No se aprobaron el adelanto de elecciones ni reforma alguna. Se quedan hasta el próximo año, al menos.
Ojalá se entienda que se tiene que contratar un equipo profesional de campaña. Empresarios chilenos financiaron parte del mismo afuera y trabajó afuera. Acá se tiene que hacer lo mismo.
Su tarea es evitar que capturen el poder total para quedarse con una asamblea popular. Bermejo sería el candidato del G2/Chavistas/Evo/operadores suyos. Trabajan con profesionales de campaña. Tienen dinero ilimitado por la cocaína y el oro ilegal. Antauro sería candidato. Si tratan de impedir que sean candidatos, buscarían otro con los mismos recursos. Y escalaría la crisis.
Actúan políticamente, más o menos, profesores, jóvenes y mujeres organizados, algunos políticos, ex alcaldes de distritos populares de Lima de Andrade y otros. No coordinan como deberían ni tienen un equipo profesional de campaña, encuestas, ni focus groups.
Sería ideal que algunos de los mencionados, dirigentes populares y otros actores organizados que sostienen nuestro país sean candidatos al Congreso. Sería ideal que algunas de las reglas informales con las que viven quienes sostienen nuestro país se vuelvan leyes. Se activan actores valiosos. Sería un grave error no sumarse a su liderazgo. Así debe ser. Ya dejemos el cuento. Ellos son los líderes.
Sería un suicidio no enfrentar, por fin, a profesionales con profesionales, políticos con políticos y líderes populares con empleados de mafiosos, que es lo que son muchos. Con ese grupo coordinado se deben ilustrar los principales proyectos de inversión que beneficien a la mayoría, el capital de impacto y los goles que se pueden meter en estos meses.
Sería momento de apelar a la esperanza. Con eso se ganan las campañas y se retoma el camino. Hacerlo ahora no tiene sentido. No hay estrategia. No se sabe qué decir ni cómo.