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César Ferradas / De El Ladrillo al “Punto.com” (1 de 2)


Muchas organizaciones, tanto mundiales como nacionales, están usando las nuevas tecnologías de la información-comunicación de la era digital, para seguir haciendo más-de-lo-mismo y muchas veces peor; es decir, que están poniendo en vigencia el antiguo adagio GIGO (Garbage In Garbage Out) Si entra basura sale basura.


Obtenemos peores resultados no sólo porque imitamos lo que venimos haciendo tradicionalmente, con mayor velocidad y riesgo; sino también porque desperdiciamos las verdaderas ventajas que éstas nuevas tecnologías nos pone al alcance de la mano. Frente a nuestra propia nariz se despliega un abanico de oportunidades que por la “ceguera empresarial” referida por Drucker, no somos capaces de percibir.


Si adicionamos -a esta ausencia de visión- la influencia gravitante de los ejecutivos de línea, típicamente “Normotipos” -acostumbrados a seguir las viejas reglas y reglamentos- frente a las desesperadas señales de alerta que vienen haciendo los “Creativirósicos” normalmente sin poder formal y relegados a segundo o terceros planos; o tildados como “conflictivos” porque no se acomodan al “status quo”, la empresa cae en la apatía empresarial. Apatía que relega y desplaza la imaginación creativa, base de toda fuente de innovación, y que origina la desaparición de las verdaderas ventajas competitivas de la organización.


Claro que siempre es mas fácil hacerlo del mismo modo tradicional, sobre todo si nos dió éxito en el pasado; sin recordar el consejo de Einsten, quien hace más de medio siglo enfatizó que “la incompetencia empieza cuando para resolver los problemas de hoy, usamos las técnicas de ayer.”


Y cuando esto sucede -y ocurre más a menudo de lo que nos damos o queremos darnos cuenta- los tan mentados CSF (Critical Success Factors) Factores Críticos de Éxito (FCE) se convierten rápidamente y sin poder evitarlo en los FCF, es decir, en Factores Contundentes de Fracaso.


Las diferencias entre las típicas empresas “ladrillo” (Bricks) y las nuevas denominadas “punto com” (dot com) surgidas de la nueva economía digital, ya no es sólo su falta de visión y perspectiva de un mundo diferente, sino también la falta de perspicacia para darse cuenta que “su negocio” ya no es el mismo. Que no basta agregarle el “punto.com” a su marca para estar en la “nueva onda tech” si no que es necesario “repensar” totalmente “el negocio”.


Ejemplos mundiales de disociación (por no llamarle fracaso) es citar el caso de Walmart empresa número uno en ingresos (revenues) en el ranking mundial (Fortune 5000, Forbes, etc.) y su correlato cibernético de www.walmart.com que no alcanza ni la milésima parte del éxito de su matriz. Es probable que la temprana desaparición de su fundador y “creativirósico” líder Sam Walton en 1992, tenga mucho que ver en este asunto.


Casos relevantes, entre otros, son la compañía de aviación norteamericana People Express –la cual después de un éxito impresionante en el primer lustro de los 80 fue destrozada, por su propio “normotipo” CEO al pelearse con su “creativirósico” impulsor y creador. El ocaso de líderes libreros como Barness & Noble y Borders, arrasados por Amazon.com en el negocio editorial, por ejemplo.



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