Crisis alimentaria / II parte1
7. Los mayores impactos de la sequía han sido a los productores de cereales y tubérculos, cultivos estratégicos en la composición de la oferta alimentaria y generación de ingresos.
8. Si bien el Perú es un país mega diverso2 por sus variantes agroclimáticas, el clima y el agua son dos elementos gravitantes en la agricultura; pero a raíz del cambio climático los efectos en las variaciones de la temperatura han acentuado los problemas, sobretodo en la sierra donde el frio y heladas intensas desencadenan pérdidas irreparables en cultivos y crianzas.
9. Otros fenómenos son las inundaciones y sequias, generando que la agricultura tenga abastecimiento irregular que condiciona las siembras estacionales, según zonas o territorios3.
10. La falta de infraestructura de almacenamiento de las aguas durante la época lluviosa se ve reflejada en algunos indicadores como: (a) el 64 % de la superficie agrícola está bajo condiciones de secano (4,5 millones de has) y el 36 % es bajo condiciones de riego (2,5 millones de has); y, (b) alrededor de 370 mil hectáreas bajo riego anualmente se dejan de sembrar por problemas asociados a la disponibilidad de agua4.
11. Todo ello genera un alto grado de vulnerabilidad a que está sometida la producción agrícola y las crianzas; con impacto negativo en la oferta (producción) agrícola interna, disminuyendo los volúmenes de abastecimiento a los mercados y consecuente variación de los precios finales para los consumidores (pagarían mas).
12. El grado de vulnerabilidad se puede apreciar, por ejemplo, en los cultivos bajo secano que componen la base de la alimentación de las familias productoras (Tabla 3).

13. La vulnerabilidad también pone en riesgo la alimentación y autoabastecimiento de las familias de los productores.
14. La sequía dejará sentir sus efectos en escenarios como: (a) menos alimentos para sus familias y los mercados, (b) menores ingresos, (c) perdida de su capital pecuario por la falta de alimentos y, (d) peligran las próximas siembras por no disponer de semillas (Tabla 4).
15. Se debiera cuantificar los efectos monetarios y no monetarios y estructurar un programa de intervención a corto plazo, orientado a que no se profundice el proceso de descapitalización en los productores. Obviamente, las acciones deberían implementarse con una sólida y coherente política de reducción/mitigación para el futuro próximo5.
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