DesafÃos de la planificación en épocas de incertidumbre
Desde la implosión de la Unión Soviética, 1989, se ha acentuado la idea de que existe un solo paradigma o razonamiento que explique las leyes de la economÃa. Este paradigma ha sido llevado al extremo: no sólo a la economÃa sino a otras esferas de la vida social y ha devenido un fundamentalismo económico, polÃtico, social y cultural. Sin embargo, los hechos y la mayor información a través de redes internacionales sobre realidades económicas en distintos paÃses del mundo y sobre éste mismo, mundialización, globalización, ha puesto en evidencia que una visión simplificada, unilineal y que hace abstracción de distintos actores de la actividad económica, social, polÃtica y cultural o los subordina a los actores que dominan en la esfera mundial y de las economÃas nacionales más desarrolladas, no solo distorsiona el conocimiento de la realidad sino que además, impide una acción eficaz para transformarla desde la perspectiva de los actores desfigurados u ocultados y de sus intereses. Por esta razón, ex profeso, deseo colocar en el contexto de la complejidad una reflexión de Wlodzimierz Brus (1969), importante economista polaco, crÃtico de la ciencia económica oficial en la Unión Soviética y paÃses que dominaba y que, salvando distancias, es posible, como otras premisas en otras disciplinas, aplicar o leer, como se suele decir, a y en otras circunstancias:
[...] la economÃa socialista debe tener un centro dirigente planificador que tome, al menos, las principales decisiones económicas y que coordine el complejo de la vida económica. Esto no significa, sin embargo, que sobre la base de determinadas relaciones de producción, en este caso delas socialistas, no se puedan aplicar distintos mecanismos de gestión de la economÃa, distintos métodos de organización de la propiedad colectiva de los medios de producción, distintos tipos de decisiones centralizadas y descentralizadas, distintas formas y medidas de participación de los trabajadores en la gestión de las empresas socializadas, distintos principios de configuración de las relaciones económicas entre empresas y distintas formas de incentivos económicos; además la experiencia indica claramente que la aplicación de distintas soluciones de modelo no es solamente posible sino que es necesario (Manuel E. Bernales Alvarado, «La transformación del Estado: problemas y perspectivas», en: Harris y Vilas: La revolución en Nicaragua, editoriales Era México (español) y Zed Books London (inglés), 1985; énfasis de MEBA)
Hay también otra razón que deseo explicitar: detrás de la discusión de proyectos, polÃticas, best practices o cómo se las quiera llamar, está presente siempre la aceptación o rechazo, en grados distintos, naturalmente, del orden económico, social y polÃtico prevaleciente y de los valores que lo sustentan. No hacer conciencia de esto en un panel o diálogo sobre planificación o sobre el tema general de la Escuela de Verano, serÃa intentar tapar el sol con un dedo. Gran parte de la literatura contemporánea, micro-económica, macroeconómica e intermedia, si cabe la expresión, trata de cómo humanizar el capitalismo salvaje en paÃses desarrollados o en paÃses subdesarrollados. Es más, los objetivos y metas de la comunidad internacional, por la correlación mundial de fuerzas, se define en este sentido y esto es natural y comprensible. Aún en planteamientos, propuestas, como las del Foro Social Mundial de Porto Alegre, no está muy claro qué se propone a partir del rechazo del capitalismo y de sus consecuencias, completamente naturales, de dominación, imperialismo o colonialismo, aunque no esté de moda llamarlas de esta manera y más bien exista hasta una cierta censura que es evidente, aunque no siempre sea señalada con claridad. De manera que, lo que más me interesa es afirmar que ningún paradigma de pensamiento opostulado de acción derivado de él, por muy complejo que sea, puede oscurecer algunos principios fundamentales de la actividad económica o de la polÃtica. En lo que sigue intentaré señalar algunos criterios o puntos de vista esenciales que me parece subsisten en la turbulencia o el mare magnum de ideas poco claras, de mixturas que omiten cuestiones fundamentales como la de los sujetos, la de los intereses, las del poder y las de las ideologÃas que son inseparables de las polÃticas, estrategias, u objetivos que se plantean para el desarrollo y la seguridad humanas (sobre el tema del desarrollo véase HenriBartoli, Rethinking Development – Putting an end to poverty, Ediciones UNESCO -Económica, MOST Programme, 2000).
 
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