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Jorge Arévalo y Victor Vásquez / Organizaciones de Usuarios de aguas (1 de 5)

  • Foto del escritor: Análisis Efectivo
    Análisis Efectivo
  • 9 jul 2023
  • 4 Min. de lectura

Organizaciones de usuarios de agua (OUAs): ley y realidad

“…pudo más la demagogia y el populismo”


En medio de un panorama de abandono y de incumplidas promesas desde el gobierno para con millones de familias del campo, la algarabía por el día del campesino, se apoderaba de la burocracia pública. Desde el Congreso, festejaban la aprobación de la Ley 31801. Tampoco faltaron, desde las llamadas organizaciones de usuarios del agua, algunos dirigentes que calificaban como un hecho trascendental y de justicia el nacimiento de esta nueva norma. Esta Ley se dice, que orientará la vida de las 127 Juntas y 1,582 Comisiones de Usuarios, las mismas que involucran a millones de campesinos, cientos de productores agrarios y algunas decenas de empresas agrarias, esparcidas en todo nuestro territorio.


Sabemos que no somos muy proclives a respetar las leyes, pero nos assite el derecho de llamar la atención a los hacederos de las normas, por su irresponsabilidad y demagogia al momento de elaborar y aprobar normas como justificando, de alguna manera, los millones de soles que nos cuestan a todos los peruanos (mejor dicho, a los contribuyentes) mantenerlos.


El asunto en agenda, no es ningún sencillo, los millones de campesinos que desarrollan la agricultura familiar, abastecen el mercado nacional. Las empresas agro exportadoras, con su agricultura del desierto, han logrado un posicionamiento en el mercado internacional y ambas contribuyen a cierta forma con la seguridad alimentaria en el país.


Desconociendo temas de derecho y guiados por el sentido común, suponemos que una norma legal demuestra su validez, en la medida que es aplicable a una determinada realidad, contribuye a la estabilidad social y política y al desarrollo económico; todo lo contrario, se convierte no sólo en letra muerta, sino en elemento de obstrucción, pese haber nacido con el cumplimiento de todo lo indicado en nuestra Constitución Política.


Llama la atención, que los presidentes de la Juntas que se reúnen en Lima, hasta por un hecho de quítame las pajas o para legalizar sus sueldos, vía comisiones de servicio, y que se supone son conocedores de la realidad agraria, no hayan aportado en la elaboración de esta Ley y solamente lograr la rendija para que a través de sus Núcleos Ejecutores (NEC) inicien legalmente sus negociados con las obras públicas, por encargo del MIDAGRI. Salvo que no les importe el contenido de la Ley y que empleen el estatuto interno para sacarle la vuelta, como se suele hacer en nuestro medio.


Las OUAS son menos y peor que las ONGs

La ley en mención destaca que las Juntas y Comisiones de Usuarios, son “Organizaciones sin fines de lucro” (Art. 6. Inc. 6.1), para entendernos mejor, somos por naturaleza una ONG. Pero en realidad, somos menos que ellas, porque las aludidas, consiguen fondos en el extranjero, se vuelven nuestra patronal y como si fuera poco las ONG no son fiscalizadas, por el Estado. Las Juntas de Usuarios, por el contrario, si son fiscalizadas o mejor dicho seudo fiscalizadas por una llamada ANA – MIDAGRI que en cristiano se afirma que, a su incompetencia, le suma su complicidad en la corrupción alrededor del agua y sus organizaciones.


Este tipo de naturaleza que nos da la ley, nos condena a la dependencia de cada gobierno que se elija; nos convierten en pedigüeños, aduladores sin par y, portátiles de Presidentes y de ministros del gobierno de turno. Si queremos compuertas, estiramos la mano izquierda al papá Gobierno, para la limpia de canales, otra vez la mano, pero en este caso la derecha; si se trata de revestimiento de canales, limpieza de drenes, descolmatación de reservorios, entonces será preciso estirar las dos manos.


Esta perversa relación de subordinación y clientelismo se nota en el actuar de los presidentes de las juntas, quienes una vez cambiado un ministro de agricultura inician su estrategia del cortejo y lo primero que piden, es el pool de maquinaria para la limpieza de canales y drenes, pero eso sí, la quieren regalada. Si a la dependencia económica hacia los gobiernos, le agregamos la poca capacitación y formación con la que llegan los dirigentes, tenemos que aceptar que éstos sin bien pueden aprovecharse de algo, son en esencia presa fácil de la manipulación, el clientelismo y la corrupción que destila por todas las partes, a borbotones.


Con organizaciones indignas y utilitarias para el clientelismo y aprovechamientos dirigenciales, no se puede avanzar. Con organizaciones aduladoras, la defensa y el respeto de los derechos de los productores no están garantizados. En buena cuenta, las Juntas y las Comisiones de Usuarios, su papel se reduce a repartidores de turnos de agua para la actividad agrícola y a mendigar determinados apoyos. Son organizaciones sin perspectiva de, participar y liderar el desarrollo agrario, pero sí muy eficientes para la mendicidad pública.


Antes de continuar, debemos hacer un paréntesis, y subrayar que la opinión vertida en este ensayo, es sobre el conocimiento y experiencia como usuario de la Junta del Alto Piura, que desarrolla, como cientos de miles, su quehacer agrícola sin riego regulado, lo que convierte a ésta, en una actividad económica de bastante riesgo y la subutilización de mis recursos como la tierra.


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