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Ernesto Gamarra

Ernesto Gamarra / 22 líneas de declaración Montesinos 

Que ocultaban las 22 líneas de la declaración de Montesinos que fueron testadas

 

Curiosamente, la declaración brindada a la comisión del Congreso por Montesinos no fue transcrita íntegramente. Mediante una nota de advertencia consignada en el acta, la propia comisión afirmó haber tachado partes que, según ellos, podían comprometer la seguridad del Estado. Además, añaden que dichas líneas hubieran permitido que Montesinos las utilice en sus declaraciones para autoproclamarse “interlocutor válido” en el debate político nacional.

 

La Mesa Directiva que dispuso borrar partes de la declaración de Montesinos, estaba presidida por Carlos Ferrero Costa, congresista fujimorista hasta el año 2000 y electo en 2001 por el partido Perú Posible de Alejandro Toledo. Gracias a un audio que se difundió casi clandestinamente y a la declaración de los guardaespaldas de Montesinos, nos enteramos luego de que Ferrero Costa se reunía para “darle consejos” al asesor.

 

El asesor simulaba tener en cuenta dichos consejos y Ferrero Costa le agradecía las canastas de Navidad que este le enviaba de regalo por los consejos que fingía tomar en cuenta. No es descabellado entonces suponer, que buena parte de lo eliminado en la declaración de Vladimiro, brindada a la comisión Estrada, responde a la relación entre estos dos personajes y que hubiera tenido por objetivo ocultar la información de la parte testada.

 

Refuerza el argumento, lo siguiente: El jueves 14 de diciembre de 2000, Anel Towsend y su entonces consejero, Guillermo Gonzales Arica, difundieron un video de las entrevistas que les hacían a personas vinculadas, por razón de su trabajo, a Vladimiro Montesinos. Esas entrevistas motivaron cuatro páginas en el diario “La República” en las que se da cuenta de las diferentes labores cumplidas por personal cercano del asesor, incluyendo, el brindarle seguridad cuando fugó en el velero Karisma rumbo a Panamá. Ante Towsend y su asesor Gonzáles Arica, quien luego sería su esposo, esas personas se convirtieron en un coro bien afiatado y contaron muchos secretos entre los cuales estuvo la revelación de las visitas de Carlos Ferrero Costa al Servicio de Inteligencia Nacional o, mejor dicho, a Vladimiro Montesinos. Un día después, el 15 de diciembre, en el mismo diario “La República”, aparece Ferrero desmintiendo tal información.

 

Acepta haber hecho tales visitas y pretende argumentar que era normal que en algunas ocasiones los parlamentarios del gobierno y él, que había pertenecido a las filas del fujimorismo, visitaran el SIN para tratar temas secretos como el del rescate de los rehenes de la embajada del Japón y el del conflicto con el Ecuador. Dijo que Fujimori los convocaba a las oficinas de Montesinos para tratar temas como el del referéndum y, por tanto, este era el culpable de esas visitas. Ah, pero eso sí, muy enérgico aclaró que hacía como tres años que no visitaba el SIN.

 

Pero los guardaespaldas habían dicho algo más. Ferrero no solo visitaba a Montesinos, sino que le había propuesto que fuera ministro del Interior y de paso, le había agradecido por las muy bien abastecidas canastas de navidad que generosamente le había hecho llegar.

 

Pero el mayor Alejandro Montes Walters y los sub oficiales Manuel Tullume Gonzáles y Javier Pérez Pezo —quienes son los que aparecen declarando, ante Anel Towsend— no fueron los únicos que involucran a Carlos Ferrero. También el general del ejército César Saucedo contó, ante una comisión del congreso, que la dupla Ferrero y Montesinos lo había ayudado a preparar el discurso que pronunció defendiéndose

ante el Congreso como Ministro del Interior.

 

El diario La Razón, cuya versión se toma con pinzas por su evidente vinculación con Fujimori y su enemistad con Ferrero, al que consideraban un traidor, trae unas declaraciones el 21 de mayo del 2003, que se las atribuye al ex ferviente fujimorista Ferrero y al ex ministro Saucedo.

 

En ellas acepta Ferrero que se coordinaban en el SIN los informes del Congreso, por ser una cosa natural, añadiendo Saucedo, que Ferrero era quien en el parlamento defendió la compra de los aviones sobrevaluados MIG 29. No era pues exacto, lo que Carlos Ferrero dijo en su carta “aclaratoria” de que visitaba el Servicio de Inteligencia a pedido de Fujimori y para tratar temas secretos.

 

En su afán de marcar distancias con Montesinos, participó durante el año 2001 en diversos eventos en que se denunciaba la corrupción del gobierno de Fujimori, en el que había tenido activa participación.

 

Ya aupado al Toledismo, en un discurso —cuando Sonia Goldemberg, olvidando que su padre había sido también cómplice de Fujimori y Montesinos y presentó un documental sobre esa corrupción— Ferrero, coincidiendo con Toledo, rechaza el chantaje de quienes según ellos querían condicionarlos mediante el uso de sus medios de comunicación.

 

Habló incluso, ese viernes 7 de diciembre del 2001, de los “vladivideos” y advirtió que en ellos se probaba el poder manipulador del ex asesor presidencial cuando lo involucró a él con el propósito de introducirlo en su red de complicidad, sin recordar siquiera, los términos afables y cariñosos con los que aconsejaba a Montesinos en sus charlas en el SIN.

 

El documental de la hija de Efraín Goldemberg —cuyo padre ha vuelto a ser vinculado por el fiscal José Domingo Pérez a la red Fujimorista por el ilegal acopio de fondos de campaña de Keiko Fujimori— se presentó, según dio cuenta el diario El Comercio, el 8 de diciembre del 2001 en el Congreso de la República por invitación del propio Carlos Ferrero que ya en ese momento era Presidente de ese Poder del Estado.

 

Por supuesto que en dicho documental no se hace, mención alguna a la conducta de Ferrero ni a la de Efraín Goldemberg a pesar de que este último fuera acusado por el pleno del Congreso por los delitos de Peculado y Asociación Ilícita para delinquir. La acusación en el Congreso, y salvó los votos de Rafael Rey y José Barba, que lo exculpaban, fue aprobado por los demás miembros de la Comisión Permanente. El proceso judicial, que comenzó con la detención domiciliaria de Goldenberg, a pesar de los graves cargos formulados por parte del vocal José Luis Lecaros Cornejo es probable que haya terminado sin sanción alguna, dejamos la tarea de averiguarlo a los periodistas de investigación.

 

Por información que data del año 2003 publicada por el diario Correo en su edición del jueves 10 de abril sabemos que, en el proceso abierto contra Goldemberg y Jorge Camet Dickman, la Fiscalía de la Nación consideraba que Fujimori no pudo haber desviado quinientos millones de dólares sin participación y consentimiento de sus ministros e, incluso, que coordinó con ellos para la transferencia vía decreto de urgencia, de fondos de Defensa al Servicio de Inteligencia Nacional.


 

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