Perú Agrario
Modernidad, Atraso y Abandono
Generalidades
El Perú agrario es una convivencia entre la modernidad y el atraso en toda su extensión: el Perú agrario moderno, es resultante de la puesta en valor de las inmensas áreas ubicadas entre el desierto y las tierras eriazas de la costa, que desde los años 90 fueron incorporándose a la producción agrícola merced a la gran infraestructura de riego construidas entre las vertientes occidentales de los andes y partes medias de los valles; las represas de Gallito Ciego (Cajamarca - La Libertad), Chavimochic (Ancash - La Libertad), Olmos (Lambayeque) destacan como las de mayor impacto para el agro y los espacios sociales circundantes.
Obviamente, que sus propias limitaciones desde el punto de vista de suelo, exigía una nueva visión y enfoques para hacer de estos arenales zonas de producción competitivas, estas limitaciones no daba lugar para repetir las experiencias del pasado en cuanto a beneficiarios de estas cuantiosas inversiones públicas, como lo fueron Majes, Poechos, Tinajones y otras; estas inversiones fueron concebidas bajo un enfoque de asegurar agua a los beneficiarios de la propia reforma agraria, cuyos modelos asociativos terminaron colapsando y dando inicio al más grande proceso de parcelación de la propiedad de la tierra y a otros, repartiendo la tierra bajo el criterio de atender a los llamados “campesinos sin tierra”2. Estos resultados, desde el punto de vista estructural y económico, vienen a constituir las trabas o restricciones que siguen contribuyendo a tener una agricultura minifundista o llamada agricultura familiar, actividad económica desarrollada por una gran base social conformada por familias conviviendo en condiciones de pobreza y extrema pobreza.
Un Gran lunar en el rostro de la indiferencia
La agricultura moderna o llamada agricultura del arenal, ha sido gestada con base a un nuevo modelo de desarrollo sustentado en una combinación de instrumentos públicos que van desde la seguridad jurídica, tratamiento igualitario al capital de inversión, beneficios tributarios y de aseguramiento social. y el acompañamiento del Estado en la promoción y búsqueda de nuevos mercados, entre otros. Este rol promotor y de acompañamiento del Estado junto al expertise, tecnologías, gestión moderna y el capital invertido han conjugado para que el Perú sea considerado un estratégico proveedor de alimentos agrícolas en su estado natural y en formas procesadas, generando al mismo tiempo una agroindustria altamente competitiva.
Esta agricultura, además de generar valores agregados, también está contribuyendo significativamente a nuevos procesos de investigación y desarrollo de tecnologías no solamente en el campo agroindustrial sino a algo importante, estar reconfigurando nuevos portafolios productivos, demostrando que el Perú es el espacio ideal donde pueden prosperar diversidad de especies. Esta agricultura. ha demostrado ser capaz, de lograr el aprovechamiento de las inmensas ventajas comparativas existentes en el agro.
Los resultados de esta agricultura se reseñan en las cifras macroeconómicas, su contribución al valor exportado nacional, posiciona a la agricultura como la segunda actividad en importancia con más de 10 mil millones de dólares exportados, diciéndose que casi el 75 % del valor exportado tiene su origen en la producción de las casi 200 mil hectáreas de la agricultura moderna3. La diversidad productiva como una clara ventaja comparativa, hoy se expresa en el posicionamiento que se viene alcanzando en el mundo como ser el primer productor de arándanos, segundo productor de palta.
Las sinergias desarrolladas entre el Estado - sector privado y efectivas medidas promotoras y de seguridad jurídica, están demostrando su eficacia en el desarrollo de la actividad agraria, que, a pesar de sus riesgos exógenos, es competitiva logrando crecimientos importantes favorecidos por la intensidad en la búsqueda de nuevos mercados y acuerdos económicos suscritos por el Perú. En la actualidad, se tienen suscritos 21 Tratados de Libre Comercio (TLC) con países de economías desarrolladas así también, otros como los Acuerdos de Complementación Económica (ACE), y los AAE y de la Zona de Libre Comercio (ZLC) con la Comunidad Andina de Naciones; el Acuerdo Transpacífico y la Alianza del Pacífico. Estos Acuerdos Comerciales permiten que los productos agrícolas peruanos, lleguen a más de 133 mercados en el mundo, cuyos actores son más de 2,700 agroexportadores (2022)4.
La dinámica agroexportadora como generadora de empleo, es de gran importancia por la alta y permanente demanda de mano de obra para el desarrollo de las actividades, en fase de campo y en las plantas propias de su agroindustria; esta naturaleza de demanda laboral se vio estimulada a través de una legislación laboral ad-hoc permitiendo así generar cientos de miles de empleos adecuados y con niveles remunerativos superiores al promedio de similares actividades.
Entonces, el buen lunar de la agricultura del desierto representa para la economía: fuente importante de divisas y contribuye a la estabilidad económica; es gran impulsor de millonarias inversiones directas, y promueve una revolución tecnológica y productiva, constituyéndose en el buen ejemplo a seguir para otros segmentos productivos agrícolas (mediana propiedad); fuerte generadora de empleo y su innegable contribución a la reducción de la pobreza rural y urbana en los territorios aledaños a la industria agroexportadora. Estos innegables resultados constituyen el aporte social, económico y tecnológico de esta nueva agricultura para beneficio del país, y en particular, para mejorar las condiciones y calidad de vida para miles de familias, relacionadas directa e indirectamente a esta actividad.