La madre de todas las crisis y sus oportunidades
Probando que siguen siendo dos de las universidades más científicas y creativas del planeta, la Universidad de Cambridge y el Massachussets lnstitute of Technology (MIT) acaban de realizar un crucial estudio sobre la crisis climática que vivimos todos.
Tiene varios aportes: 1) explora de manera sistemática los peores escenarios futuros que podría producir el cambio climático, 2) explicar por qué no se le hace tanto caso a este peligro; y el más importante, 3) involucrar en el análisis a las variables económicas, sociales, políticas e institucionales, no vinculadas en forma directa con esta crisis.
Estos científicos. y muchos otros más proponen nuevos conceptos y estados mentales a los que tendremos que ir acostumbrándonos: límites naturales del planeta, puntos de no retorno, eventos catastróficos, advertencias tempranas, cascada de eventos, fallas sincrónicas, cambios cualitativos, riesgo sistémico, amenaza catastrófica global, colapso societal, interrelaciones inexploradas, incertidumbre profunda, variables y procesos que desconocemos, entre otros.
Todos estos, conceptos y variables, se encuentran muy alejados del discurso lineal y cuantitativo al que nos tienen acostumbrados los macroeconomistas convencionales; invitados privilegiados de los medios masivos, que se despachan cotidianamente con sus “proyecciones al futuro” y que, a estas alturas, ya no prevén nada.
El primer llamado de atención es que las extinciones masivas de especies no son nuevas, han ocurrido cinco de ellas en la historia de la tierra. Lo segundo es que estas extinciones masivas no ocurren en el mismo momento. Todos los habitantes del plan no nos vamos a morir el mismo día.
Las regiones y países más vulnerables (en muchas dimensiones) van a ser los primeros y los más fuertemente golpeados. Por ejemplo, en el año 2070 dos mil mitones de personas van a vivir en las zonas de "extremo calor". Antes de morir por sofocación o hambre van a intentar migrar: los actuales procesos migratorios parecerán un juego de niños. No hay que estirar mucho la imaginación para considerar las posibilidades de conflictos armados, locales, regionales y mundiales que ello implica.
Con el incremento de las temperaturas, la productividad de la tierra cae dramáticamente, produciendo hambrunas en diversas partes del planeta. Y no sigo, para no deprimir a los lectores.
Hay varias razones para que la gente de a pie, y los políticos de turno, no le den importancia al cambio climático: 1) los estudios científicos son ininteligibles para ellos y. además, generalmente estos se orientan a cambiar las cosas para el bien, y por lo tanto desestiman los peores escenarios; 2) interrelaciones entre los diversos campos de conocimiento son complejas y difíciles de medir (y más de comprobar), lo que ahuyenta a muchos científicos e investigadores; 3) la ideología dominante que pregona que cada uno debe buscar su propio interés, que la mano invisible del mercado resolverá todos los problemas. Y que preocuparse por el bien común y la comunidad es una pérdida de tiempo; y 4) la explosión de faknews que han posibilitado las redes sociales, muchas de ellas promovidas por los intereses afectados por las regulaciones y medidas ambientales de los gobiernos, que generan mucha incertidumbre, y lo que me atrevería a llamar "caos mental" en mucha gente.
Pero, corno dije, el principal aporte del artículo es la visión integradora, comprensiva, holística sobre la crisis climática; relacionándola con esferas consideradas lejanas a la naturaleza, como la economía, la salud, la sociedad. las instituciones, la política, las guerras. Como dice el propio artículo: "El cambio climático se va a desenvolver en un mundo con ecosistemas. Geopolítica y tecnologías en permanente cambio. Vamos a ver “guerras calientes”.
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