El INEI informó que, la población ocupada del país totalizó 16 millones 264,300 personas, en el primer trimestre del 2021. El ingreso promedio de las mujeres fue de alrededor de S/ 1.112, mientras que el de los varones fue de S/ 1.427, lo cual refleja que existe una brecha de género salarial de S/ 315,5. Antes de la pandemia ya existía una situación complicada para las mujeres: en el sector urbano con empleos informales y en el rural con trabajo poco o no remunerado. Afirma el BID que el Perú se ubicaba en el segundo lugar de la región con una tasa del 67% en participación laboral femenina poco antes de la crisis sanitaria; sin embargo, los trabajos en los que se desenvolvían ya estaban precarizados y no bien remunerados: el 57,3% de mujeres empleadas operaba en condiciones vulnerables contra un 44,6% de los varones. Esta brecha existe cuando hombres y mujeres reciben diferentes montos de dinero por realizar trabajo de un valor igual o comparable.
La brecha salarial de género aproximada va del 17 al 22 por ciento y significa que las mujeres trabajadoras ganan menos por hora que sus contrapartes masculinas. La brecha salarial de género es, a la vez, causa y consecuencia de la inequidad de género.
Según indica el INEI más del 99% de las empresas del Perú son pequeñas y medianas, y según el segmento empresarial, el 96,2% de las empresas son microempresas, el 3,2% pequeñas empresas, el 0,2% medianas empresas y el 0,4% grandes empresas.
Se estima existan 3 millones de empresas, de las cuales como un millón son de Lima, lo que representa el 46,6 % del total. Le siguen en importancia, las regiones de Arequipa, La Libertad y Piura con 5,6%, 5,1% y 4,2%, respectivamente. En las regiones de Amazonas, Apurímac, Ayacucho, Huancavelica, Huánuco, Junín y Tumbes las ventas en conjunto de micro y pequeñas empresas han sido superiores a las registradas por las grandes empresas.
Además, en las regiones andinas de Huancavelica y Apurímac, las más pobres del país, no existen unidades económicas con características de mediana empresa. Todas estas cifras, revelan la gran concentración en Lima. Se necesita descentralizar el desarrollo empresarial, ya que el Perú tiene muchas riquezas por desarrollar en todo el país.
De las más de 2 millones de unidades productivas, solo 10,000 empresas han exportado una vez, siendo unas 5 mil las que hoy exportan, y de ellas, solo 100 empresas representan más del 80% de nuestras exportaciones. Las MYPES solo representan el 3% de las exportaciones, aun cuando un 65% de las empresas exportadoras son MYPES.
El Consejo Nacional de Competitividad (CNC), muestra igualmente su gran preocupación para promover la competitividad empresarial y poder hacer frente a los desafíos del siglo XXI, como a los compromisos asumidos por el Perú, con Tratados de Libre Comercio con más de la mitad de la población mundial. “Para ser competitivos se requiere mayor diferenciación, diversificación y conocimiento. Ello implica incorporar renovados modelos de gestión para los sistemas de ciencia, tecnología, innovación y calidad; una estrategia articulada de internacionalización; y una educación que acompañe a esta transformación productiva.
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