La violencia psicológica no es una forma de conducta, sino un conjunto heterogéneo de comportamientos, en todos los cuales se produce una forma de agresión psicológica.
- En todos los casos, es una conducta que causa un perjuicio a la víctima.
- Puede ser intencionada o no intencionada. Es decir, el agresor puede tener conciencia de que está haciendo daño a su víctima o no tenerla.
- La amenaza se distingue de la agresión, pero la amenaza es una forma de agresión psicológica. Cuando la amenaza es dañina o destructiva directamente, entra dentro del campo de la conducta criminal, la que está penada por la ley.
- La violencia psicológica implica una coerción, aunque no haya uso de la fuerza física. La coacción psicológica es una forma de violencia.
La violencia psicológica es un anuncio de la violencia física. Peor, muchas veces, que la violencia física. Porque el anuncio es la amenaza suspendida sobre la cabeza de la víctima, que no sabe qué clase de violencia va a recibir.
Principales causas de la violencia psicológica
- La violencia psicológica es muy común no solo en núcleos familiares, sino también en ambientes laborales, académicos e incluso en las relaciones de amistad.
- Las causas se pueden relacionar a la formación, pero también se puede decir que ocurre cuando la persona que ejerce la violencia psicológica no está presente en un sentido actitudinal y, por lo tanto, ejerce una presión y degradación sobre otros.
- Es así como se estimulan reacciones violentas. De manera que puede decirse que la violencia psicológica es causa precisamente por problemas para gestionar emociones y para desarrollar buenas actitudes.
- Esto indica que no solo la víctima de violencia psicológica necesita de terapia y tratamientos para escapar de los círculos viciosos de este tipo de violencia, sino también el victimario o victimaria.
Otras causas que deben tener en cuenta son:
- El alcoholismo
- Ignorancia y el desconocimiento
- Educación Deficiente
- No poder controlar los impulsos
- Falta de comprensión hacia otros
- La drogadicción
¿La violencia mental y la violencia psicológica son lo mismo?
No, aunque suelen usarse de sinónimos la violencia mental y la psicológica pueden tener sus diferencias en cierta medida, ya que la primera se refiere a toda persona que agreda la salud mental de la persona es decir todo lo que puede dañar mentalmente a la persona puede ser incluso violencia física (traumas), económica, sexual, emocional, etc.
Mientras que la violencia psicológica como ya se mencionó es un tipo de violencia que busca dañar a la persona de manera emocional, tratando de controlarla, humillarla, etc. Es importante identificar qué tipo de violencia pueden estar ejerciendo, por eso conoce alguno de estos ejemplos.
Algunos ejemplos de la violencia psicológica
Algunas veces las personas que nos rodean ejercen violencia psicológica sin darnos cuenta, es por eso que te compartimos un par de ejemplos en donde se hace presente este tipo de agresión
- Revisar el celular de tu pareja
- Monitoreo constante de la persona
- Invalidar tus logros, metas o pensamientos
- Insultarte en público sobre tu físico o forma de vestir
- Prohibir ver a amistades, familiares e incluso padres
- Limitar acceso a internet, teléfono y a convivir con otras personas
- Controlar las decisiones de la persona o incluso descalificarlas
La manipulación mental .- Esta forma de violencia supone el desconocimiento del valor de la víctima como ser humano, en lo que concierne a su libertad, a su autonomía, a su derecho a tomar decisiones propias acerca de su propia vida y de sus propios valores. La manipulación mental puede comprender el chantaje afectivo. En la manipulación se da una relación asimétrica entre dos o más personas. Es asimétrica porque una da y la otra recibe, una gana y la otra pierde. Las tácticas de manipulación incluyen amenazas y críticas, que generan miedo, la culpa o vergüenza encaminados a movilizar a la víctima en la dirección que desea el manipulador.
La agresión insospechada .- La agresión insospechada es una forma de violencia psicológica tan sutil y elaborada que se disimula y oculta entre las fibras del tejido social. La agresión insospechada es la que muchos agresores ejercen disfrazándola de protección, de atención, de buenas intenciones y de buenos deseos.
Una forma de agresión insospechada es la que ejercen las personas sobreprotectoras sobre sus protegidos. Les rodean de atenciones, de mimos y de cuidados, pero no les permiten desarrollarse como personas autónomas, no les permiten ejercer su derecho a la libertad, no les permiten escapar del entorno artificial que han fabricado para ellas.
Otra forma de agresión insospechada es la que ejercemos sobre nuestros mayores, cuando creemos que les mostramos amor y consideración dándoles tareas para «que se sientan útiles», como si no se hubieran ya ganado el derecho a dejar de ser útiles. Muchas personas agobian a sus mayores con demandas de ayuda, sin tener en cuenta que los mayores ya se han jubilado de esas tareas y tienen derecho a vivir sin trabajar. Muchos jóvenes tienen a sus padres como canguros continuos, privándoles del derecho de salir con sus amigos, de viajar a su gusto o de sentarse a no hacer nada, que bien se lo han ganado.
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