La pandemia del Covid-19 ha provocado un vuelco extremo en todo el mundo con diversas medidas de contención frente a la crisis sanitaria para proteger la salud y seguridad de los ciudadanos, contener la epidemia y reforzar los sistemas de salud pública desde su aparición en China y la declaración de Emergencia Pública a Nivel Internacional por la Organización Mundial de la Salud -OMS el 30 de enero de este año. Ya son 7 millones de personas contagiadas por coronavirus y el número de muertos asciende hasta los 409,000 con Estados Unidos encabezando la lista. Sin embargo, la BBC advierte que unos de los retos más grandes de los científicos es saber cuál es el tamaño real de la pandemia, ante la diversidad de cifras, metodologías, interpretaciones y subreportes.
Las medidas han ido variando conforme lo ha requerido la situación creada por la evolución de la pandemia, incluyendo un abanico de normas institucionales necesarias para que los gobiernos puedan gestionar la emergencia como Declaración de Estado de Alarma o Emergencia, que permitan blindar las decisiones de gestión pública y la inyección de recursos. En estos seis meses desde que apareció el coronavirus hemos aprendido a vivir con la incertidumbre, ante la fragilidad del sistema sanitario del llamado “primer mundo”, de la fragilidad de la sociedad moderna ante el virus y el desconocimiento de sus consecuencias, y también con fe en que las medidas puedan mejorar la evolución de las curvas cotidianas de contagiados que en España se esperaban cada mañana y han dejado como resultados a la fecha de 242,280 personas contagiadas y 27,136 mil fallecidos, según los datos del Ministerio de Sanidad.
Esta pandemia es el drama y el reto del siglo, con los rostros de familias rotas por la muerte y la enfermedad, sanitarios que se dejaron la piel para luchar contra el virus en la primera línea de contención y que dejan en España casi 50 mil contagiados a los que se debe proteger (40% del total); la Feria de Madrid, IFEMA, convertido en hospital temporal y emblema de la pandemia que atendió casi 4,000 enfermos en Madrid; el sobrecogedor espacio de El Palacio de Hielo convertido abruptamente en una morgue que albergó 1,142 fallecidos; las colas en el Banco de Alimento; las familias sin ingresos, el mapa de avance de la pandemia, la rueda de prensa del centro de coordinación de alertas y emergencias sanitarias y su lenguaje que pasaron a formar parte del lenguaje cotidiano para comprender el avance de la pandemia, ante un virus veloz, desconocido y letal cuyo portador somos los seres humanos cada vez que nos movemos sin disciplina social: “Es la tarea pendiente analizar las cifras de fallecidos por coronavirus y las de decesos en el mismo periodo de tiempo que señalan las fuentes oficiales en 48 mil que llevan la necesidad de hacer mayor investigación”.
La mejora de la situación sanitaria en toda Europa y en España después de este duro confinamiento, ha acelerado el debate sobre el ritmo de la apertura hacia la nueva normalidad, los riesgos y temores. Todas las comunidades autónomas han ido anotando puntos e innovaciones para cumplir con las normas de la desescalada establecidas por el Ministerio de Sanidad desde la fase cero a la fase tres. En la soñada fase tres (3) hacia la “nueva normalidad” abren todas las actividades y está prevista para la quincena de junio en España. La idea es evitar que el daño económico siga profundizándose y recuperar algunas actividades que se dinamizan en el verano europeo con la reactivación del turismo, hostelería y transporte. Como datos generales en la fase 3 de la desescalada del coronavirus: en el ámbito laboral, se inician los protocolos, reincorporación presencial, seguridad y horario escalonado; en lo social, medidas de protección y alivio a los más vulnerables. El esperado contacto con personas que no padezcan factores de riesgo o patologías previas, en los velatorios y bodas se podrá tener un número más amplio de asistentes, en los servicios sociales, una exhaustiva revisión de los modelos de gestión de las residencias de mayores y en el sector servicios, se levanta la prohibición del uso de zonas recreativas y comunes en los centros comerciales