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Manuel Bernales / Paradojas de la democracia (2 de 8)


Gran parte del Siglo XX reconoció democracias de distinto tipo, que se negaban excluyentemente, en el marco de la organización de la comunidad internacional y la Guerra Fría: por un lado, las democracias occidentales con aliados no democráticos de África, Asia y América Latina y el Caribe, y por otro, la Unión Soviética y los regímenes satélites que pronto entraron en pugna con la República Popular China y sus aliados.

En América Latina hemos asociado la idea del régimen democrático con el régimen republicano. Pienso que este es probablemente uno de los pocos asuntos en los cuales las sociedades civiles y las políticas, incluyendo en las primeras grupos religiosos y empresariales, tienen un completo acuerdo.

Incluso los defensores de regímenes no democráticos, sean militares o civiles-militares del tipo Fujimori, no intentarían siquiera cambiar el régimen republicano.

Esta fusión de democracia con república no fue unánime al momento de constituir las repúblicas, al menos en el importante caso del Perú que en el albor de su independencia tuvo en el proyecto sanmartiniano, implementado por la misión Monteagudo a Europa, un propósito definidamente monárquico-constitucional, incluso con un Príncipe de una “Casa” europea; y no faltaron quienes quisieran restituir el Tawantinsuyo con un Rey- Inca en lo que hoy son las repúblicas de Ecuador, Perú, Bolivia y parte de Argentina.

Recordemos que en 1821 coinciden las independencias de México, el Perú y los actuales países de América Central -excepto Panamá que en ese entonces era parte de Colombia y Belice que era parte de la Provincia de Honduras, Hibueras, bajo posesión británica, consolidada hasta la actualidad-, y el Perú.

El Virreinato del Perú era el más extenso de la administración colonial española, concentraba importantes fuerzas militares, tenía aliados monárquicos definidos y aliados indirectos en los monárquicos constitucionalistas, todo lo cual constituía una serie amenaza a la independencia de esos pueblos y territorios y de los vecinos. Tomando partes del este Virreynato, especialmente, el Alto Perú, luego República de Bolivia, se había creado, con las reformas de los Borbones, el Virreynato del Río de la Plata. La denominación de Alto Perú, siguió en uso hasta comienzo del siglo XX.

Después de la Batalla de Ayacucho, 9 de diciembre de 1824, se sella la independencia de América del Sur, llevando a cabo un acuerdo estratégico entre los líderes San Martín y Bolívar y la coalición de actores sociales bajo el liderazgo del Libertador Gran Colombiano.

Bolívar, a diferencia de San Martín, tenía una concepción de “presidencialismo”, en el Perú se le dio carácter vitalicio en una de las primeras Constituciones del Perú y alimentó un conflicto entre nacionalistas y seudo nacionalistas por un lado y bolivarianos por otro; tal Constitución fue breve.

Simón Bolívar, pues, republicano a ultranza, era partidario de una organización estatal y un régimen de gobierno marcadamente presidencialista. Otros líderes militares y civiles de las nacientes repúblicas también lo fueron y ello nutrió extremos que llegaron a la autocracia y tiranías. La cita que a continuación se presenta, ilustra la medida en que el propio Libertador Bolívar justificaba sus medidas y decisiones de orden, que restringían obviamente libertades, en un contexto de guerra y de luchas políticas muy intensas escribió a un agente inglés de apellido Campbell, quien retransmitió el mensaje al Foreing Office:

“Creo que sin mucha exageración éste puede ser llamado el hemisferio de la anarquía (...) No dudo que semejante cúmulo de desórdenes contribuya a abrir los ojos de los ilusos y dé ocasión de ver claro a nuestros amigos de Europa, convenciéndolos al mismo tiempo de que mi conducta y principios son demasiado moderados para gobernar este país.” (Bolívar. Prólogo de Manuel Trujillo. Biblioteca Ayacucho. Venezuela. 1983) [1]



Referencias:

[1] Cfr.: “La ilusión del buen gobierno”. Manuel E. Bernales Alvarado y Víctor Flores García, Compiladores. UNESCO, 2004.


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