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Paskal Vandenbussche / Covid-19 y el futuro del capital social (1 de 3)


Publicado previamente en el portal tabajodigno,pe el 24 de abril 2020, bajo el nombre “Perú: Covid-19 y el futuro”.


La pandemia de Covid-19 cambiará drásticamente la cantidad y calidad de las relaciones sociales y, a su vez, influenciará fuertemente sobre el desarrollo social y la economía. En un artículo titulado “Pandemics and social capital: From the Spanish flu of 1918-19 to COVID-19” (Aassve et al. 2020), los autores indican que la disrupción social durante periodos largos deteriora la confianza social, lo cual tiene consecuencias importantes para la economía.


El Capital social

Similarmente, Matthew Continetti indica en su editorial, “The social costs of COVID-19”, publicado en The American Enterprise Institute, que “es razonable suponer que la pandemia de coronavirus tendrá un efecto no sólo en nuestra salud física y vitalidad económica. También, cambiará nuestra sociedad”. Esto en razón de que “las epidemias pasadas y los desastres naturales han tenido un alto precio no solo en vidas y dinero. También han debilitado las instituciones sociales y erosionado el "capital social"(Continetti 2020).


El Canciller de Singapur, Vivian Balakrishnan, dos semanas antes de que Singapur anunciara su cierre, afirmó en una entrevista: “Covid–19 es una prueba ácida de la calidad de la atención médica, el nivel de gobierno y el capital social de un país. Si alguno de este trípode es débil, quedará expuesto, y de manera despiadadamente por esta epidemia” (Roy Chowdhury 2020).


Y no debe sorprender que personalidades tan diversas (políticos, economistas y politólogos) indiquen que el Covid-19 tendrá un impacto sustancial en el plano económico y también social, porque un factor que los vincula es el de “capital social”. Robert Putman describió el capital social como “los aspectos de las organizaciones sociales, tales como las redes, las normas y la confianza que permiten la acción y la cooperación para el beneficio mutuo (desarrollo y democracia)”. La OCDE, similarmente, define este concepto como “las redes, normas, valores y opiniones compartidas que facilitan la cooperación dentro y entre los grupos”.


Diversos estudios han demostrado, por un lado, que las pandemias pueden generar un impacto negativo sobre la cantidad y calidad de las relaciones; y a su vez, este impacto sobre el capital social tiene efectos sobre el desarrollo económico y, más específicamente, sobre la productividad.


Si Matthew Continetti, del American Enterprise Institute, se pregunta si EE.UU. puede sobrevivir a una depresión del capital social (Continetti 2020), en el Perú debemos preguntarnos no solo como salir de la ‘depresión económica’, sino sobre todo cómo superar la depresión del capital social. Especialmente, considerando que en el Perú –incluso antes del Covoid-19– ya preexistía una depresión de ‘las redes, las normas y la confianza que permiten la acción y la cooperación para el beneficio mutuo’; es decir, de todo aquello que define el capital social.


El autor propone que la reactivación de la economía, cuya discusión actual está centrada en términos de “costos”, debe tomar en cuenta cómo invertir para fortalecer el capital social que permita “generar entendimientos compartidos, confianza y reciprocidad, que sustentan la cooperación y la acción colectiva en beneficio mutuo, y crean la base para la prosperidad económica”.


El fortalecimiento del capital social requiere de un verdadero diálogo, capaz de generar confianza, colaboración y acción colectiva entre los actores; requiere la cooperación y la coordinación del Estado, el sector privado y la sociedad civil, para generar el cambio social necesario.


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