IV. Equidad en los recursos: caso de las aguas
26. Nuestra posición geográfica con la franja costera, entre arenales y suelos agrícolas, dependiente de las lluvias de la zona andina; la sierra con una topografía propia y dependiente de una definida estacionalidad en los recursos hídricos; y, la selva con sus lluvias y abundante agua.
27. Pero la agricultura depende de la oferta hídrica, irregular en costa y sierra; de allí la necesidad de infraestructuras de almacenamiento de las aguas de lluvia que discurren desde la sierra hacia la vertiente del pacifico, en los 52 ríos costeros que forman los valles, base de la agricultura nacional;
28. La incorporación de nuevas áreas para la agricultura, como el caso de los arenales costeros, la escaza infraestructura nueva de almacenamiento de aguas, las antiguas ya en su ciclo de vida completo y el cada vez más irregular ciclo de lluvias están empezando a ejercer presión haciendo que el vital recurso se convierta en un permanente foco de conflictividad social entre los pequeños y medianos productores frente a la agricultura empresarial;
29. Este latente problema aún sin resolver es usado por sectores ideologizados de la izquierda para alentar desencuentros entre los productores y agro empresarios; en esta conflictividad existen actores que no asumen su rol y mucho menos su responsabilidad por alentar una agricultura con responsabilidad y equidad;
30. Si bien existen grandes empresarios agrícolas que, al adquirir las tierras eriazas por parte del Estado, también con los derechos de uso de agua derechos que, en algunos casos, buscan ejercerlo a costa de afectar al Estado y a los productores pequeños y medianos;
31. Lamentablemente el Estado a través de la ANA siempre han mantenido una disposición para favorecer a los grandes, actitud devenida de la convivencia y presión de estos grupos ejercida a los gobiernos y ministros de turno. En los valles es común escuchar a los productores referir que “… son estos señores empresarios los que deciden la suerte y designación de ministros …”;
32. Estos desencuentros cargados de inequidad, corrupción pública y falta de políticas alrededor del uso de las aguas, será graficada en tres situaciones concretas:
(a) Valle Chicama. El caso de una empresa agraria dominante, con casi el 35 % de la superficie agrícola del valle que logran en tiempo record autorizaciones de uso masivo de agua subterránea a través de la perforación de pozos tubulares con más de 150 metros de profundidad; al reducir la napa freática el impacto directo es “secar” los pequeños pozos artesanales de los productores; para estos últimos, no existe un Estado que acoja su demanda, mucho menos la ANA, MIDAGRI que va ajustando sus normas y actitud de sus funcionarios de acuerdo al “poderoso cliente”
(b) Valle Jequetepeque. El caso de una agroexportadora que, basándose en norma declarativa de estrés hídrico e incumplimiento de entrega del volumen “adquirido con la compra de sus tierras eriazas”, hizo la denuncia al ente público – PEJEZA, MIDDAGRI- exigiendo reconocimiento y el pago aduciendo la pérdida de 200 hectáreas de espárrago; obviamente que dicha denuncia fue acogida inmediatamente por MIDAGRI y PEJEZA quienes procedieron a pagar los daños ocasionados por el llamado estrés hídrico.
(c) Provincia de Huacho. Un “prominente” político y miembro de la Comision Agraria fue denunciado por extraer agua del rio mediante tuberías subterráneas para evitar el pago por tarifa; el caso fue denunciado por pequeños productores de dicho valle, pero fueron silenciadas por la propia ANA. Ejemplo de un Estado que viene normalizando el latrocinio del agua, el abuso de poder y manejo de intereses;
33. Con solo tres ejemplos se aprecia la cercanía del empresariado al estado y la lejanía de los dos anteriores con los agricultores y la sociedad. Mientras existan empresarios para quienes el ordenamiento jurídico significa nada y servidores públicos que prestan sus servicios avalando las irregularidades, se mantendrá una “frágil convivencia”;
34. Por ello, la actitud del estado y de ciertos empresarios son ingredientes para que actores externos construyan versiones contradictorias en los espacios sociales, haciendo ver que la gran empresa agraria es la culpable de la falta de agua, llegando a plantear que su solución es retirarlos de sus territorios;
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