategia frente al Covid-19” que en situaciones de bajos ingresos¨[3] donde el distanciamiento físico y las restricciones de movimiento son estructuralmente más difíciles de sostener en el tiempo debe sopesarse las posibilidades de las personas de satisfacer sus necesidades básicas de alimentación y protección al momento de definir la política pública. Sin medianías, la mayoría en el Perú ya sopesó.
¿Cuál debe ser nuestra estrategia? Fortalecer la Atención Primaria de la Salud (APS), para la identificación de casos con test y/o diagnóstico sindrómico (diagnóstico clínico basado en la constelación de síntomas y signos que son un sello distintivo de infección[4]), el seguimiento de contactos y su aislamiento, el aislamiento de los casos confirmados, y el manejo precoz de casos leves y moderados.
Las medidas de la estrategia APS a implementar, no a versar, las podemos resumir en:
Masificar los centros de aislamiento de positivos, asintomáticos, leves y moderados, en coliseos, estadios y grandes unidades escolares.
Masificar los centros de aislamiento de contactos de personas contagiadas en cuarentenarios comunitarios y públicos.
Priorizar a los más vulnerables desde el punto de vista sanitario. A los que padecen enfermedades cardiovasculares, cáncer, diabetes y enfermedades respiratorias crónicas, y a los longevos buscando su aislamiento y atención domiciliaria.
Mantener la cuarentena de las poblaciones más vulnerables entre las vulnerables, en tanto las actividades económicas que permiten su subsistencia vuelvan a dinamizarse, proporcionando condiciones para un confinamiento digno: (i) Agua, (ii) Alimentos, y (iii) Suministros como fósforos y sal, sobre todo para comunidades amazónicas.
Para el sector formal disponer alternancia de asistencia de los trabajadores. Particularmente, entre el millón y medio de trabajadores públicos, disponer alternancia que permita sólo tener un tercio de éstos circulando por día, y promover el trabajo remoto en la mayor cantidad posible de áreas, tanto en el sector público como privado.
Incrementar de manera sustantiva los recursos para estrategias de comunicación social, lo que hasta el momento ha sido una de las áreas más descuidadas a nivel estatal. Enfatizar: práctica de lavado y desinfección de manos, uso masivo y correcto de mascarillas, y distanciamiento físico.
Ser draconianos con la prohibición de actividades de concentración masiva.
Fortalecer la organización y los cuidados para cortar los contagios en mercados.
Poner como indicador del reporte presidencial el número de positivos aislados en espacios acondicionados por el sector público o la comunidad, recordando que el objetivo no es medir, sino cortar la transmisión y eso se logra siguiendo a los contactos y aislando a los positivos.
Más que palabras, instructivos o protocolos las regiones como Loreto, Piura y Lambayeque necesitan de la Autoridad Sanitaria Nacional contingentes de profesionales de la salud, no 5 ni 20, sino cientos hoy disponibles y subutilizados, no en 3 días de una comisión de servicio, sino durante toda la duración de la pandemia en cohortes que se renueven periódicamente para refrescarlos. Equipos de protección personal, equipamiento para cuarentenarios e instalaciones para contagiados asintomáticos y leves. Las funciones rectoras, sobre todo en un sistema descentralizado, son: (i) Conducción/liderazgo, (ii) Regulación y fiscalización, (iii) Modulación de la prestación, (iv) Modulación del financiamiento, y en caso de falla u omisión subnacional, riesgo o desastre que desborde la capacidad de los gobiernos regionales y locales, AUXILIO o SOCORRO.
Ugarte en Loreto.
El Dr. Oscar Ugarte, Gerente de Operaciones de Essalud, ha viajado por 15 días a Loreto comandando un contingente de 200 profesionales para armar la primera línea de atención, evitar que los pacientes Covid-19 terminen hacinados en los hospitales y animar a sus colegas a mantener la guardia. El ejemplo de Ugarte es como la consagración de Bolognesi o de Grau, con un poco de su locura. El pecho donde otros arrugan, la autoridad de la entereza y el compromiso, los pies plantados en la primera línea de las regiones. Donde otros ponen palabras y PowerPoint, Ugarte pone sus 75 años en el frente escarlata, dando la mano de auxilio a los que están sobrepasados. Tal vez, Ugarte, al final de uno de sus largos días loretanos, en la soledad de su habitación, agotado se quite los zapatos, repasando en silencio los versos de Vallejo:
“En suma, no poseo para expresar mi vida, sino mi muerte.
Y, después de todo, al cabo de la escalonada naturaleza y del gorrión en bloque, me duermo, mano a mano con mi sombra.
Y, al descender del acto venerable y del otro gemido, me reposo pensando en la marcha impertérrita del tiempo...”[5]
No quedan más palabras, sólo los pasos ejemplares del maestro, no la perfección sino la entrega.
1 Decreto Supremo N° 080-2020-PCM que aprueba la reanudación de acómicas en forma gradual y progresiva. 2 Has COVID-19 subverted global health? https://www.thelancet.com/action/showPdf?pii=S0140-6736%2820%2931089-8 3 Más del 70% de nuestra PEA es informal y ha perdido los ingresos al dejar de trabajar. 4 Has COVID-19 subverted global health? 5 En suma, no poseo para expresar mi vida, sino mi muerte. 1937.