Coincidiremos en que nuestro gran enemigo es la corrupción, porque resulta ser una amenaza constante a la paz y seguridad, debido a que la corrupción y los conflictos se alimentan mutuamente, convirtiéndose en terreno fértil para redes criminales y abusos contra los derechos humanos.
La corrupción no solo genera un perjuicio económico, sino que también afecta la confianza en la democracia. Afecta los valores de una sociedad, generando rechazo y falta de credibilidad de las instituciones y autoridades
Se devalúa la palabra, se incrementa la desconfianza, se pierde el propósito de lo que es creer en los demás y dar el apoyo solidario hacia la construcción de una sociedad en progreso, procurando su felicidad y buen vivir. Nadie cree en nadie.
Por ello es que se debilitan las instituciones, a tal punto que clasificadoras de riesgo como Moody’s, se permiten afirmar con razón, que “Las instituciones se están pudriendo en el Perú” “El potencial problema que vemos en el Perú es que a partir de la contaminación de las instituciones y de la economía se puedan contaminar las finanzas públicas y eso es extremadamente peligroso para la calificación”
La corrupción es un mal mundial, y el Perú es un país destacado en ello históricamente, acentuándose este problema en los últimos tiempos, tal como lo destaca la presentación esta semana por parte de la Contraloría General de la República del ‘Índice de Corrupción e Inconducta Funcional (INCO) 2022′, el cual revela las regiones más afectadas por malos manejos en la función pública y la cantidad de dinero perdido a causa de ello.
El 55% de los casos detectados por la Contraloría en el 2022, en 2.815 entidades evaluadas, fue por delitos de corrupción, y el 45% restante, por inconducta funcional. Sólo el año pasado funcionarios corruptos se apropiaron de S/ 24 mil millones, “Con ese monto podríamos haber cerrado la brecha de pobreza de todo el Perú en un solo año”, alertó el contralor Nelson Shack
Esos S/ 24.419 millones para ser precisos, están en los bolsillos de esos que van por ahí, con la conciencia sucia, pero mostrando sus signos exteriores de riqueza, con la seguridad de que acá no pasa nada, a pesar de que se tienen 76 408 casos detectados en el año 2022, que han movido más de S/ 9 250 millones, sabiéndose incluso quiénes son estos funcionarios, sus cuentas, sus órdenes de servicio y dónde trabajan, pero cómo estamos en el Perú, de acá a que se les inicie el proceso y se llegue a una acusación formal con la sanción respectiva, contando con la defensa de abogados y organizaciones políticas que los arropan,…pasarán más de mil años, y muchos más…y la impunidad seguirá triunfante, riéndose en nuestras caras
Cómo los beneficiados son algunos y no la población en su conjunto, se genera resentimiento, desánimo, que se traduce literalmente en que “este país no sirve para nada”, “que si quieres salir adelante, hay que robar”, “que me largo de este país”, etc., etc. Nada a favor de nuestro futuro. Un mal que si queremos salir adelante, debemos extirparlo
En la elaboración del INCO 2022 detectaron que 198 entidades públicas tienen puntajes altos y muy altos en niveles de corrupción, el 38.4% corresponden al nivel del Gobierno Regional, el 37.9% son del Gobierno Local y el 23.7% son del Gobierno Nacional.
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