La incertidumbre política provocada por el Gobierno y el Congreso de la República, toca la estructura del Poder público y privado, adicionándole la falta de acción de la Justica, sobre hechos de corrupción, lo que genera desconfianza del inversionista; dicho factor es el pilar de la economía, y si se pierde la confianza hay descenso de la inversión privada cayendo el consumo generando menores ingresos por ventas de las empresas, haciendo difícil la recuperación de la actividad económica; impidiendo que el Estado recaude tributos afectando directamente la caja fiscal.
Puedo afirmar sin temor, que la confianza es el fundamento de los éxitos y fracasos económicos de un país como el nuestro que debe crecer 4% como mínimo y sin embargo para el 2023 tiene proyectado un crecimiento del 2.8% en su PBI en lo referente a la inversión privada -3%.
Se debe evitar que los inversionistas pierdan confianza en el gobierno y se desate una crisis de credibilidad por tanto es necesario enmendar rumbos. Hay que impedir que los inversionistas sobre endeudados se retiren del mercado y al mismo tiempo vendan sus activos con el fin de pagar deudas y al hacerlo pueden provocar un desplome general.
Según el mercado internacional los precios de los minerales que exportamos vienen disminuyendo, una pregunta ¿las inversiones en minería pueden incrementarse? Si
¿Pero debemos aceptar autoridades que no saben gobernar y tecnócratas que dan recetas y son bien pagados en las consultorías que realizan o están ubicados en puestos burocráticos y dan vueltas en la estructura de Poder de cada Gobierno?
Se olvidan que según la Universidad del siglo XXI lo práctico deja de ser conocimiento y se convierte en sabiduría. Tenemos al conocimiento práctico: habilidad para motivar, escuchar de manera activa, relacionarse bien con otros, manejar conflictos, o sea aprender y manejar lecciones de la experiencia. Alvin Toffler decía que el conocimiento es la fuente más democrática de poder”. Cuando hay confianza, crece la inversión, se hace negocios, planes de mediano y largo plazo, se consume, todo es bienestar.
Cuando no hay confianza, cae la inversión o el gasto de las familias, los pequeños medianos inversionistas quieren salir desesperadamente de ella, lo que puede causar inestabilidad y generar la caída en la bolsa de valores Lima, incrementando el riesgo país; no olvidemos que el déficit fiscal de 2.5% se debe disminuir para el 2023 con mayores ingresos tributarios fruto del crecimiento del PBI que debería ser 4% y no de recortes en educación, salud, saneamiento, sistemas de agua.
Cuando se va perdiendo la confianza, adicionándole un Censo 2017 con cifras dudosas del INEI que son datos importantes de referencia y donde nadie ha recibió sanciones ejemplares ni se hecho una auditoria internacional, la gente se vuelve conservadora al consumir productos de consumo; cuando la confianza se pierde, el PBI se puede retraer, la gente deja de consumir y empieza ahorrar bajo el colchón.
Se debe pensar en el mediano y largo plazo para hacer modificaciones necesarias al modelo económico de apoyar la inversión para la explotación y la exportación de materias primas, por aquella inversión que al tener beneficios apoyen realmente la economía doméstica y se logre al fin una generación de empleo con sueldos dignos de calidad, incrementando la productividad de nuestro trabajador.
Debemos reducir la informalidad, combatir la subvaluación, contrabando, piratería, y falsificación de productos (reestructurar a la SUNAT), desaparecer a los monopolios y oligopolios (reestructurar el sistema privado de pensiones).
El MEF se ha manejado dando preferencia a la gestión financiera y austeridad aplicando una política de cajeros del tesoro público y de baja inflación dejando de lado el bienestar de la ciudadanía. Carecemos de planificación estratégica, prevención y visión de futuro.
No debe ser el objetivo la Caja Fiscal, sino recuperar el dinamismo de la inversión. La regla fiscal que impide al gobierno subir el gasto público más allá del crecimiento económico es un error, porque lo inhibe de promover la recuperación económica, estimulando actividades generadoras de empleo y productividad.
El MEF debe aplicar medidas técnicas de recuperación y reactivación que beneficien a las mayorías, sobrepasando empresarios rapaces, sin más interés que aprovechar las oportunidades de beneficio que ofrece el trabajo barato. Nuestro problema es el carácter inestable del crecimiento que con este problema político será mayor.
Por tanto, es el momento de que las autoridades y políticos del país se detengan a pensar seriamente en el futuro, en los avances que se tienen en materia económica y encontrar la forma de preservarlos y seguir buscando un crecimiento económico necesario.
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