Tomando en cuenta que hacer frente de manera efectiva a la pandemia y a la reactivación económica requiere de una cooperación global y una solidaridad excepcional, que hay que saber procurarla, por lo que los exabruptos no tienen cabida en el ejercicio de una correcta Dirección. Hoy el mundo está interconectado globalmente
Así mismo, el que dirige debe pensar estratégicamente en el futuro, que queremos para el mañana, se necesita pensar en el largo plazo. Los directivos suelen ser “personas de acción” orientadas a actuar de forma rápida y en el ahora para conseguir resultados. En el contexto actual, la velocidad es una habilidad imprescindible para evitar males mayores. El futuro se escribe hoy, y solo podremos definirlo si sabemos responder a: ¿A qué aspiro? ¿Dónde juego? ¿Cómo gano? Y ¿qué capacidades tengo para el momento actual y el que viene?
Las preocupaciones son sobre el futuro, la gente mira hacia delante: ¿qué me va a pasar, ¿qué vamos a hacer en este o aquel escenario? Esas son las verdaderas preocupaciones que un Director tiene que afrontar. Lo que realmente está en juego, para conseguir la colaboración que permita el logro de los objetivos que se quiere poder alcanzar, es que la gente confíe en su Director. Y cuanto más inteligente y sofisticado sea el público, más exigencias demandarán, para tener confianza.
Por eso, no conviene limitar la comunicación al pasado sino al futuro. Anticipar los escenarios y hablar sobre ellos. La transparencia es el único elemento que funciona: muestra la confianza en ellos, y les damos los medios para que sean capaces de protegerse a sí mismos. Si no confían en la cabeza, cada uno lo hará por su cuenta, por lo que la gobernabilidad será cada vez más inviable, y nadie ganará, cómo se perderá la oportunidad histórica de haber logrado el poder, dejando un pasivo inmenso hacia futuro a su opción política
El que dirige debe saber que la comunicación no resolverá el problema, pero sin ella, los problemas no se resuelven en absoluto. La comunicación es demasiado importante como para dejarla en manos de subalternos, sin experiencia, sin conocimientos. Quien decide la gestión decide la comunicación. El silencio no funciona en la crisis, aunque lo único que podemos comunicar es que no hay novedades, eso es muy importante para la gente. Las actualizaciones son fundamentales: la gente necesita estar segura de que se les mantiene informados. Más aún, reforzar su mensaje principal cada vez que hable, y corregir la información incorrecta o engañosa. Sea proactivo en mantener a su audiencia informada. Nadie se quejará de recibir información clara y precisa
Hoy en el siglo XXI, la competencia por atraer inversiones es muy grande, por lo que hay que saber comunicarse, porque hay que generar CONFIANZA Hoy estamos a la distancia de un click, por lo que una declaración irresponsable, puede generar una gran estampida de dinero, tan necesario para intentar cerrar las brechas existentes. El dinero es cobarde, apenas le dan un espacio de incertidumbre, huye despavorido. Total, tiene un menú de 200 opciones (países), para escoger. Es bueno por lo tanto recordar al ex presidente uruguayo Mujica, gran referente de la izquierda democrática, cuando reconoce la importancia del capital.
El que dirige debe tener en cuenta que los retrocesos en el desarrollo ponen en peligro los niveles de vida, el empleo, los medios de subsistencia y el sustento de las personas. La pobreza aumenta, las tasas de alfabetización disminuyen, y se revierten los avances logrados en la igualdad de género, la nutrición y la salud. Por ello, es preciso lograr la estabilidad económica, aprovechar la revolución digital, buscar un desarrollo más ecológico y sostenible, e invertir en las personas. No hay revolución, sin educación.
Dirigir es un arte, vuélvase artista Señor Presidente, el Perú se lo demanda. Es su oportunidad histórica. Otra no tendrá. El Perú ya no puede perder más el tiempo
Comments