Sentimos que hemos cambiado social e individualmente. Al parecer, el Estado, las instituciones y la democracia no están funcionando, o al menos la confianza que antes teníamos en ellas ya no es la misma. Las personas hemos perdido los mismos principios valóricos que tenían nuestros padres. Ahora el mundo enfrenta la paradoja de que nunca hemos sido tan libres como lo somos, y estas libertades no las podemos asimilar en su plenitud. Los partidos políticos se han desvanecido; en Latinoamérica hay más de trescientos partidos políticos y las ideologías han perdido su centro.
Las estructuras sociales junto con sus expectativas cambian de forma acelerada y sin rumbo. Los jóvenes ya no trabajan en un lugar más de dos años, no porque no pueden, sino porque en su mayoría no quieren, tienen más interés en disponer de un celular antes que tener un trabajo, piensan que con el móvil van a resolver sus necesidades. La religión católica dejó de ser la prevalente en la región, en 1985 eran 90% de la población hoy son el 54%. Las bases de la vida social, como son el Estado, el trabajo, la iglesia y la familia han cambiado, porque la sociedad cambió y el individuo es más individualista, no le interesa la vida comunitaria.
Robert Putman, indica en su obra de Capital Social, que la clave de la democracia es el “pegamento” que les junta a las instituciones, a individuos, a grupos sociales, a gobiernos, a Estados. No son suficientes las políticas públicas, requerimos más capital social, capital político, gobernanza colaborativa que haga frente a la modernidad individualista.
El próximo escenario de la región posterior a la onda Bukele, Milei seguro que será de una crisis acentuada de conflictos sociales y políticos por falta de oportunidades para satisfacer las necesidades básicas de la gente. Las políticas públicas, por sí solas, no resuelven las demandas de la sociedad y los desafíos del desarrollo. Se requiere del pegamento de la sociedad y de sus instituciones. Hace falta líderes que entiendan la importancia de la esfera pública como el escenario de construcción de la vida social e institucional. Requerimos de liderazgos que visualicen y solucionen los desafíos de los latinoamericanos.
Hace pocos días se abordaron algunos de estos temas en la Conferencia del Grupo Latinoamericano de Administración Pública en la Universidad de Chile en Santiago.
Comments