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Foto del escritorAnálisis Efectivo

Armando Pillado / Supremacismo blanco imperial

En la película documental 'La Revolución y la Tierra', aparece el colonizado mental Vitocho en una escena diciéndole ansioso al ex Rey Juan Carlos de España -un estafador sacavueltero oculto requerido por la Justicia, huído a Arabia Saudita- "yo también soy español", como su cortesano amigo Barnecehea el arribista palaciego. Una entrevista que trasciende las páginas sociales frívolas fue el domingo la de Oprah Winfrey, audiencia máxima en EEUU, a Meghan Markle, para entrar en el corazón racista de los descendientes de los imperios coloniales que esclavizaban sin piedad a nativos 'sin alma'.


España, Inglaterra, Holanda, Portugal, (Alemania y EEUU luego) basaron como España la mayor parte de su riqueza en la etapa preindustrial -la acumulación de capital originaria- en el despotismo militar, el abuso, las matanzas inmisericordes, el saqueo y la expoliación de personas y recursos, todo legitimado y bendecido por los 'representantes blancos de los dioses' en la Tierra, hablando en simple.


Meghan, una actriz mestiza desenvuelta y exitosa, duquesa de Sussex por su matrimonio con el príncipe Harry, denuncia con su marido el maltrato psicológico racista humillante de que fueron objeto ella y su embarazo, al punto de que se sintió 'cercada' y sin ganas de vivir. Su hijo desde el embarazo fue señalado como 'no digno' de ser príncipe por su raza 'no blanca' pura, y hasta alguien muy alto -a quien ella no quiere afectar (obviamente, el pavazo inútil decorativo, el suegro Charles)- le comentó ironizando agresivamente sobre 'qué tan negrito' pensaba ella que sería el futuro hijo, durante el embarazo.


Eso enfureció a la entrevistadora afro descendiente en un país como EEUU que carga todavía con ese lastre, encarnado en los seguidores de Trump. Coronas monárquicas de pacotilla, admiradas por la estupidez sumisa de algunos deslumbrados, los opus aliagas y afines. En Youtube hay varios videos con la parte en que Harry revela la soberbia displicente de la Reina, que se excusa con cualquier motivo ('no tengo tiempo') para no recibirlo a él y su esposa en una circunstancia importante para ellos, como comunicarle su retiro del entorno real.


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