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Pedro Chávez / Criar peces y no regalarlos 

  • Pedro Chávez
  • 26 ene
  • 3 Min. de lectura

De Regalar Pescados a Criar Peces: Un Nuevo Enfoque para la Política Social del Perú

 

El programa Qali Warma, concebido como una solución para combatir la desnutrición infantil en las escuelas públicas, se convirtió en uno de los pilares de la política social del Perú. Sin embargo, en los últimos años, este programa se vio envuelto en varios escándalos relacionados con denuncias de irregularidades en la distribución de alimentos, problemas de calidad y fallos administrativos. Estas situaciones, que afectaron directamente a miles de niños en situación de vulnerabilidad, desataron críticas hacia la capacidad del programa para cumplir sus objetivos.

 

Como respuesta a estas fallas, el Estado peruano lanzó Wasi Mikuna, un programa renovado que busca no solo garantizar la entrega de alimentos de calidad, sino también incorporar un enfoque más amplio y estructural hacia la seguridad alimentaria. Este cambio de modelo plantea una oportunidad para reflexionar sobre la efectividad de las políticas sociales y la necesidad de evolucionar hacia estrategias más sostenibles y orientadas al desarrollo.

 

El caso de Qali Warma ilustra las limitaciones de los programas de subsidio y asistencia, que a menudo se concentran en resolver necesidades inmediatas sin abordar las causas estructurales de la pobreza. La mayoría de los programas sociales en el Perú están diseñados bajo un sistema de subsidios o transferencias que buscan atender necesidades inmediatas como la alimentación, la educación, la salud y el apoyo económico a poblaciones vulnerables. Si bien cumplen un rol crucial en el alivio de la pobreza y en garantizar derechos básicos, estos enfoques tienen limitaciones al no generar autonomía económica ni soluciones sostenibles para las comunidades beneficiarias.

 

En ese sentido, es necesario avanzar hacia la creación de nuevos programas sociales que integren un enfoque orientado al desarrollo productivo. Estos programas deben combinar la atención a necesidades básicas con estrategias que fomenten la autosuficiencia, el acceso a mercados y la generación de riqueza, permitiendo a las personas superar estructuralmente su situación de pobreza y garantizar su bienestar a largo plazo.

 

Hacia un Nuevo Enfoque en la Política Social

Aquí es donde resulta pertinente analizar una de las máximas más conocidas sobre la ayuda y la autosuficiencia: “Dale un pescado a un hombre y comerá un día; enséñale a pescar y comerá toda la vida.” Aunque poderosa, esta frase no refleja completamente las complejidades del desarrollo sostenible en contextos como el peruano.

 

El desarrollo productivo sostenible requiere un enfoque más profundo que el simple acto de enseñar a pescar. Si bien enseñar a pescar proporciona las herramientas para que una persona obtenga su alimento, presenta limitaciones significativas. Esta solución depende de la disponibilidad continua de recursos naturales, como los peces, que pueden agotarse por la sobreexplotación o cambios ambientales. Además, no aborda la posibilidad de generar excedentes económicos ni de crear un sistema productivo escalable.

 

Por lo tanto, una política social que se centre en enseñar a criar peces no solo resuelve problemas inmediatos, sino que también construye las bases para un desarrollo integral y sostenible.

 

Basándonos en este análisis, proponemos una reformulación de la frase clásica que reoriente nuestra perspectiva:

 

“Dale un pescado a un hombre y comerá un día; enséñale a pescar y comerá mientras

haya peces; enséñale a criar peces y tendrá alimento y riqueza para toda la vida.”

 

Esta nueva perspectiva refleja un enfoque inclusivo, sostenible y orientado al desarrollo, adaptado a las complejidades y desafíos del mundo contemporáneo. Reconoce que el desarrollo no solo requiere de herramientas técnicas y conocimientos, sino también de un entorno habilitante que garantice el acceso equitativo a recursos, financiamiento y mercados. Además, promueve la colaboración entre actores públicos y privados, el uso sostenible de los recursos naturales y la capacidad de innovación local, asegurando que los beneficiarios de la política social puedan enfrentar los cambios económicos y ambientales con resiliencia y autogestión.

 

En función a lo expuesto, el paso de Qali Warma a Wasi Mikuna simboliza un esfuerzo por superar las limitaciones de los programas sociales tradicionales en el Perú. Sin embargo, es fundamental reconocer que no se pueden eliminar estos programas de la noche a la mañana. Existe un periodo de transición necesario en el que los programas sociales deben continuar desempeñando su rol mientras se implementan gradualmente estrategias más sostenibles y orientadas al desarrollo productivo. La propuesta no busca desmantelar el sistema asistencialista de inmediato, sino avanzar de manera paulatina y sostenida hacia un modelo que realmente saque a las personas de la pobreza, brindándoles las herramientas y capacidades para prosperar por sí mismas.

 

Para que este cambio sea efectivo, debe estar acompañado de una visión que priorice el desarrollo productivo como eje central de la lucha contra la pobreza. Enseñar a pescar es importante, pero enseñar a criar peces es lo que realmente garantizará un futuro sostenible y próspero para las comunidades más vulnerables del país.


 

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