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Juan de Dios Guevara / Al Maestro con cariño (2 de 2)


Mi padre, cuando vio el mercantilismo de la educación, me lo anticipó, “esto le va hacer mucho daño al desarrollo del país”, y se le deterioró la salud fuertemente, hasta fallecer en el 2000 a los 90 años. Tanta lucha me decía, para acabar en esto. Y así, con su recuerdo vaya un homenaje a todos los maestros, y decirles “Muchas gracias por todas sus enseñanzas”, y viejo mi querido viejo, para que la lucha continúe y tu voz siga presente, acompaño tu artículo del milenio pasado, que mantiene su vigencia en el Perú, y que debe ser atendido por las autoridades nacionales, porque “No hay revolución sin educación”. Las universidades deben ser parte activa del cambio.


Son millones que se han invertido anualmente en estos poderosos activos del Estado, que con una gestión proactiva, pueden y deben dinamizar el conocimiento y la acción en los territorios en que se encuentren, movilizar a la juventud, nuestro futuro, y presentar las enormes oportunidades de generación de valor que poseemos a nivel nacional, para atraer a los empresarios y desarrollar alianzas universidad-empresa, por Obras por Impuestos, por Alianzas Público-Privadas, por Proyectos en Activos; en sinergia con el Estado, los presupuestos de las universidades mejorarán y los maestros universitarios, bien remunerados y bien exigidos, podrán aportar a la sociedad, el acceso y las facilidades a tanto conocimiento. Estamos en la sociedad del conocimiento, es hora, de optimizar y rentabilizar el uso de estos importantes activos, algunos centenarios, siguiendo a la universidad más antigua de América la UNMSM, con 471 años.


Al Maestro con cariño: El maestro universitario nuevamente. Juan de Dios Guevara Romero El Comercio, mediados de 1996


“No es inoportuno recordar que las Universidades tienen en nuestros tiempos una misión más allá que la ya trascendente, decisiva, de preservar la tradición y el saber. Su vida varias veces secular de la cultura, va unida a la idea de las Universidades, pero las mejores entre ellas no se contentan con ser focos de irradiación intelectual o científica. Se proponen la formación de hombres para que en sus manos, ciencia, técnica y artes, influyan y actúen como potencias defensoras de los supremos valores humanos.


La categoría de una Universidad depende del nivel que alcancen sus profesores, y por eso también la preocupación mayor de toda Universidad, que se respete, es la de mantener en planos superiores el nivel de su personal docente, la de formar sus cuadros de magisterio, sin permitir que su calidad se derrumbe. De ahí que sea una institución que interesa a todos. Los que educan, prestigiando y jerarquizando la institución universitaria, son los maestros, son sus investigadores. La formación de un maestro, un investigador es dura, larga, difícil y delicada. Es producto de numerosos factores de ambiente, educación, oportunidades, aliento y orientación que con voluntad, tenacidad y perseverancia van sedimentando con el paso del tiempo. Nunca pueden improvisarse ni un investigador, ni un maestro.


A los maestros indiscutibles, se les debe dar las facilidades económicas necesarias. Su dedicación requiere una remuneración adecuada que le permita vivir sin penurias, él y su familia. Es un hecho notorio que la remuneración de los maestros estatales es muy inferior a la percibida por cualquier otra clase de trabajador de igual o aún a menor jerarquía. En esta época de reajuste de valores, los docentes, los hombres de ciencia y de humanidades, lejos de encontrar mejorada su situación económica la ven empeorar progresivamente. Además, es necesario darle una relativa comodidad de trabajo, para que se sienta cómodo en su gabinete o laboratorio, para que pueda conocerse sus comunicaciones científicas, etc. Queremos aquí tocar un tema que ya ha merecido más de una reflexión por parte de numerosos hombres de ciencia. Se trata de la escasa presencia de los científicos peruanos en los Congresos y otros eventos de carácter internacional, hecho que no condice con el nivel científico alcanzado por nuestro país en el campo de las ciencias.


Esta preocupación reapareció con fuerza en una reciente reunión del XXII Congreso Latinoamericano de Química celebrado en Chile en la que se presentaron 107 trabajos de Argentina, Bolivia 12, Colombia 24, Cuba 6, México 37, Panamá 4, Perú 1, República Dominicana 1, Venezuela 23. No se diga del número grande de trabajos presentados por Brasil y Chile. A qué se debe que el Perú presente sólo un trabajo. A la baja remuneración de los maestros e investigadores universitarios peruanos que no pueden sufragar los gastos para participar en estos certámenes.


Es necesario investigar la situación económica y social de los científicos con el fin de proponer enmiendas y corregir esta situación aun a pesar de las dificultades existentes. El docente universitario, en común con los demás trabajadores de las cosas del espíritu, no busca en el dinero sino la satisfacción de las necesidades de primero vivir. Por eso es necesario que el Supremo Gobierno vea la importancia del problema que aflige a todos los docentes la remuneración justa. Así, avanzaremos con la gravedad de quienes no ignoran sus duras responsabilidades frente al país; pero al mismo tiempo con la alegría de quienes conocen la nobleza de su tarea, de quienes saben que están forjando el mañana del Perú, del Perú que queremos todos: más grande, por más culto; más noble y más feliz, por más justo; más fuerte también, por más consciente de su destino. Este es el empeño de los maestros e investigadores universitarios”.


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