Perú: mitos en el financiamiento agrario y soluciones
Es fundamental que el sistema financiero se acerque al campo con una propuesta sostenible y realista en base al conocimiento del negocio, y con la opinión de los tomadores del crédito. Para ello se requiere contar con información fidedigna y actualizada sobre los diversos tipos de ‘agro que conviven en el país, lo cual permitirá adoptar decisiones efectivas, desterrar mitos sobre el crédito agrario, e implementar una sana política de financiamiento.
Existen numerosas quimeras y propuestas incoherentes respecto del financiamiento al pequeño y mediano productor, que no contribuyen a un acercamiento del sistema financiero al campo, en muchos casos basadas en información incorrecta, maquillada, o interesada. Para entender la naturaleza de un crédito, es necesario conocer lo siguiente:
· El crédito es un préstamo de dinero que se otorga con el compromiso de ser devuelto en un período adecuado al negocio que se financia, y por ende, se le otorga a quienes demuestran que pueden cumplir con el pago en los plazos acordados, independiente a las garantías.
· Las garantías son importantes para respaldar un financiamiento, en especial cuando se trata de montos elevados, pero lo fundamental es que el solicitante del crédito esté articulado a un mercado, su negocio genere utilidades, tenga experiencia en el mismo, y carezca de antecedentes negativos en el cumplimiento de sus obligaciones, no solo con el sistema financiero, sino con proveedores, tributos, y otros.
· La tasa de interés (TEA, hoy TCEA considerando otros gastos) se fija en relación al riesgo del cliente. A mayor riesgo, mayor TEA. El sector agrario es considerado de alto riesgo por las ifis, más aún el pequeño y mediano productor, pero existen herramientas para minimizarlo que comentaremos más adelante.
· El crédito es un instrumento importante para el desarrollo rural, pero no basta con este. En lo que se refiere al sector agrario, lo son también la asociatividad, asistencia técnica, y articulación al mercado, la infraestructura hídrica y el uso de agro insumos de calidad.
· Dentro del sistema financiero privado, hay que diferenciar cada tipo de institución: la banca múltiple está orientada a las grandes empresas, corporaciones, y agroexportadores, y las cajas municipales, empresas financieras, y edpymes, al pequeño y mediano productor.
Algunos mitos que deben ser descartados pues desvirtúan la calidad de políticas y acciones que aporten a la consolidación de una oferta y demanda de crédito orientada al fortalecimiento del sistema financiero agrario:
· La caída del PBI agrario en 2023 no se produjo por un tema de falta de financiamiento: las colocaciones del sistema financiero formal al sector, en diciembre 2022, fueron 16,553 millones de soles a 291,816 deudores, y en diciembre 2023, fueron 15,394 millones de soles a 312,713 deudores.
Por el tamaño de los créditos (entre 6,500 y 23,000 soles promedio), podemos afirmar que en diciembre 2022 se colocaron 2,703.9 millones de soles a 255,419 pequeños y medianos productores, y en diciembre 2023, se colocaron 2,890.6 millones de soles a 281,435 pequeños y medianos productores, en promedio.
Estas cifras no consideran las colocaciones de Agrobanco y el Fondo AgroPerú, como tampoco las cooperativas supervisadas por la SBS. En el caso del Agrobanco, de acuerdo al cuadro incluido por Germán Lench en su artículo “¿Cómo reactivamos el agro? Con escaso financiamiento, ¿se reactivará el agro?”, ha colocado 74,918 créditos en 4 años (2020-2023) por 1,000 millones de soles, lo cual significa una colocación anual de 250 millones de soles y 18,730 créditos, aunque según sus EEFF de 2023, su cartera de créditos vigente es S/ 330 millones (y con una colocación promedio de S/ 12,000/crédito), el número de productores que accedieron al mismo sería de 27,500.
En cuanto al Fondo AgroPerú, ha colocado 142,675 créditos en 4 años (2020-2023) por 1,863 millones de soles, lo cual representa 35,668 créditos anuales, aunque sería conveniente acceder a mayor información de estas colocaciones, pues su destino es específico a cierto tipo de productores, y su morosidad es superior a 50%.
Con todo ello, los pequeños y medianos productores que acceden a un financiamiento serían de 308,935, sin considerar el Fondo AgroPerú, y con este, 344,603, con lo que se demuestra que la caída del sector no se ha debido a problemas de financiamiento, sino al incremento del costo de los insumos, y otras causas importantes de analizar en otro artículo.
Es necesario mencionar que para determinar el número de productores agrarios que acceden al financiamiento, no se deben sumar las cantidades colocadas y número de créditos durante más de un año, sino la situación de estas a una fecha determinada, por cuanto los préstamos – en su mayoría para campaña – son a máximo 1 año, y al cancelarlo el productor, está en posibilidad de acceder a un nuevo préstamo el año siguiente, por lo que estamos hablando del mismo préstamo y hasta del mismo cliente. Si el primer crédito fue de S/ 10,000, es pagado en su plazo dentro del año, y en el segundo año accede a un nuevo crédito, nuevamente por S/ 10,000, la institución financiera ha colocado en dos años S/ 20,000, pero la realidad es que se trata de un solo cliente en cada año, y un solo monto de colocación de S/ 10,000, pues los primeros, ya lo ha recuperado y colocado nuevamente. Si adicionamos las colocaciones del sistema financiero durante los tres últimos años, estas sumarían casi 50,000 millones de soles a 900 mil productores lo cual no es real.
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