Ante la experiencia de otros países, la solución es el desarrollo de una agricultura inteligente mediante la modernización. Lo que se pretende es aumentar la producción, la productividad para alcanzar los adecuados índices de competitividad y sostenibilidad, empleando las variables de investigación, desarrollo tecnológico, transferencia de tecnología, gestión del conocimiento, formación, capacitación y extensión. Esto compromete a las instituciones públicas, la empresa privada y el rol protagónico de las organizaciones agrarias.
Impulsar los TICS, Tecnología de Información y Comunicación, con el empleo de los teléfonos inteligentes, cuyo uso masivo, a la actualidad, se emplea para asuntos personales y algún entretenimiento, pero este elemento puede cambiar las actividades agrícolas ya que facilita el acceso y permanencia a los mercados y proporcionar información para dar respuesta a los problemas frecuentes en el campo agrícola. Temas como siempre agobian al agricultor son la información sobre clima, insumos, mercados y precios; todos ellos importantes porque señalan el camino de que sembrar, como sembrar, producir y a quien le vendo, y a qué precio.
Asimismo, la Agricultura 4.0 te brinda una visión amplia de este sector, contempla toda la Cadena Productiva o la cadena de valor, vinculando la Producción, Transformación y Comercialización, conectado a través de Internet para coordinar y compartir información. Con estas nuevas propuestas se pueden crear empleos nuevos y más atractivos para beneficiar a las áreas rurales, dejando atrás aquella agricultura que dependía del esfuerzo humano y del uso de herramientas manuales.
El nuevo agricultor debe tener un dominio completo de sus habilidades y conocimientos agrícolas existentes, convirtiéndose en una especie de gerente de Tecnología de la Información-TIC, que opere desde una oficina o frente a una pantalla. Esta experiencia o vivencia se tiene en muchos países de Europa y algunos en América Latina.
La permanente demanda de alimentos debido al crecimiento demográfico está afectando al medio ambiente y ejerciendo muchas presiones sobre la productividad agrícola, al no tener información oportuna sobre presencia de fenómenos naturales, como temporales extremos y problemas de sequía, así como el uso de la tierra, el riego y el control de plagas y enfermedades.
Ante los problemas de alimentación, a todos los países les preocupa la seguridad alimentaria, pero no, limitarse a señalar especies a producir o delimitando territorios. Hay la necesidad de involucrarnos a la agricultura 4.0, ya no como una opción, si no convertirla en una necesidad. También es necesario tomar en cuenta que la implementación de estas iniciativas de innovación, deben tener un contexto social donde la incorporación de estas nuevas tecnologías debe involucrar a grandes y pequeños productores. Para todos ellos se tiene propuestas, con una asimilación gradual de acuerdo a las condiciones de cada zona.
Para la adopción de la Agricultura 4.0, se requiere de políticas de estado que desarrollen tecnologías hacia los agricultores, para que sean incorporadas a sus actividades, promoviendo el acceso a la información y el aprendizaje por parte de los agricultores. Un tramo muy importante de estas propuestas de innovación es implementar un Plan Nacional de Extensión Agrícola, que “lleve” esta información a los agricultores, con mensajes claros y con una presencia permanente de los especialistas en campo. Con esto se corrige, la ausencia del estado en las actividades agrícolas, que tanto daño se ha hecho al país en las últimas décadas.