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Juan de Dios Guevara / La unión hace la fuerza (1 de 2)


Somos conscientes que, de alrededor de 3 millones de empresas peruanas, sólo unas 10 mil empresas exportan, a pesar de tener grandes ventajas comparativas, por el alto nivel de biodiversidad que poseemos. “Perú es un país con una diversidad sorprendente en términos humanos y biológicos. Es un hecho que posee entre 82 y 84% del mundo biológico” David Bellamy.


En tal sentido, trabajar la asociatividad resulta indispensable, para incrementar nuestra capacidad de ingresar al mercado internacional, y así generar divisas y empleo. Resulta una alternativa válida para las Pymes, el desarrollo de consorcios para la exportación. Un consorcio, es la unión de empresas para lograr sinergias, qué les permita aumentar sus capacidades. El consorcio reduce los riesgos y costos de la internacionalización, entre otras ventajas.


Las ventajas del consorcio, superan a las desventajas. Se debe entender que el mercado es cada vez más competitivo. Por lo que el unirse entre varias empresas, permite lograr sinergias, qué hay que saber aprovechar. No sienta por ello, qué pierde su autonomía, cómo que le va a resultar una unión de por vida, ya qué puede retirarse sino le conviene o convence. Más bien, considérelo una oportunidad que debe saber aprovechar.


Al unirse, podrá aprovechar, mejoras en calidad, mejoras en el o los productos, mayor capacidad de promoción, mejor capacitación. Igualmente, podrá reducir los costos unitarios del producto, incrementando sus márgenes de rentabilidad. Depender de pocos proveedores suple la escasez de personal calificado en las técnicas de exportación. Cubre la ausencia de información de los mercados y reduce los gastos generales de toda exportación.


Así mismo, por el incremento en la capacidad de oferta, les interesará más a los compradores del exterior. Les da mayor posibilidad de diversificar mercados, incluso el ingreso a mercados nuevos, con una mayor capacidad de negociación con los proveedores, con los clientes, con los bancos y con las entidades de fomento de las exportaciones, al lograr mayor competitividad, por mayor cantidad de licencias de fabricación, y una oferta más sostenida durante el año, reduciendo fluctuaciones de venta.


El trabajo en equipo, les puede permitir el desarrollo de una marca propia. Con la suma de experiencias de los participantes del consorcio, además de reducir el costo de la inexperiencia, pueden sus integrantes sumar para un mejor marketing internacional, mejorando la forma y presentación del envase y etiquetado.


Por experiencias propias, sé que es difícil lograr la integración equilibrada y coherente, de todos sus componentes. Cuando pertenecía al Comité de Tradings (empresas comercializadoras al exterior) de la Asociación de Exportadores (ADEX), trabajamos mucho para el desarrollo de consorcios de producción, para poder atender las solicitudes de grandes pedidos que teníamos que cumplir con el exterior. Y la verdad, fue muy difícil, estandarizar producciones con calidades similares. Recuerdo que uno o varios fabricantes entregaban tallas diferentes a las solicitadas, incluso habiéndoles entregado modelos con medidas y características bien definidas. No logramos en muchos casos, la homogeneidad del producto.


Ha pasado el tiempo, la preocupación por cumplir con los estándares de calidad internacionales, se han ido consolidando, por lo que será bueno, promover nuevamente el desarrollo de los consorcios para la exportación.


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