El miércoles 26, se presentó el Marco Macroeconómico Multianual 2021 - 2024, documento referencial para las decisiones públicas y privadas en materia económica, e importante porque se ubica en medio de la máxima crisis sanitaria de nuestra historia y la mayor recesión económica en 140 años, y antes del inicio de una campaña electoral que avivará la conflictividad política y agregará incertidumbre al cambio de administración en el país.
Los riesgos internos
Se ha señalado como riesgos principales el sanitario (control, rebrote y vacuna del COVID-19) y el político (conflictos y elecciones), no descartándose conflictos sociales o comerciales internacionales.
Proyecciones macroeconómicas: -12% en 2020 y 10% en 2021
Ante la fuerte caída del primer semestre (-17,3%), se prevé una caída menor en el segundo semestre (9,8% en el tercer trimestre y 4.2% en el cuarto). Así, el MEF prevé un decrecimiento de -12% en 2020 y un crecimiento de 10% en 2021. Asimismo, se indica que el agro y la pesca crecerán levemente en 2020 y 2021, mientras que los demás sectores caerán fuertemente este año y crecerán también fuertemente el próximo. Según el Consejo Fiscal la proyección del crecimiento económico se encuentra por encima de las previsiones de otros analistas e instituciones (Banco Mundial -12%, BCRP -12,5% y FMI -13,9%).
Supuestos optimistas
No hay certidumbre sobre la fecha estimada para el control de contagios y decesos causados por el COVID-19; tampoco se tiene claridad sobre un posible rebrote ante la reactivación, ni una fecha certera para la llegada de la vacuna. También, es discutible el 96,3% de apertura de la economía en la Fase 3, y la recuperación en “V” en el 2021 de los sectores económicos en el 2020.
Transferencia gubernamental complicada
Tener supuestos optimistas (por ejemplo, crecimiento de 22% en la inversión privada y pública en el 2021); subestimar el impacto final del COVID-19; soslayar la debilitada demanda interna ante la debilitada economía de las empresas y las familias; y continuar en la inestabilidad política, sólo generará una transferencia de gobierno a un equipo técnico que tardará más tiempo en recuperar la economía y podría mantener los efectos negativos en el crecimiento y el empleo.