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Victor Vásquez / Jorge Arévalo / Canon, pobreza y conflictos (1 de 7)

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Canon minero: Corrupción, Pobreza y conflictos sociales


“mentiras y falsas verdades de la algarada social”; “la corrupción, práctica corrosiva que destruye sociedades y engendra pobreza”; “los gobiernos que se dicen de izquierda, dejan sin esperanzas, destruyen sociedades ...y las inundan de sangre”. Mauricio Rosas


Antecedentes

El Perú del Bicentenario, vive uno de los peores momentos de su historia, signado por una trilogía perversa y concurrente formada por la corrupción, el mercantilismo e ilegalidad en la economía y, el neo terrorismo, que disfrazados de demandas sociales están generando inestabilidad social, política y económica y, además, alentadas desde las entrañas del propio gobierno. A seis (06) meses de un nuevo gobierno, por sucesión constitucional, ahora tiene que hacer frente a los impactos y pérdidas causados por los desastres climáticos, pero más por la incapacidad de las propias autoridades; en este escenario, muchos siguen preguntándose y culpan a otros acerca de las causas y a los actores, de la situación de convulsión social vivida, pero siempre sin llegar al fondo del asunto; prefieren escabullirse, para no reconocer, y se niegan a aceptar que forman y son parte del problema gestado a lo largo de los últimos 60 años.


Quienes en su momento aplaudieron al gobierno de la dictadura de los 60, hoy los encontramos convertidos en el nuevo segmento ideológico de la engañosa igualdad, con la diferencia de haber amasado fortunas con el gobierno de la dictadura, en donde el Estado (gobierno) significaba un gran botín para sus intereses; son los llamados izquierdistas progresistas - o nueva izquierda - quienes dijeron ser los políticamente correctos, químicamente puros y abanderados de la reserva moral del país; su poder económico los acomoda para establecer acuerdos con los empresarios mercantilistas y grupos dominantes de los medios de comunicación masiva. Su prédica y narrativa, basada en la igualdad de todos, está sustentada en su lirico discurso del “compromiso con los más pobres y excluidos por el Estado y el sistema” pero no son más que personajes dispuestos, llegado el momento como lo están ahora, a destruir al propio Estado y a nuestra frágil y débil democracia.

Esta masa de seudos justicieros sociales, tienen sus variantes, pero siempre alineados en el único objetivo de volver a disfrutar de un gobierno dictador y un Estado empresario - paternalista; guardan silencio cómplice frente al terrorismo y su mutismo frente al neo senderismo, pero activos participantes, de manera encubierta, en los actos de terrorismo (agitadores y financistas) y otros. Estos personajes son bastante activos para hacer uso y aprovechar las rendijas y libertades de la democracia y convertidos en sus voceros políticos; en suma, su meta fue, es y seguirá siendo la destrucción del Estado y del propio sistema, como lo sentencia la ideología que profesan.

Ahora referiremos al grupo de los llamados mercantilistas, quienes solamente aprendieron a hacer, y crecer, sus negocios a partir del copamiento de las estructuras del Estado (gobierno de turno), haciendo de la puerta giratoria su perfecta arma para amasar sus fortunas; estos mal llamados empresarios, son quienes pervierten la economía de libre mercado, haciendo que los ciudadanos vean en este modelo económico como el único y principal culpable de todas sus carencias e insatisfacciones.

Nuestra Constitución vigente no siendo perfecta, por cierto, señala un nuevo rol del Estado en la economía y sociedad, un nuevo enfoque que ha contribuido a reducir las grandes brechas de insatisfacción de necesidades e infraestructura heredadas de gobiernos anteriores. dictaduras y democracia populista (conviviente del terrorismo).

PRIMERA PARTE: EL CUENTO DE LA PROGRESIA

1. Narrativa para implosionar al Estado

A casi tres décadas de estar vigente la Constitución, cuyo marco legal descansa en un modelo de libre mercado sin descuidar el rol subsidiario del Estado en la economía, haciendo énfasis en su rol promotor como palanca para atraer las inversiones en tanto éstas constituyen en anclajes para lograr sanos y sostenidos procesos de crecimiento y desarrollo del país. Esta Constitución tampoco olvida el respeto y protección constitucional a los derechos ciudadanos, como son: el acceso a servicios básicos de salud, educación, agua, entre otros.

Sus logros2 son muchos: la reducción de la pobreza del 50 al 20 %, el incremento en el acceso a luz eléctrica de 40 al 94 %, el contar con saneamiento, la atención a 1.2 millones de pobladores vulnerables a través de programas sociales monetarios, otro logro muy importante fue pasar de 800 a 10 mil millones de dólares por agroexportación. Para los aún incrédulos ideologizados de la llamada “Progresía” debemos anotar que el Perú es la economía con, los mayores niveles de reservas monetarias3 en América del Sur y la más baja tasa de deuda, entre otros.

A pesar de estos avances y del crecimiento económico, es imposible negar que aún persisten brechas sociales, económicas y productivas, que demandan su solución; esta agenda pendiente sigue siendo utilizada como buen pretexto por los ideólogos, progresistas e izquierdistas radicales, para alentar el cambio de la actual Constitución Política, argumentando que es el origen de todos los males que el Perú adolece a lo largo de los 200 años de república. Con mala intención, los intereses de estos grupos políticos, no les permite entender y aceptar que el propio poder Ejecutivo, Legislativo y el sistema de Justicia, junto a políticos corruptos y malos empresarios y éstos mismos actores, fueron los encargados de torpedear los fines y objetivos de la Constitución vigente.

Para estos grupos ideologizados, progresía y extrema izquierda, su contrariedad contra la actual Constitución Política radica únicamente porque los resultados positivos alcanzados, significaron arrebatarles sus tradicionales espacios de clientelismo político, los pobres; su lógica política se plasma cuando sus iconos ideológicos señalan que, “atender a los pobres, es tener seguro su apoyo y sus votos4 …” o aquel cuando dice “..no conviene sacar de la pobreza, porque éstos luego irán a la llamada derecha..”, o cuando nuestros zurdos criollos dicen mentiras como “ se privatizará el agua o la educación o la salud,..”


La verdad, es que son estos sectores ideologizados de esta izquierda quienes, en la complicidad de políticos y gobernantes de turno, cargados de populismo rampante, se han encargado de “dinamitar” a la propia Constitución, llenándolas de iniciativas castrantes de la libertad e iniciativa económica, ahogándola en restricciones y normas propias de un Estado benefactor antes que alentar la profundización de la libertades económicas y ciudadanas. Por ejemplo, desde el Congreso y del Ejecutivo se dictan leyes de como participar en política, antes que legislar para que el derecho al sufragio sea una libertad del ciudadano; o de leyes para promover el verdadero desarrollo del emprendedor y desterrar la costosa tramitología; o para profundizar y fortalecer la acción promotora del Estado, promoviendo que las oportunidades sean para todos sin distinción.

Otro de los actores claves, que atiza el fogón del caos político y social y su secuela en la economía, son los llamados partidos políticos, éstos renunciaron a ejercer docencia política en la sociedad, porque sucumbieron al facilismo monetario lanzados por los empresarios mercantilistas, hoy bautizados con el apelativo de Derecha bruta y achorada (DBA); en esta línea, los llamados partidos terminan convertidos en guardianes y legisladores para los intereses de la DBA, haciendo que sus patrones acrecienten sus ganancias a partir del Estado; a esta malsana convivencia sin escrúpulos, para robarle al Estado, poco o nada les interesa solucionar las demandas de la sociedad.

La actitud de estos llamados políticos, es nefasta y atenta contra los preceptos del libre mercado y de una economía social que mandata la Constitución del 93; se dicen demócratas, pero sus intereses apuntan a debilitar a la democracia como sucede desde hace 25 años; dicen fortalecer a la democracia, pero son los primeros que, habiendo convertido a sus partidos en lo que se conoce como los” partido – empresa”, deforman la democracia haciendo uso de clientelismos y dadivas todo para llegar a tomar el control del Estado.


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