Dimitri Senmache / Medidas frontales y directas

¿Acaso el actual gobierno y sus funcionarios no se dan cuenta que ya tocamos fondo en materia de seguridad? ¿No se han enterado que las organizaciones criminales se ríen del “estado de emergencia” y de su “cuarto de guerra”?

Ya no estamos para medidas preventivas, epidémicas, ni paliativas. Nos queda claro que no existe una política seria desde el Estado para enfrentar la extorsión y el sicariato.

Si no se toman medidas excepcionales, no podremos ganar la guerra contra la criminalidad. Nada cambiará si solo se hacen cambios superficiales (auto engañándose, creyendo que el problema se resuelve cambiando un fajín por otro).

Nuestro país exige hoy que se tomen medidas frontales y directas contra la delincuencia. Es preciso que el Estado empiece a actuar como tal, y, en consecuencia, haga a un lado toda diferencia política para enfrentar unidos, los tres poderes juntos, a la criminalidad organizada.

Algunas acciones que deben tomarse en el más breve plazo son:

1)    Toque de queda (de 8 pm a 6 am) en las provincias donde se presentan delitos como extorsión y sicariato.

2)    Tratamiento de estos delitos como acciones terroristas.

3)    En los casos de flagrancia, el proceso para sentencia debe ser sumario, drástico y efectivo.

4)    Inmediata suscripción de acuerdo Gobierno a Gobierno para la construcción de dos mega penales, los que serán utilizados exclusivamente para delitos de criminalidad organizada y terrorismo. Estos penales deberán ser administrados, temporalmente, por las fuerzas armadas y deben cumplir con aislar totalmente al criminal de la sociedad. Cero contactos con el exterior. Las “visitas” de los internos sólo serán mediante el uso de plataformas virtuales y con familiares directos (padres, cónyuge, hijos o hermanos) y su abogado.

5)    La legislación penal debe ser pensada en proteger al ciudadano y a los funcionarios que luchan contra la criminalidad, y no para el amparo de criminales.

A estas medidas se les debe sumar:

a)    Un servicio de inteligencia prospectivo, que permita identificar y proyectar los siguientes pasos de las organizaciones criminales, para desarticularlos y eliminar el riesgo.

b)    El acuerdo político de todas las fuerzas (en el marco del CONASEC) para que todas las acciones que se desarrollen en esta coyuntura de guerra no termine luego siendo utilizada para perseguir y criminalizar a aquellos que tendrán como tarea enfrentar y eliminar a los criminales.

Estas y otras acciones más deben ser implementadas ya, con el compromiso de todos los 18 sectores, los tres poderes del Estado y en los tres niveles de gobierno (local, regional y nacional). La ciudadanía deberá comprender que frente a las actuales circunstancias se requieren tomar medidas extremas.

El gobierno, por su parte, deberá poner al frente a un equipo profesional con inmaculada trayectoria política, que pueda actuar con legitimidad y liderazgo. Parte del territorio nacional, por desgracia, parece estar ya en manos de la delincuencia. La ciudadanía no puede darse el lujo de esperar al 2026 para ver los cambios.