En el panorama mundial subsisten diversas narrativas y enfrentadas entre el confinamiento y la apertura como respuesta a la crisis, con una competencia por el liderazgo y los modelos adoptados, defendiendo la gestión de la crisis de sus propios gobiernos. Cada uno mira al vecino para ver en qué momento éste comienza a aplanar la curva en lugar de fomentar un trabajo colaborativo interno y externo. Dentro de las respuestas de contención a la pandemia con actores y estrategias exitosa destacan los países del Asia, sometidos a la vigilancia digital y en los que la epidemia no sólo la pelean virólogos y epidemiólogos, sino informáticos y especialistas en gestión masiva de datos. Famosos pensadores y expertos, han puesto en el centro de la pandemia el fortalecimiento de la capacidad institucional del estado, un viejo tema que hoy el politólogo Francis Fukuyama reafirma contundentemente: "La línea de fractura más importante a la hora de ofrecer una respuesta efectiva a la crisis no va a ser la que separa autocracias de democracias. El determinante principal de esa gestión no será el tipo de régimen sino la capacidad del gobierno y, sobre todo, la confianza depositada en él", y defiende la respuesta de los gobiernos de Corea del Sur y Alemania. Mientras que el Nobel Joseph Stiglitz, propone reevaluar en su conjunto la cadena logística global, por los problemas que la concentración la producción de suministros médicos que generó problemas desabastecimiento desde inicios de la pandemia.
El mundo durante y post pandemia depende de patrones difíciles de predecir, de la intensidad y efectividad de las medidas adoptadas para contenerla y del tiempo que demore la búsqueda de vacuna o tratamiento eficaz, pero podemos evidenciar algunas tendencias para la región:
1. Incremento de la virtualización de las relaciones económicas y sociales con el teletrabajo y digitalización son la nueva punta de lanza, para acelerar cambios en las empresas, Mypes, el tejido productivo y una la revolución sin precedentes de la educación virtual.
2. Fomento de inversiones en automatización y el incremento de herramienta de inteligencia artificial.
3. Se incrementará la innovación y flexibilidad en la prestación de los servicios públicos y privados, ante los patrones de gasto y el comportamiento de los consumidores.
4. Es una invalorable oportunidad para consensos políticos y técnicos para cerrar brechas entre educación, ocupación, productividad y competitividad como elementos para imaginar y proponer una sociedad y economía centrada en el desarrollo real de las personas.
5. El sistema sanitario debe ser reforzado con recursos, infraestructura, equipamiento y sistemas efectivos de información y de apoyo a la respuesta sanitaria, en especial la atención primaria.
6. Acumular reservas estratégicas de equipos médicos, favorecer la relocalización de industrias de esos rubros en América Latina y asegurar una respuesta coherente en lo relativo a seguridad, o movilidad de las personas y bienes.
7. Mantener el almacenamiento seguro de datos sensibles para ciudadanos y estado y consiguiente necesidad de desarrollar apps y “nubes digitales”.
8. Construir sociedades más integradas e igualitarias con medidas útiles y de valor político, esta crisis la gente común va a perder sus trabajos y la población vulnerable crecerá.
9. Avanzar en la transformación de la estructura económica con una audaz y progresiva digitalización, sostenibilidad fiscal, inclusión social y equidad avalados por pactos políticos nacionales de largo plazo. Necesitamos una clase política a la altura del desafío.
10. Fortalecer la capacidad institucional del estado, hoy es vital para contener la pandemia, la transición a la nueva normalidad y sostener el mundo post pandemia. Con un claro impuso de la competitividad, sostenibilidad ambiental, protección social, estabilidad fiscal y gobernanza.
11. Sacrificar la libertad por la seguridad de las personas, frente a la necesidad restricción de movimiento para contener la pandemia y/o evitar rebrotes, será necesario analizar los límites y las tecnologías de vigilancia.
Finalmente, muchos paradigmas desaparecerán porque las cosas que pensábamos imposibles están pasando en menos de seis meses, estamos confinados pero el debate político y acción técnica se acelera. Para mirar con nuevos ojos, prepararnos para la transición y acariciar el futuro como un desafío cargado de esperanza para sumar esfuerzos y voluntades, un grafiti anónimo pintado en Hong Kong nos invita hacia un camino retador; “No puede haber retorno a la normalidad porque la normalidad era el problema de origen”.
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