La denominación tradicional de las regiones del Perú clasifica el territorio en costa, sierra y selva. La primera se caracteriza por tener tierras de perfil desértico, la sierra por sus significativas pendientes, y la selva por poseer tierras húmedas y con poca capa arable. Como afirma el Ing. Abelardo de la Torre, ex jefe de la ANA (Autoridad Nacional del Agua), más que un país con apropiado territorio agrario, lo que se tiene es una población rural con alta vocación agraria que ha vencido y vence distintas adversidades.
En estos espacios, funcionan 2.2 millones ele unidades agrarias, cuyos medios de producción son básicamente tierra, agua y capital. Estos factores - en el caso de los pequeños productores – son deficitarios y limitativos, por estas razones la pobreza es estructural en este segmento poblacional.
Pese a esta adversidad, el agro es parte del orgullo nacional por su diversidad, aporte al mundo y por su rol en la alimentación e industria nacional (durante la pandemia demostró su grandeza).
Un asunto central que restringe el desarrollo agrario y el de las familias que componen el sector, es el factor tierra en sus distintas manifestaciones, problemas o estadios: neolatifundios, micro y pequeña propiedad (97%), comunidades campesinas y nativas (18% de 6,274 y 31% ele 2,292 sin titulación, respectivamente), predios de propiedad privada (45% de 3,803,864 unidades sin títulos), tendencia creciente de alquiler de tierras por descapitalización de sus propietarios ( 40%), yuxtaposición de terrenos (concesionados versus comunidades nativas), tierras en litigio, predios abandonados, tierras deforestadas o invadidas, pérdida de frontera agrícola por expansión urbana, tierras en descanso por desgaste de fertilidad, miles de hectáreas de propiedad de MIDAGRI/DRAs (sin uso y con riesgo de invasión); también existen tierras salinizadas, inundadas, pendientes erosionadas; y, se constituye como graves amenazas la desertificación. el envenenamiento de suelos por el uso excesivo de agroquímicos y las tierras afectadas por el cambio climático. entre otros sucesos cruciales.
Los "promotores de la Segunda Reforma Agraria", se equivocan por no dar la debida atención a los múltiples problemas que se configuran alrededor del tema tierra y sus secuelas. Si se pretende el desarrollo del agro. estos trastornos deben resolverse de forma prioritaria: en caso contrario. no habrá producción, productividad, ni esperanza en muchas zonas en un futuro no tan lejano.
En esta álgida situación se hace inaplazable construir información regional -en base a variables e indicadores- tipologizando las dificultades (causas y efectos). lo que debe permitir tener un "Mapa de Problemas Sobre las Tierras Agrarias''. como una primera herramienta para enfrentar los diversos problemas. En esa línea, secuencialmente MIDAGRl debe generar políticas específicas, normas legales. promover el uso de tecnologías. aplicar estrategias y sensibilizar a la población con capacitación para gestionar con éxito estos graves obstáculos para el desarrollo.
Como parte de la agenda de políticas se propone los siguientes temas:
a) En principio. en la línea de equidad social. los esquemas de neolatifundios no deben constituirse en base a subsidios estatales. peor aún con desarreglos legales. como es obviar los derechos sociales de sus trabajadores: también es reprobable moralmente usar las utilidades logradas en el país -con beneficios tributarios y laborales- para invertir y comprar propiedades en otros países (como ha ocurrido con la compra de predios en Colombia. Uruguay. etc.).
b) Las pequeñas unidades agropecuarias, en su rol de unidades de consumo, producción, comercialización, deben poseer un tamaño, productividad y competitividad aceptable para tener viabilidad económica, con lo cual se tendrán las condiciones mínimas para su formalización. Mejorará el valor del terreno, se accederá a créditos y los mercados serán mejores, etc. (solo el 1% de los pequeños productores es formal).
En el Perú, el promedio de una UA es 1.3 has por familia, cuando en Holanda es de 8 hectáreas (entre el Censo 2002 y el Censo Nacional 2012 se evidencia que el tamaño de los predios se sigue reduciendo). A esta situación, se agrega la subdivisión de estos en 3 ó 4 partes. Si se desea revertir esta tendencia, solo existen dos caminos: a) se amplía la frontera agrícola en escala significativa, o b) se ingresa a un proceso de reconcentración razonable de la propiedad de la tierra (pasar de la exagerada micro propiedad a la pequeña o mediana propiedad). Hay que avanzar decididamente en esta tarea. Se debe proponer a los productores agrarios lo que quisiéramos para nosotros, así de claro.
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