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Miguel Dávila / La industria 4.0 es posible (2 de 2)


Debemos reflexionar sobre el rol del Estado como promotor de las tecnologías de fabricación digital, dado que hoy por hoy, la oferta de estas sólo se circunscribe al ámbito privado. El Ministerio de Producción debería ser el primero en tomar acción al respecto, dado que este nuevo hito en el desarrollo industrial marcará importantes cambios económicos y sociales en los próximos años, con cadenas de producción mucho mejor comunicadas entre sí y con los mercados volcados a la demanda. Si el país no inicia una promoción formal de estas tecnologías, pronto su competitividad se verá reducida, sucumbiendo ante las importaciones que las hayan integrado en su producción.


Se propone que el Estado en su rol promotor, democratice estas tecnologías, a través de: i) maquila que baje las barreras de entrada; ii) financiamiento flexible para la adquisición de este tipo de maquinaria y iii) soporte técnico y de gestión para lograr la sostenibilidad de la estrategia; pasos que detallamos a continuación:


1) El Estado, por ejemplo: desde la RED CITE del ITP del PRODUCE, los Tambos y PIAS del programa PAIS del MIDIS, podrían proveer las facilidades de maquilado (fabricación de los productos del emprendedor o MIPYME), lo que reduce las barreras de entrada de nuevas MYPES o emprendimientos al mercado. Eso sí, ese servicio de maquilado subsidiario debería restringirse a un tiempo adecuado (quizá un máximo de 1 año), para no propiciar la competencia desleal desde el Estado a otras empresas constituidas con inversión propia.


2) A la par de apoyar la producción de acuerdo al numeral anterior, estas plataformas podrían proveer la asistencia técnicas y acompañamiento, para que las MYPIMES y/o emprendimientos puedan acceder a beneficios y/o financiamientos como PROCOMPITE (En manos de Gobiernos regionales y municipales), INNOVATE Perú (Concytec y PRODUCE), AGROIDEAS del MINAGRI, entre otros, que con ciertas facilidades puedan facilitarles el acceso a bienes de capital (maquinarias, equipos, herramientas, insumos, pequeñas infraestructuras), que les permitan, en principio formalizar su producción, y como segunda derivada, dar un salto hacia la mayor productividad y competitividad.


3) Finalmente, a través de otros programas de apoyo a la formalización de las MYPES, en manos del PRODUCE, Ministerio de Trabajo, SUNAT, entre otros, proveer las facilidades técnicas de gestión, que les permita conocer ampliamente sus costos (de producción y operación) y cómo estos impactan en su producción, y qué parte de ellos pueden ser manejados. Asimismo, cómo dirigir saludablemente la gestión financiera y tributaria, que son los talones de Aquiles que terminan por aniquilar a una empresa poco preparada.



Los programas y plataformas del Estado ya existen, las normas que propician la inclusión de la innovación también, solamente falta voluntad y trabajo multisectorial y lograremos situarnos en el camino hacia una la nueva revolución industrial, rumbo al bicentenario.



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