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  • Victor Vásquez

Víctor Vásquez / Enfrentando a El Niño

Hagamos frente al niño global… pero con sabiduría


El Niño Global sigue afectando a vastas regiones del planeta, Organismos internacionales como la FAO dan cuenta que sus impactos agudizará la inseguridad alimentaria afectando a cientos de millones de personas que se sumarían a las que hoy padecen hambre; en América Latina, se estima afectará directamente a casi 8 millones de personas.

En el caso particular del Perú, el cambio climático y las variantes del Niño como el YAKU en el norte y la severa sequía en el sur andino siguen traslocando los mercados de productos agrícolas afectando a productores (sin ingresos y menor oferta de alimentos para su autoconsumo) y a los consumidores finales que ven reducidas sus compras por los altos precios.

El agro norteño sigue sin recuperarse de los impactos del YAKU y de los cambios térmicos; así reseña Jorge Arévalo, pequeño productor de 4 hectáreas de la zona de Yapatera (Piura) quien vio cosechar pérdidas en mango y limón al extremo de quedar insolvente para pagar sus créditos de campaña y ahora vive con el temor de perder sus tierra hipotecadas para el crédito; en Piura, se estima existen unos 40 mil Jorges, que esperan apoyo del gobierno porque el seguro agrario catastrófico resultó siendo una farsa. Miremos también Tumbes, arrocera por excelencia en donde el YAKU terminó afectando la calidad del grano y reduciendo los rendimientos en un 10-15 % y que a pesar de los altos precios en chacra terminaron tas con tas, como dice don Jimy Azañero, líder arrocero tumbesino.

Estas dos realidades, como cientos de miles existentes, siguen mostrando que en el norte las “heridas” del YAKU no han terminado de ser curadas, eso sí es una grave irresponsabilidad por parte del equipo conductor del MIDAGRI demostrando impericia y desconocimiento de los problemas agrarios que bien han podido ser revertidos trabajando de la mano con los productores y sus organizaciones en la búsqueda de las soluciones; ahora viene el Niño Global y ni siquiera se tiene un programa de drenaje parcelario para evitar la futura pérdida de cientos de miles de hectáreas de plantaciones (frutales, cultivos industriales), con el alto costo de inversión comprometidos por el agricultor.

Días pasados la Contraloría encendió las alarmas en cuanto a los trabajos de prevención que los tres niveles de gobierno tienen para ejecutar y hacer frente a los impactos negativos que terminaría causando el Niño Global; asimismo, el Gobernador Regional de Lambayeque calificó que los trabajos de prevención que realiza el MIDAGRI en los ríos de su región son inservibles y olía a corrupción, y el Presidente de la Comisión Agraria del Congreso don Eduardo Castillo recomienda mejor concentrarse en acciones que eviten las desgracias en las personas y los activos públicos y privados.

Ambas opiniones contrastadas con la realidad terminan dándoles la razón sabiendo que el 72 % de las entidades públicas (gobierno central y subnacionales) carecen de planes de prevención. Hecho delicado y doloroso para un país que teniendo recursos sean éstos mal invertidos; fácil comprobarlo cuando de los 1,100 millones dados al MIDAGRI éste solo haya ejecutado el 1,9 % y encima mal ejecutado con escándalos de corrupción. Otro ejemplo que pinta de cuerpo entero al sector es sabiendo que hace más de 30 días fueron asignados 285 millones para hacer frente a la sequía y hasta ahora la burocracia siguen planeando que hacer y mientras tanto los agricultores puneños (210 mil) siguen viendo morir su ganado o cuarteándose sus tierras por la sequía. A pesar de las buenas intenciones manifestadas por la presidenta Dina Boluarte y su Premier, la realidad y los hechos nos dicen que otros funcionarios de su propio gobierno son los actores principales que están atentando a la gobernabilidad y la democracia.

Entonces, creo que llegó la hora de actuar con responsabilidad en bien del Perú y de su agricultura en tanto esta actividad es estratégica para los alimentos y el empleo; estimaciones desde el MEF dan cuenta que el Niño Global causaría daños por 18 MM, pero lo que nunca se dice es ¿en cuántos años recuperaríamos toda la infraestructura perdida y dañada?; solo un botón, Pisco después del devastador terremoto, sigue sin lograr su reconstrucción.

No perdamos perspectiva sabiendo que la región norte y centro de la costa, donde concentraría los mayores impactos del Niño Global, es vital para la vida económica, social y política del país; son casi 620 mil productores (en su gran mayoría pequeños) que representan 28 % del total de productores agropecuarios; existirían alrededor de 850 mil hectáreas afectadas (20 % del total cultivadas); significan el 20 % del total de producción (menor oferta agrícola) y el 38 % de la riqueza generada agrícola (se perdería 8,500 millones).

Finalmente, desde la Defensoría del Productor Agrario señalamos que, estas cifras lejos de llevarnos a lamentos deben conducirnos a repensar en las estrategia y acciones a implementar para que, llegado el Niño Global sus efectos e impactos no sean bíblicos; pero recordando siempre que, recetas dadas por los mismos de siempre, como hasta ahora, solo permitirá cosechar desesperanza, hambre y dolor, cosa que el Perú y los peruanos no lo merecemos.



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