Julio Schiappa Pietra / El Perú de la Candelaria
- Julio Schiappa Pietra
- 9 mar
- 2 Min. de lectura
A finales de 1982, el Alcalde de Puno, Jaime Ardiles, comprometió al futuro Alcalde de Lima, Alfonso Barrantes Lingán, para que apoyara la organización del carnaval de Puno. Proyectaba unir las celebraciones dispersas de los pueblos del Altiplano en un festival similar al de Oruro en Bolivia. Hombre de proyecciones, como buen maestro de escuela, Ardiles toco la puerta apenas Frejolito gano las elecciones el 11 de noviembre de 1983.
Un grupo del área de cultura de la municipalidad limeña fue destinado a Puno, para darle soporte a la organización de la festividad. Entre ellos Omar Aramayo, gran poeta puneño, quien creo la letra de la canción-himno del movimiento político que elevo al primer provinciano a la Alcaldía de Lima.
Así despegó el proyecto del Alcalde Ardiles, quien obtuvo apoyo de los puneños residentes en Lima y el exterior, para hacer viable la más grande fiesta andina del mundo. Proyecto de puneños, hecho por puneños, cuyo soplo de aliento lo dio un amante de la cultura viva, como fue el Alcalde Barrantes.
La cosa no quedó allí, el 18 de enero de 1985, cuando se puso la piedra basal andina en memoria del último gobernador Inka de Lima, Taulichusco, 200 puneños con pututos rindieron debido homenaje al origen andino de Lima.
Una digresión irónica. Este 18 de enero del 2025, Taulichusco fue ninguneado su lugar de honor en el Pasaje Santa Rosa, a media cuadra la Plaza Mayor de Lima. Se repuso una estatua-que no es de Pizarro- en un lugar prominente, reafirmando el hispanismo conservador y anti inka. Por un Alcalde, cuyo posible antepasado, Jerónimo de Aliaga, se hizo dueño de la casa del último Gobernador Inca en 1535. Además, fue el encargado del asalto final al Coricancha y del reparto del botín como tesorero del Rey. Simbolismo inevitable. ¿O no? ¿Somos mestizos o españoles? Excluir el legado Inka es un error. Y el "Pizarro" del Alcalde no es el conquistador del Perú. Es una estatua todo uso, de un caballero medieval de utilería. ¿Hay peruanos que aman solo una mitad del Perú?
En la última fiesta en honor a la Virgen de La Candelaria, participaron unos 70 mil danzantes, varios miles de músicos. Solo los integrantes de la comparsa “Los Centralistas” fueron 2,500 e interactuaron con 7 orquestas.
La fiesta de La Candelaria genera un movimiento económico inmenso, calculado en 350 millones al año. La festividad da trabajo, varios meses, a talleres artesanales encargados de confeccionar trajes, máscaras y todo tipo de parafernalia. Los ensayos ocupan a decenas de maestros de danza.
La fiesta de este año, en medio de los desastres políticos que azotan al Perú, demuestran la fuerza de nuestra civilización andina, una de las 6 fundadoras de TV la cultura del mundo. La capacidad de crear belleza y arte es la forma en que sus pueblos sostienen el alma del país. El Perú es eterno, La Candelaria lo demuestra.
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