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  • Foto del escritorAnálisis Efectivo

Carlos Adrianzen / Reventándola de nuevo

(pero esta vez llueve sobre el barro)


En estas horas se espera un súbito mensaje presidencial. Se teme que volvamos a un régimen de cuarentena medioeval, como el que aplicó Vizcarra y que –sugestiva y sospechosamente- plantea el Colegio Médico.


Recordémoslo. Una cuarentena exitosa no es un ejercicio retórico, ni una bravuconada. Requiere de logística (recursos y capacidades).


Sin ellas, aglutinar a las personas en sus casas –luego del desorden sanitario de los últimos días- implica a apostar por una ulterior inmunización de rebaño (si tal fenómeno existe); y un registro adicional de miles de fallecidos en ausencia de atención en primera línea, de soporte médico covid-19 y stocks oportunos de vacunación.


A la fecha, una recesión que puede caer debajo del -15% del PBI habría disparado en forma indeterminada el tamaño de la economía informal y elevado la tasa de incidencia de pobreza en un porcentaje cercano.


Lo anteriormente señalado implicaría –económicamente- que un regreso a una cuarentena descapitalizada sería un gran error. Involucraría tirar la toalla en términos de una reactivación inteligente; y en modo tácito, encaminará a la sociedad peruana a una recesión de actividades formales prolongada.

Recesión que, al retroalimentar los contagios (en tiempos donde el ejecutivo habría avasallado el comando policial) complica -también sugestivamente- el proceso electoral en marcha.


Notemos acá que últimamente habríamos importado miles de cubanos y venezolanos.


Dios quiera que Sagasti entienda que llegó al poder rodeado de los mismos que rodearon a Humala y Vizcarra; haciéndolo reputar como el gobernante más tonto del planeta, manejando la pandemia.

Y que se atreva a desconfiar.


La cosa es clara: un diagnóstico errado es peor que el virus chino.


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