Desconfianza empresarial y bajo crecimiento 2024
Para el primer trimestre del 2024, la desconfianza tendrá resultados negativos, según el BCR. Un rebote débil del PBI dificulta el panorama económico. Las proyecciones de crecimiento del Banco Central de Reserva (BCR) y del Ministerio de Economía y finanzas (MEF) señalan que la economía crecerá alrededor del 3% en 2024. Los factores que sustentan dicha proyección son la presencia de un fenómeno de El Niño (FEN) moderado, la recuperación del gasto público, menores presiones por la baja inflación y la restauración de la confianza empresarial situación que nos alejaría de la recesión.
De otro lado las calificadoras de riesgo sitúan al Perú con un pronóstico desalentador: Moody's estima un crecimiento del 2.4%; Standard & Poor's, del 2.2%, y Fitch Ratings, del 1.9%. Para las calificadoras el tema político resulta un factor importante para crecer el 2024. Durante enero, las expectativas empresariales continuaron en el pesimismo, de acuerdo con la encuesta mensual que realiza el BCR.
Las empresas son pesimistas respecto a las proyecciones de la economía, el sector donde operan, su empresa, demanda de productos, contratación de personal e inversión, a pesar de que en cada una aparentemente hubo una mejora respecto a la evaluación de diciembre del 2023.
En lo que referente a la situación actual de las empresas, lo que se espera para el negocio, su nivel de ventas, la producción, demanda respecto a lo esperado, órdenes de compra respecto al mes anterior y días de inventario no deseado, todas siguen en el absoluto pesimismo negativo. La economía tiene un círculo vicioso de baja confianza empresarial y del consumidor, caídas de la inversión que se traducen en un menor empleo y una limitada capacidad adquisitiva y de consumo de los hogares.
La gente compra menos y eso condiciona que las empresas produzcan menos, pero ¿por qué compran menos?, es que no tienen empleo y tienen menores ingresos; esto pasa porque la inversión ha disminuido; si pocos invierten, no se eleva el ingreso, ni el consumo. Por lo tanto, única salida es elevar la inversión. Recién en la quincena de este mes se conocerá el resultado real de la producción nacional de 2023, y según la Cepal, el Instituto Peruano de Economía - IPE y el BBVA Research, nuestro PBI oscila entre -0,6% y -0,5% negativo.
Sin embargo, el Gobierno, a través del MEF, cree que la tasa fue del 1,1% y el BCRP sostiene una caída de -0,5%. Asimismo, se argumenta que la inflación cerca al rango meta del BCRP — entre el 1% y 3% — genera que las familias tengan un mayor poder adquisitivo y que las tasas de interés, en armonía a las políticas del BCR, continúen reduciéndose. Otro de los efectos tangibles del retroceso de la inflación y tasas sería el repunte de la inversión privada, que para este año crecería 2.2% según el MEF.
Recordemos que la inversión privada es un motor importante del PBI, ya que implica un 80% de la inversión total. Si no aumenta la inversión privada, no se recupera el crecimiento. La economía tuvo su peor comportamiento en el 2023, luego de 25 años (sin contar la pandemia del covid-19), y uno de los componentes que afectó a la producción nacional es la contracción en la inversión fija (que incluye la pública y privada).
El motor que nos hace crecer es la inversión privada y luego de una caída proyectada de -7.3% en 2023, el BCR proyecta una leve recuperación en 2024. No hay señales suficientes para que las expectativas empresariales se activen, consecuencia en parte de la incertidumbre política que genera expectativas negativas para los negocios, y persisten pesimistas.
Debemos volver a creer y confiar para volver a crecer. En gran parte depende de las acciones del gobierno; se necesitan personas creíbles; está en juego la calidad de vida de millones de peruanos vulnerables. El señor Alex Contreras ministro de economía no genera confianza por su demostrada incapacidad para el cargo que ostenta igual que el equipo económico que lo acompaña, conjuntamente sus actuales directores generales y de línea del MEF.
Tenemos un ministro de economía, que continúa aplicando políticas erráticas para atraer capitales, internacionales o nacionales, que activen nuestra economía. Se considera que la incertidumbre retrasa la inversión, independientemente de las consideraciones sobre el riesgo o la rentabilidad esperada.
Ben Bernanke, premio Nobel de Economía de 2022
Tal como lo dijo EFECTIVIDAT en sus anteriores ediciones, el rebote del 2024 podría ser de 2% y aun así no permitirá reducir los márgenes de problemas consecuencias de la recesión más pobreza y mayor desempleo. Un crecimiento del 2% o 3% no es suficiente, lo recomendable es que se trabaje más en mantener la estabilidad sociopolítica.
Comentarios