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Germán Lench / ¡Con conocimiento se puede crecer!

Para que un país logre crecer y pueda desarrollarse debe tener capital humano de calidad; personas preparadas y capaz de producir más bienes y servicios con los mismos recursos disponibles.


Alvin Tofler dijo: el conocimiento es la fuente democrática de poder.


La creación de una sociedad del aprendizaje se ha convertido en herramienta fundamental para los que abogan por políticas gubernamentales que incentiven la ciencia y la tecnología. El premio nobel de economía Joseph E. Stiglitz demuestra, que el enorme crecimiento del nivel de vida ha sido resultado de cómo hemos aprendido a aprender.


La economía del aprendizaje es cuando una persona, a través de la especialización y el aprendizaje en determinada materia, mejora en eficiencia en una actividad productiva.


Como todos sabemos en esta era del siglo XXI, el conocimiento es un nuevo factor de producción; hoy el trabajo basado en el conocimiento desplaza al manual.


La juventud peruana debería prepararse con una educación y adquisición de conocimiento rigurosos, para lograr mayor productividad, o sea formación académica más experiencia, lo que dará incremento del bienestar de las familias y del país.

Los estudiantes deben utilizar sus conocimientos y habilidades en tratar de solucionar problemas y situaciones reales de la vida. A partir de los resultados obtenidos nuestro país debe diseñar e implementar mejoras en los sistemas educativos.


Nuestra educación universitaria tiene hechos raros que llaman poderosamente la atención, por ejemplo, en el Perú tenemos 143 universidades (51 públicas y 92 privadas) sin embargo Inglaterra tiene 80, ¿A qué se debe esto?; necesitamos construir y/o replantear un plan educativo público de calidad con objetivos y metas claramente identificables y aplicables a nuestra realidad en el mediano y largo plazo. Revisar y promover que la oferta de conocimientos sea de probada calidad competitiva que ofrecen las universidades privadas.


Lo acotado es una grave alerta que confirma, que tenemos como uno de los problemas más importantes, la absoluta debilidad en nuestro sistema educativo lo que se traduce en los resultados del PBI a nivel microeconómico y macroeconómico. O sea, no poseemos el capital humano suficiente, ni la productividad necesaria para crecer en el futuro de 4.5% a 5.0 % en el PBI nacional; por el contrario, podemos llegar al 2% y 3% lo que sería un escenario desfavorable de estancamiento para el corto, mediano y largo plazo 2022 - 2025.


La forma óptima para ingresar al mercado de competencia es apostando por mayor I + D + i (inversión, desarrollo e innovación).


Nuestro país invierte el 0.1% del PBI en I + D + i un monto bajo si lo comparamos con Israel que invierte el 5% de su PBI.


El gran Político Major R. Owens decía: Nuestro crecimiento futuro se basa en la competitividad y la innovación, las habilidades y la productividad... y estos a su vez se basan en la educación de nuestro pueblo.


Un país sin educación es un país sin futuro, sin posibilidades de lograr un crecimiento y desarrollo sostenido en el largo plazo y por ende sin posibilidades de superar los problemas de desigualdad, pobreza y exclusión social. Un sistema educativo debe preparar personas y ciudadanos con permanentes valores y conocimientos básicos de calidad para lograr una mejora personal, profesional y consolidar el crecimiento y desarrollo sostenible del país. Los profesores deben tener optima capacitación con la tecnología apropiada.


Debemos promover e incentivar una economía con aprendizaje y para crearla, se requieren aceptables políticas comerciales, industriales, de propiedad intelectual y de otras áreas.


Joseph Stiglitz: «Las mejoras en los niveles de vida tienen más que ver con el aprendizaje que con la eficiencia de asignación de recursos, cuestión que ha sido la preocupación central de los economistas. Que esto sea así ofrece enormes posibilidades para el bienestar de quienes viven en el mundo en vías de desarrollo: acumular recursos es un proceso lento comparado con la velocidad a la que pueden reducirse las brechas en el conocimiento».


Debemos ponernos de acuerdo en algo trascendental y apliquemos medidas para cerrar radicalmente los “universidades bamba” donde se trafica con el “conocimiento” y sin saber porque se llaman “Universidades del Futuro” donde también se entregan títulos universitarios fácilmente, haciéndole daño a los estudiantes en las llamadas Universidades que son de pésima reputación.


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