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Juan de Dios Guevara / ¿Qué deberíamos hacer? (1 de 2) 



Si quisiéramos potenciar el crecimiento económico, generar más empleo y apoyar a la población más vulnerable, ¿Qué deberíamos hacer? Creo que lo conveniente, sería trabajar en tres frentes, facilitar la inversión privada, acelerar la inversión pública y recuperar la confianza.

 

Pienso que deberíamos mejorar las condiciones para la inversión privada, la cual representa el 80% en promedio de la inversión total en el Perú. Sea agilizando procesos, simplificación administrativa para trámites, licencias, y demás trabas, para lograr el ambiente, el ecosistema de negocios, más amigable y promotor, para los empresarios de todo tamaño. Sea desarrollando estrategias que incentiven y faciliten la formalización, en una economía con muy alto índice de informalidad. Sea capacitando, para lograr incrementar nuestra baja productividad y evitar seguir retrocediendo en el ranking mundial de competitividad. Sea apoyando la investigación y desarrollo, la ciencia, la tecnología, la innovación, la inserción en la economía internacional. Sea facilitando líneas de crédito a tasas y plazos promocionales.

 

El problema que tenemos adicionalmente, es que se quiere reactivar la economía con el sector privado, pero éste muestra indicadores nada auspiciosos. El economista Ricardo Hausmann Goldfarb, director del Centro para el Desarrollo Internacional y profesor de Economía del desarrollo en la Kennedy School of Government de la Universidad de Harvard, se los ha dicho a los empresarios en CADE  (Evento anual que reúne a ejecutivos del país para tratar temas de la problemática nacional con el objetivo de orientar y dar soluciones económicas y sociales), repetidas veces: “con tantas ventajas comparativas, sólo han hecho una cadena de valor, la de la gastronomía, a la cual todavía les falta mucho por hacer, ¿qué esperan?”.

 

Pienso también que habría que acelerar la inversión pública, que representa en promedio, el 20% de la inversión total en el Perú, o sea la cuarta parte de la inversión privada. Más crece la inversión privada, más crecería la inversión pública y más pudiera hacerse en el cierre de brechas, en salud, alimentación, educación. Pero por ineficiencia no gastan el 100% presupuestado mensual, y al final del año algunas regiones no llegan ni al 50% de ejecución. Por corrupción, en una sociedad sin valores, el Perú perdió S/24.268 millones en el 2023, más de 6 mil quinientos millones de dólares, -cuanto se pudiera hacer con ello-, según informe de la Contraloría. Existe mucha burocracia, poco calificada, porque no se ejerce la meritocracia. Es urgente una reforma del Estado. Es perentorio una campaña de formación en valores.

 

El problema es que se quiere reactivar con la inversión pública, pero su gestión es ineficiente, en un alto porcentaje. Son muy lentos en los procesos de liberación de interferencias y adquisiciones de predios, y muy dilatados los procesos de arbitrajes, que en sus tres cuartas partes son por obras públicas. Todo ello, por ineficiencia.

 

Pienso que para se haga una buena gestión de proyectos, se deberían hacer convenios con las universidades y con una supuesta exigente SUNEDU, pero con la contra reforma universitaria, ya no hay garantía de calidad. Con las universidades, porque se debería hacer uso de los activos del Estado. Si una universidad que recibe partidas del MEF (Ministerio de Economía y Finanzas) año tras año, no es capaz de gestionar buenos proyectos, mejor que la cierren. Que haya campeonatos inter universidades sobre gestión de proyectos y territorios, y así se va formando a jóvenes profesionales comprometidos con su país, en forma descentralizada.

 

Pienso que otro eje potente, para la reactivación económica, es el de la recuperación de la confianza. Cómo la recuperación de los sectores ha sido heterogénea después del COVID 19, hay que incentivar con medidas de facilitación, fortalecimiento y destrabe de la inversión privada, a los sectores más golpeados, entre ellos, la pesca, alojamiento y restaurantes, transporte, minería metálica, servicios prestados a empresa, hidrocarburos y manufactura primaria. Igualmente, iniciativas de impulso sectorial focalizadas, en algunos dónde tenemos ventajas comparativas: Minería e Hidrocarburos. Acuicultura y Pesca. Forestal. Joyería. Agroindustria. Turismo. Industria Naval.

 

Pero el problema es que la confianza no es fácil de recuperar, menos aun cuando el Perú y el Mundo ve con admiración las leyes en favor de la impunidad, cambiando, interpretando la constitución, cómo el poder de los votos de sus alianzas, se los permite, sin importarles para nada el desarrollo nacional, por lo que no sabemos cuál sería la respuesta de los agentes económicos, a estas supuestas políticas reactivadoras. Por su parte la CONFIEP declara que la inversión privada se encuentra estancada hace una década, por esta inestabilidad que genera la crisis política.

 

Buen problema nos enfrentamos, ya que, por los tres ejes de acción para impulsar nuestra economía, facilitación de la inversión privada, aceleración de la inversión pública y recuperación de la confianza, vemos severas limitaciones. ¿Cómo es posible que un país biodiverso, con rica historia, antigua civilización, con más de 5.000 años de presencia humana, excelente ubicación y con todavía grado de inversión, no logre un desarrollo sostenible? ¿Qué nos ha pasado? ¿Qué debemos hacer?

 

Lo primero es ser consciente de lo que tenemos. Davis Bellamy (1933), es un botánico inglés, fundador de Conservation Foundation, afirmó: “Perú es un país con una diversidad sorprendente en términos humanos y biológicos. Es un hecho que posee entre 82 y 84 % del mundo biológico”, “si pudiéramos salvar al Perú, podríamos rehabilitar el resto del mundo a partir de este país”. Creo que es más que contundente esta afirmación que resalta una de nuestras grandes fortalezas: nuestra biodiversidad.


 

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