top of page
Foto del escritorAnálisis Efectivo

Luis De Stefano / Dinero donde está tu boca (2 de 2)

La situación de la investigación agrícola en el Perú es cada vez peor y no da muestras de cambiar en el futuro cercano. El presupuesto institucional de apertura (PIA) del Instituto Nacional de Innovación Agraria (INIA) el año 2020 fue de 152.6 millones de soles significativamente menor que el del 2019 de 189.3 millones, una reducción de casi 20%.


¿Por qué la reducción? Simple, el actual gobierno, decidió que la investigación agraria no era tan importante. No debemos olvidar que los hacedores de políticas públicas hablan con los números del financiamiento que deciden asignar a un área determinada.


En los últimos días de la campaña presidencial que termina una de las propuestas para la agricultura más populares en la prensa y entre los opinólogos fue el de una segunda reforma agraria en la que la investigación agraria brilla por su ausencia.


En nuestra opinión este enfoque equivoca el fin de cualquier reforma o revolución en el campo: el aumento de la productividad. El Director General de la FAO, QU Dongyu, en el discurso de bienvenida al 8vo Congreso Mundial de la Agricultura de Conservación, instó a los participantes a “hacer las cosas diferentemente y encontrar maneras más inteligentes de producir más con menos”.


Producir más con menos nos aleja del enfoque equivocado en el uso de tecnologías obsoletas del siglo pasado.


Nuestra agricultura no necesita solo una segunda reforma, necesita una verdadera revolución tecnológica que incluya la adopción de variedades altamente productivas desarrolladas con las mejores herramientas biotecnológicas como la edición de genomas, el uso de prácticas de labranza cero o siembre directa, el uso de herramientas modernas incluyendo las últimas tecnologías de la agricultura digital y de precisión, el uso cada vez menor de insumos químicos sintéticos, entre otros.


Producir más con menos significa también poner más dinero en los bolsillos de los productores. Una política agraria que no logre eso está condenada al fracaso. La salida fácil de proteger la producción nacional con salvaguardas no es el camino.


El Perú está a punto de alcanzar la meta de $10,000 millones de agroexportaciones por año. Cerrar nuestro mercado puede tentar a otros a hacer lo mismo con nuestros productos. El camino es más tecnología de la mano con políticas que mantengan y atraigan a nuevas generaciones de productores al campo.


Por todo eso recibamos a los nuevos inquilinos del Midagri con un “muéstrame el dinero”, aumenta el presupuesto del INIA, crea un Fondo Concursable para que las universidades también participen de la investigación agrícola y en poco tiempo podamos ver también nuestras Startups agrotecnológicas “Made in Peru”.

Referencia:

El autor es Profesor e Investigador en la Universidad Peruana Cayetano Heredia.


7 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo

Comments


bottom of page