Minería sostenible para el desarrollo solidario
Mejorar, no empeorar la gestión
Para una buena minería, palanca central del crecimiento y desarrollo es menester cumplir con criterios estratégicos básicos que se han probado en procesos y resultados exitosos:
Campaña permanente por una cultura y ética de respeto, de no violencia, entre todos los actores públicos privados, Fuerzas del Orden y Ministerio Publico. Acuerdos fuera de la ley abonan a repetir los hechos que se quiere superar.
Unidad de doctrina, enfoque, inteligencia y gestión, no de recetas detallistas, formalistas, todo terreno, para asistencia a reuniones de emergencia y ulterior seguimiento de mera suscripción de actas. Superar el clientelismo metodologista en consultorías formales o puestos públicos basadas en entregables.
Equipos de promotores residentes de la inversión multisectorial para el desarrollo territorial, no viajantes a reuniones, en áreas territoriales realistas no de sola delimitación legal, porque los beneficiarios y otros actores viven en el terreno, no viajan al proyecto. El diálogo social deberá superar las restricciones físicas que impone la salud durante la pandemia. Por esta razón son indispensables inversiones en equipamiento e infraestructura segura para sanidad integral, transporte y comunicaciones, TICs.
Transparencia y rendición de cuentas de cumplimiento de acuerdos de todos los actores. La red del gobierno de la República urge ser ajustada en sus tres niveles porque las inversiones nacionales son para beneficio de todas las personas que viven en distritos, provincias y departamentos del Perú de cuyo patrimonio se trata. El interés superior del Estado no puede lograrse contra el interés de los que viven en un territorio donde se realiza una inversión minera u otra. Asimismo, el interés de la población del área o territorio no puede impedir el logro de un beneficio de interés nacional o superior.
A poco de iniciado el período constitucional expuse en prensa escrita, electrónica, radio, tv y foros lo que ahora reitero: el gobierno nacional ha desarrollado un discurso recurrente que solo por excepción se ha cumplido: ¡Quellaveco hace 8 años! La Mesa multiactores, que presidí, 2012, con 32 titulares y observadores como el entonces Defensor del Pueblo de Moquegua, aplicó criterios como los expuestos; luego Anglo American ratificó su voluntad inversionista. Se ha postergado inversiones nacionales por presiones locales y el Ejecutivo ha incumplido acuerdos con locales. Ejemplos sobran desde los años 2000. Se ve como enervada la gestión de transformación de conflictos en consensos duraderos para la inversión y desarrollo de un territorio geoeconómico mayor que las zonas de influencia directa e indirecta de cada proyecto. Obviamente esta es una tarea para el quinquenio venidero, pero que la gestión “residual” durante este período electoral debe facilitar.
La práctica de actas y mesas sobre diversos asuntos, más de mil acumuladas desde 2005, sigue vigente con todo el aparato burocrático y funcionarios en los tres niveles de gobierno. Desde antes del presente quinquenio, aprovechando los vínculos de trabajo con el sistema EITI y con el Banco Mundial, calificadas empresas privadas, ONGs y universidades, han desarrollado esquemas para promoción, mediación, facilitación y “planeamiento multicriterio” y “gestión de complejidad” para el “acondicionamiento del territorio”, como en rigor es llamado enfoque territorial, desde los años 50 del siglo pasado, solo que aquí se pretende una planificación sin sistema de planificación nacional, sectorial y regional, (más de un departamento), lo que es una quimera. Es hora de una visión nacional de Estado, sobre sectores y áreas inseparables para el desarrollo y la seguridad del Perú y los peruanos, superando criterios, enfoques y prácticas parciales que han probado su inefectividad y que no son portadoras de futuro.
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