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Henrry Zaira / Cuellos de botella logísticos 

  • Henrry Zaira
  • 2 nov
  • 6 Min. de lectura

Chancay y Lima Este: Estrategia para un Hub Logístico

La competitividad de las economías regionales en países con geografía compleja, como el Perú, depende de la eficiencia de sus corredores logísticos. En la macro-región centro-oriente—que incluye Junín, Pasco, Huánuco, Ucayali y sectores de Loreto—el acceso a mercados globales, especialmente asiáticos, se ve comprometido por una serie de restricciones estructurales que afectan la cadena de transporte desde el origen hasta el puerto marítimo (Banco Mundial, 2021). La Carretera Central, principal vía de conexión entre la sierra y la costa, enfrenta condiciones geotécnicas adversas, una topografía abrupta y una elevada siniestralidad, lo que la convierte en un eje de alto riesgo operativo (MTC, 2022). La saturación por tráfico pesado genera congestiones prolongadas, especialmente durante la temporada de lluvias, cuando los derrumbes son frecuentes. Estas interrupciones incrementan los tiempos de tránsito de forma impredecible y elevan los costos operativos por mayor consumo de combustible, desgaste vehicular y penalidades por retrasos (Apoyo Consultora, 2023).

 

A medida que la carga desciende hacia la costa, debe atravesar el distrito de Lurigancho-Chosica, un punto neurálgico del corredor logístico que se caracteriza por una congestión crónica. Este tramo, que conecta directamente con el área metropolitana de Lima, presenta una infraestructura urbana limitada frente al volumen de tránsito pesado que lo atraviesa diariamente. La falta de vías alternas y la alta densidad poblacional agravan los tiempos de desplazamiento, generando cuellos de botella que afectan la puntualidad y la calidad de los productos transportados (CAF, 2022).

 

El tránsito urbano hacia el puerto del Callao se ve afectado por la congestión de Lima Metropolitana, una de las más intensas de América Latina. Las velocidades promedio de apenas 15 km/h en horas pico introducen una alta variabilidad en los tiempos de entrega, especialmente crítica para productos perecederos como frutas y café de especialidad (Zegarra et al., 2021). Finalmente, los accesos y operaciones del Puerto del Callao presentan una saturación permanente. El crecimiento sostenido del comercio exterior peruano ha generado demoras en el ingreso de camiones, procesos de gate-in lentos y limitaciones en el almacenamiento de contenedores (Proinversión, 2023). Esta situación impone costos logísticos adicionales que pueden comprometer la rentabilidad de las exportaciones, especialmente para pequeños y medianos productores del interior del país (Instituto de Estudios Económicos y Sociales, 2022).

 

El impacto acumulativo de esta trilogía de ineficiencias—carretera, ciudad y puerto—genera una significativa erosión de la competitividad de productos bandera peruanos con destino a Asia y otros mercados. El café y cacao de Junín y San Martín, las frutas exóticas de la selva central, la madera certificada de Ucayali y los textiles y bienes manufacturados emergentes de Huánuco y Pasco ven incrementados sus costos logísticos en comparación con competidores internacionales. Para el café el costo logístico asciende al 21% del valor del producto, mientras que para el cacao llega hasta el 35% (MINCETUR-Banco Mundial, 2018). Este fenómeno actúa como un impuesto implícito a la producción nacional, desincentivando la inversión y la formalización en las regiones del interior, y perpetuando un modelo centralista que ahonda las brechas de desarrollo.

 

Puerto Seco Lima Este: eje de transformación logística

La implementación de un Puerto Seco—o estación logística intermodal—en la jurisdicción de la Mancomunidad Lima Este, con posible ubicación en las zonas industriales de Lurigancho o Ate, constituye el eje operativo para una estrategia de reconfiguración logística nacional. Inspirado en el modelo de los dry ports exitosos, esta infraestructura cumple funciones logísticas integradas y de alto impacto territorial (Roso et al., 2021). Una de sus funciones centrales será la consolidación y desconsolidación de carga. Los vehículos de menor tonelaje que descienden por la Carretera Central desde zonas altoandinas podrán transferir sus mercancías a unidades de transporte de mayor capacidad—como semirremolques de 40 pies o vagones ferroviarios—con destino directo al Megapuerto de Chancay. Este proceso permitirá alcanzar economías de escala y reducir significativamente el costo por tonelada transportada en el tramo final hacia la costa (Banco Interamericano de Desarrollo, 2022).

 

La incorporación de una Agencia de Aduanas Terrestre dentro del recinto logístico permitirá descentralizar los trámites de exportación e importación, actualmente concentrados en el saturado Puerto del Callao. Esta medida agilizará los procesos de despacho, reducirá los tiempos de liberación de mercancías y facilitará la implementación de una ventanilla única digital en una ubicación estratégica, lo que ha sido identificado como un factor clave para mejorar la competitividad del comercio exterior peruano (Apoyo Consultora, 2023).

 

Además, el Puerto Seco tiene el potencial de convertirse en un polo de atracción para industrias de valor agregado. Empresas dedicadas al procesamiento, empaquetado, etiquetado y transformación de productos primarios—como el tostado de café o el empaque de frutas provenientes de la selva central—encontrarían ventajas competitivas en establecerse en sus inmediaciones, aprovechando la proximidad al punto de embarque final y el acceso a mano de obra calificada en la Mancomunidad (CEPAL, 2022).

 

La infraestructura también permitiría el desarrollo de almacenes de distribución para empresas importadoras que abastecen a la macro-región centro-oriente del país. Este modelo transformaría a Lima Este en un nodo logístico nacional, evitando que los camiones de carga provenientes de la sierra ingresen al congestionado tráfico limeño. En lugar de ello, su recorrido concluiría en el Puerto Seco, desde donde la carga sería redistribuida de manera eficiente, ordenada y en lotes consolidados hacia el puerto de Chancay, optimizando tiempos y costos logísticos.

 

Conectividad Autopista y Ferrocarril: ejes de integración multimodal

La viabilidad económica y operativa del Puerto Seco de Lima Este está determinada por la existencia de una conectividad logística rápida, segura y especializada que lo vincule directamente con el Megapuerto de Chancay. Sin esta infraestructura de enlace, el corredor logístico oriental no puede consolidarse como una alternativa funcional frente al sistema saturado que actualmente canaliza el comercio exterior peruano. Uno de los elementos estructurales de esta articulación es la proyectada Autopista Lima Este–Chancay, que incluye la Vía de Evitamiento del Río Rímac. Esta vía ha sido concebida como el eje vertebrador del corredor logístico, diseñada para facilitar el tránsito continuo de vehículos de carga pesada entre el hinterland andino y el puerto marítimo, evitando la congestión crónica del centro de Lima y el Callao. Estudios técnicos del Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC, 2023) estiman que esta infraestructura reducirá los tiempos de viaje en más de un 50% respecto a la ruta actual, además de disminuir significativamente los costos de mantenimiento vehicular y los riesgos operativos, al tratarse de una vía moderna y especializada para fines logísticos. Su implementación representa el cierre funcional del circuito logístico y la condición habilitante para la operatividad del Puerto Seco.

 

En paralelo, la modernización del Ferrocarril Central, junto con la posible construcción de un ramal hacia el puerto de Chancay, representa una intervención estratégica de alto impacto para la conectividad nacional. Esta infraestructura ferroviaria, actualmente concesionada a Ferrovías Central Andina S. A., cumple una función clave en el transporte de carga y pasajeros entre la sierra central del Perú y la ciudad de Lima. En años recientes, diversas entidades han promovido iniciativas orientadas a ampliar su capacidad operativa y optimizar sus condiciones estructurales, con el objetivo de fortalecer la articulación logística y fomentar el desarrollo económico regional.

 

El impacto de esta integración permitiría el traslado masivo de carga a granel—minerales, contenedores, productos agroindustriales—desde los Andes centrales directamente a los buques en Chancay, bajo un modelo logístico más eficiente en términos de consumo energético y emisiones de carbono por tonelada-kilómetro transportada, en comparación con el transporte carretero (IEA, 2023). La implementación del ramal ferroviario aliviaría la presión sobre la Carretera Central, prolongaría su vida útil, reduciría los costos de flete de larga distancia y contribuiría significativamente a la descarbonización del corredor logístico de exportación. La articulación de estos tres componentes—Ferrocarril Central modernizado, ramal ferroviario a Chancay, autopista y Puerto Seco de Lima Este—consolidaría el corredor logístico más eficiente, sostenible y competitivo del Perú central.

 

Hub de servicios portuarios, logística avanzada y formación territorial

El desarrollo de un Hub de Servicios Portuarios y Logísticos en Chosica y Lima Este constituye una oportunidad estratégica para la Mancomunidad, que trasciende la función tradicional de transbordo de carga. La puesta en operación del Megapuerto de Chancay genera un ecosistema económico ampliado que demandará servicios complementarios asociados a la cadena de valor logística. Por razones de costo, disponibilidad de suelo y conectividad territorial, Lima Este se configura como un nodo óptimo para consolidar estas actividades, posicionándose estratégicamente dentro del sistema logístico nacional.

 

Entre las oportunidades inmediatas figura la provisión de servicios de alojamiento y esparcimiento para tripulaciones marítimas. La rotación de personal técnico y especializado en el puerto requiere servicios hoteleros, gastronómicos y recreativos adaptados al sector logístico y portuario, siendo Lima Este competitivo por costos y calidad ambiental, y por la disponibilidad urbana y de suelo industrial.

 

También se demanda la creación de talleres de reparación y mantenimiento especializado para la flota y maquinaria portuaria, aprovechando el suelo industrial competitivo de Lurigancho y Ate. La concentración de estos servicios fomenta la formación de clústers logísticos, creando un ecosistema especializado en tecnología logística hasta ahora inexistente en el área metropolitana. El territorio se convierte en epicentro de innovación y desarrollo regional, articulando la cadena de servicios de manera eficiente y sostenible.

 

Adicionalmente, se prevé la instalación de centros de formación técnica especializada, programas duales academia–empresa, desarrollo de certificaciones y alianzas estratégicas entre institutos superiores y universidades locales de Lima Este, que cuentan con carreras en ingeniería, administración, negocios internacionales y logística. Esta visión permite suplir la demanda de capital humano en logística, comercio exterior y mantenimiento especializado, asegurando la sostenibilidad y liderazgo del modelo Lima Este en el futuro nacional y regional.


 

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