Juan de Dios Guevara / A más hambre, más violencia
- Juan de Dios Guevara
- hace 4 días
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El Índice Global del Hambre (IGH) 2024, presentado por la red Alliance2015 (red estratégica de siete organizaciones no gubernamentales europeas dedicadas a la acción humanitaria y de desarrollo), revela que Perú enfrenta una crisis alimentaria persistente, con un puntaje estancado de 19.6 puntos, el mismo registrado en 2022 y 2023, consolidando la peor situación nutricional en los últimos 15 años. Este estancamiento refleja un retroceso significativo en la lucha contra el hambre, borrando avances logrados entre 2010 y 2019.
Resultados del IGH 2024 en Perú. Puntuación Nacional: El IGH 2024 asigna a Perú un puntaje de 19.6, ubicándolo en la categoría de hambre moderada, muy cerca del umbral de gravedad (20.0 puntos).
Este puntaje es idéntico al de 2022 y 2023, lo que indica una falta de progreso en la mejora de la seguridad alimentaria. Comparado con el 2019 (14.0 puntos), el deterioro es evidente, marcando un retroceso de más de una década.
Desagregado por regiones;
A. El Hambre Grave (20.0–34.9 puntos), se encuentra en diez departamentos, principalmente en la sierra y selva. 1. Apurímac: 32.8, al borde de la categoría «alarmante» (35.0 puntos).2. Huancavelica: 29.0. 3. Ayacucho: 27.7. 4. Loreto: 26.8. 5. Huánuco: 26.0. 6 al 10: Puno, Ucayali, Junín, Cusco, Pasco: Todos con puntajes entre 20.0 y 25.0, indicando una situación crítica.
B. Hambre Moderada (10.0–19.9 puntos): Trece departamentos, incluyendo Lima, Junín, Arequipa, Cajamarca, Callao, Amazonas, La Libertad, Piura, Tumbes, Moquegua, Tacna, Áncash, y San Martín, se encuentran en este rango.
C. Hambre Baja (≤9.9 puntos): Solo Ica (8.4) y Lambayeque (9.7) mantienen niveles bajos, gracias al dinamismo de la agro exportación y la agroindustria.
El IGH se calcula con base en cuatro indicadores: 1. Subalimentación: Insuficiencia calórica en la población. 2. Retraso en el crecimiento infantil: Desnutrición crónica en menores de 5 años (12,2% en 2024, según ENDES).3. Emaciación infantil: Desnutrición aguda. 4. Mortalidad infantil: Tasa de mortalidad en menores de 5 años.
En 2024, estos indicadores reflejan un deterioro continuo, especialmente en regiones rurales afectadas por eventos climáticos y en áreas urbanas por la pérdida de poder adquisitivo.
Las simulaciones realizadas por Alliance2015 sugieren una ligera mejora en el IGH para 2024, pero insuficiente para salir de la crisis alimentaria. Los escenarios (leve, moderado, severo) indican que el puntaje podría mantenerse cerca de 19.6 o descender marginalmente, pero el panorama sigue siendo crítico.
Factores como la inflación alimentaria, el cambio climático (sequías en Piura, fenómeno El Niño), y la recesión económica de 2023 continúan afectando la seguridad alimentaria.
Radiografía del Hambre en Perú (2024):
1. Magnitud del problema;
A. Población afectada: Más de 17,6 millones de peruanos (51,7% de la población) padecen inseguridad alimentaria moderada o grave, según la FAO (2024). De estos, 6,9 millones enfrentan inseguridad alimentaria grave (20,3%).
Aproximadamente 16 millones de personas sufren carencias nutricionales, hambruna crónica o desnutrición. El 47% de la población (cerca de 15 millones) no consume tres comidas diarias al menos un día por semana, y el 13% (3,16 millones) no lo hace ningún día de la semana.
B. Infancia y anemia. La desnutrición crónica infantil aumentó de 11,5% en 2023 a 12,2% en 2024 en menores de 5 años. La anemia afecta al 43,1% de los niños de 6 a 35 meses, un incremento de 0,7 puntos respecto a 2022. 56% de niñas y niños (casi 2 millones) enfrentan inseguridad alimentaria, lo que limita su desarrollo físico y cognitivo.
C. Dependencia de Asistencia Alimentaria. Un 9% de la población (2,19 millones) recurrió a ollas comunes o comedores populares en la última semana, y un 4% (971,637 personas) lo hizo más de dos días.
En Lima, el 24% de la población (2,01 millones) experimentó hambre por falta de recursos en los últimos tres meses, mientras que en el interior del país el porcentaje es mayor (27%, 4,3 millones).
2. Disparidades regionales:
A. Sierra y Selva: Las regiones más afectadas son Apurímac, Huancavelica, Ayacucho, Loreto y Huánuco, con puntajes de IGH que reflejan hambre grave. Estas áreas enfrentan desafíos estructurales como pobreza extrema, agricultura de subsistencia vulnerable a eventos climáticos y cobertura limitada de programas sociales.
B. Costa: Ica y Lambayeque se benefician de la agro exportación, manteniendo niveles bajos de hambre. Sin embargo, Lima Metropolitana ha superado a la selva en niveles de hambre desde la pandemia, con un IGH de 18.6 en áreas urbanas (frente a 14.3 en 2019).
C. Áreas rurales vs urbanas. Las zonas rurales tienen un IGH de 22.2, más grave que el 18.6 de las áreas urbanas, aunque estas últimas no han recuperado los niveles pre pandemia.
Las áreas urbanas muestran un deterioro notable debido a la pérdida de empleos, inflación alimentaria y agotamiento de ahorros.
3. Factores que contribuyen:
A. Económicos: La inflación alimentaria y la recesión de 2023 redujeron el poder adquisitivo, especialmente en hogares que destinan gran parte de sus ingresos a alimentos.
La desigualdad estructural limita el acceso a dietas saludables, con 11,5 millones de peruanos sin acceso a una dieta que cuesta aproximadamente 15 soles diarios.
B. Climáticos: Eventos como el Ciclón Yaku, sequías en Piura y el fenómeno El Niño han afectado la productividad agrícola, encareciendo alimentos y provocando desabastecimiento.
C. Políticos y sociales: La inestabilidad política y la falta de coordinación en políticas públicas han obstaculizado respuestas efectivas.
La ausencia de un plan articulado para la seguridad alimentaria, con estrategias desactualizadas (como el Plan de Seguridad Alimentaria vencido en 2021), agrava la situación.
D. Género: Aunque los hombres presentan mayores niveles de hambre grave (IGH 20.2 vs. 18.9 para mujeres), las mujeres enfrentan desventajas estructurales como brechas salariales, discriminación laboral y sobrecarga de trabajo no remunerado, lo que perpetúa su vulnerabilidad.
Las mujeres y niñas son más afectadas por la inseguridad alimentaria debido a sus roles en la producción y distribución de alimentos, aunque priorizan la alimentación de sus familias.
4. Impactos Sociales:
A. Inseguridad Ciudadana: El hambre contribuye al aumento de la inseguridad, ya que la desesperación por los alimentos puede exacerbar conflictos sociales y delincuencia
B. Fuga de Capital Humano: La falta de oportunidades y la inseguridad alimentaria están impulsando la migración de jóvenes (18–25 años) de zonas rurales a urbanas o al extranjero, lo que amenaza el desarrollo de sistemas alimentarios sostenibles
C. Salud Pública: La desnutrición y la anemia en niños comprometen el desarrollo cognitivo y físico, perpetuando ciclos de pobreza. La obesidad, que afecta al 24,1% de los mayores de 15 años, refleja dietas de baja calidad.
5. Respuestas y Recomendaciones:
A. Ollas Comunes: Estas iniciativas han sido clave para mitigar el hambre, atendiendo a millones de peruanos en situación de vulnerabilidad. Sin embargo, su dependencia de recursos limitados y la falta de apoyo estatal las hacen insuficientes.
Propuestas del IGH 2024:
B. Equidad de Género: Implementar políticas con enfoque de género para abordar las desigualdades que afectan a mujeres y niñas en el acceso a alimentos y oportunidades.
C. Inversión en Juventud: Fortalecer la educación de calidad y el acceso a tecnologías para que los jóvenes vean la agricultura como una carrera viable
D. Políticas Integrales: Coordinación entre el Estado, sector privado, sociedad civil y cooperación internacional para diseñar estrategias de corto, mediano y largo plazo.
E. Resiliencia Climática: Mitigar los impactos de eventos climáticos extremos mediante inversión en infraestructura agrícola y programas de adaptación.
F. Innovación: El uso de tecnologías en sistemas agropecuarios (agtech y foodtech) podría mejorar la productividad y el acceso a alimentos, pero requiere marcos legislativos favorables.
Comparación con el IGH 2023. Puntuación: El IGH 2023 reportó 19,6 puntos a nivel nacional, con proyecciones que estimaban un posible aumento a 20,2 puntos en un escenario pesimista. Sin embargo, el IGH 2024 confirma que el puntaje se mantuvo en 19.6, lo que refleja una falta de avances, pero evita un deterioro mayor.
Las mismas diez regiones identificadas como «tumbas» en 2023 (Apurímac, Huancavelica, Ayacucho, Loreto, Huánuco, Puno, Ucayali, Junín, Cusco, Pasco) permanecen en esta categoría en 2024, sin mejoras significativas.
Mientras que el IGH 2023 destacó un retroceso generalizado, el IGH 2024 señala un estancamiento, con ligeras mejoras proyectadas para 2024 que no alcanzan para revertir la crisis.
El IGH 2024 pinta un panorama alarmante para Perú, con un estancamiento en 19.6 puntos que refleja una crisis alimentaria persistente, agravada por factores económicos, climáticos y políticos. Más de la mitad de la población enfrenta inseguridad alimentaria, con regiones como Apurímac y Huancavelica al borde de una situación alarmante.
La desigualdad regional, la vulnerabilidad de mujeres y niños, y la falta de políticas efectivas son desafíos clave. Para revertir esta situación, se requiere una acción coordinada que priorice la equidad de género, la inversión en juventud y la resiliencia climática, junto con un fortalecimiento de iniciativas como las ollas comunes y el apoyo a la agricultura sostenible.
Ojalá el gobierno se dé cuenta de esta grave situación, e incluya el ataque directo al Hambre, en sus estrategias, para atacar la inseguridad ciudadana, porque el pan nuestro es de cada día, y si no hay pan en las mesas, habrá cada vez más violencia
Será bueno que la presidente analice estas cifras, para que con un poco de humildad, se dé cuenta de su pésimo gobierno, y evite esos gastos de viaje innecesarios, intento de aumento de sueldo, y tantos gastos suntuarios y frívolos, que nos confirma el absurdo sistema electoral, que permite que cualquiera, sin mayores conocimientos de nuestra realidad nacional, llegue al poder.
Y las consecuencias la estamos viviendo, cada día menos apoyo popular a las autoridades, más violencia, más inseguridad, por la falta del pan nuestro de cada día en la mayoría de los hogares
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