Keiko y Castillo: ¨El cisne negro, el impacto de lo altamente improbable¨
Las encuestadoras con su habitual estilo de manipulación de datos ante elecciones generales y/o locales, nos han vendiendo casi hasta el final de la contienda electoral, las posibilidades de acceso a la presidencia de la Republica de algunos candidatos cuyo incremento de aceptación por la población era básicamente a Lescano, el cual se iba consolidando, seguido de Aliaga, De Soto, Keiko, Verónica y Forshityh, sin atender al grupo de ¨menor aceptación¨, donde figuraba Castillo y este se movía cual caballo de ajedrez abriéndose campo entre los más ¨fuertes¨.
Y es así que fijamos nuestra atención, en los tres primeros mencionados, con la ¨alta probabilidad¨ de lograr los dos primeros puestos en la carrera electoral, sin imaginar que la señora K ¨remontaría¨ en unos días entre los ¡dos primeros lugares! ….. pero, pero…. ¿cómo lo hizo? ¿que hizo?, dado el sitio remoto que ocupaba en las encuestas, sumado a ello el gran rechazo peruano por su indeseable accionar ¨político¨ y otros cuestionados antecedentes, dejándonos perplejos y con grandes dudas de la veracidad de su primera victoria.
Por otro lado, mientras que Castillo recogió el voto de los eternamente olvidados, sin que la benevolencia de su apoyo electorero deje de estar salpicado de un trabajo de hormiga por fuerzas probablemente extremistas, que ya venían haciéndolo desde hace algunos años, favorecidos por el desencanto de una población frente a sus autoridades que se enfrascaron en grescas políticas, principalmente los últimos 5 años, sin prestar interés ni esmero por sus necesidades, desencanto que fue bien aprovechado por estos grupos de extrema izquierda para aprehender de un tejido social olvidado y encima fragmentado. Esta primera victoria del Sr. Castillo, también se sostiene en ¨lo novedoso es emocionante¨.
El resultado son las dos posibilidades como altamente improbables, no lo esperábamos, y es que estamos inevitablemente ante dos posiciones completamente divergentes.
Pueda ser que el estado a lo largo de las décadas no haya magnificado su accionar a lo más precario de la sociedad, pero también los que han surgido de la pobreza y con mucho esfuerzo para alcanzar una posición social con un poco más de comodidad y otros que nos hemos mantenido o hayamos mejorado para juntos formar nuestra ¨clase media¨, también nos hemos olvidado de los que no tuvieron las oportunidades de mejora social, ¿egoísmo? ¿soberbia? ¿enajenación social? ¿desinterés?, y todo lo demás que como humanos en una mejor situación desdeñamos de los que necesitaron darles la mano o ayudarlos a mejorar su calidad de vida, que de alguna manera teníamos más posibilidades de auxiliar, defender y protestar ante el desinterés político a los aprietos, carencias y escases de miles de peruanos que clamaban por mejores oportunidades para ellos y su familia; también fue nuestra irresponsabilidad contribuir con la precariedad social y de una manera importante hoy la vemos plasmada en los dos oponentes que solamente producen temor y miedo para un futuro cercano. Eran fiestas electorales, pero nunca con tanta desolación y confusión por un panorama tan incierto para nuestro país.