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Fabiola Morales / La economía de la incertidumbre


Después de varias décadas de crecimiento económico, el país ha entrado en una zona de turbulencia, caracterizada por la subida de los precios de la gasolina y de productos y servicios básicos como el pollo, el pan, la electricidad, las medicinas, el gas y un etcétera que va creciendo conforme pasan las semanas.


La pandemia que vivimos todos en el mundo global, sin duda, afectó diversos sectores productivos y, fundamentalmente, el turismo y gran parte del comercio exterior. En nuestro caso, sin embargo, se ha sumado una situación política contraria a la inversión privada para la que se requiere confianza, tanto de la nacional como de la extranjera.


La subida del dólar hasta 4.10 soles, a pesar de las intervenciones del Banco Central de Reserva (BCR), es uno de los indicadores más sensibles de la incertidumbre que existe entre los inversores, por las opacas políticas del Ejecutivo –más centrado en la realización de una Asamblea Constituyente que en gobernar– situación que ha llevado a muchos a sacar sus capitales al exterior. Julio Velarde, Presidente del BCR, aseguró a la Comisión de Presupuesto del Congreso que la “salida neta de capitales del país en lo que va del año es de 13,000 millones de dólares”; mientras otros analistas calculan esta fuga en 14,000 millones de dólares.


Este es el motivo por el cual el BCR anunció que bajará la proyección de crecimiento para el 2022 que se espera sea menor al 4.5%, dejando claro que, a partir del primer y segundo semestre del año que viene, la situación de la economía será mucho más sombría, por el deterioro de la confianza de los inversores privados quienes, según los cálculos de éste mismo Banco, se prevén en 42,000 millones de dólares en general, de los cuales, 5,000 millones procederían de la inversión minera.


Por otra parte, la expectativa de empleo en Lima ha bajado y, el Estado ha empezado a repartir el bono Yanapay de 350 soles, destinado a paliar la pobreza de 14.4 millones de peruanos que, es una ayuda momentánea necesaria que, sin embargo, afecta las reservas fiscales -porque no hay desayuno gratis- cuando lo que se debe impulsar es el empleo formal, problema que no se resuelve sembrando silencio e incertidumbre.


Asimismo, el Ministro de Economía anunció en la Comisión de Economía del Congreso que el Ejecutivo destinará 2,900 millones de soles para financiar la emergencia sanitaria por la pandemia, con cargo a una mayor recaudación de impuestos, por supuesto; pero mientras tanto, se indica que estos recursos provendrán de nuestra Reserva de Contingencia, a modo de crédito suplementario.


Si el PCM Bellido sigue diciendo y pensando que “el alza del dólar es una venganza” y el gobierno no anuncia reglas claras a la inversión privada, abonando la confianza que requiere el pequeño, mediado y gran empresario, para que se creen más puestos de trabajo y se paguen impuestos, llegará el momento en que la deuda fiscal, que empezó en el gobierno de Martín Vizcarra, crezca hasta que volvamos en la máquina del tiempo, a las peores épocas económicas que hemos vivido.


Sin confianza no hay inversión y sin inversión no hay desarrollo económico


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