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Carlos Ginocchio / Las palabras malditas 19


25. Maricón, en la RAE, es un insulto y hasta la edición vigésimo segunda, de 2001 lo define como sinónimo de 'sodomita'. Ante la protesta del colectivo gay en 2014, eliminó de la palabra "maricón" las acepciones "marica y sodomita" e incluyó la de "varón afeminado u homosexual".


Según Wikipedia, ‘maricón’ deriva del nombre María, símbolo de la mujer y frecuente nombre de pila en la España del siglo XVI. Es usado como sinónimo de hombre afeminado en la obra Vida del pícaro Guzmán de Alfarache, de 1599: lo que le vi el tiempo que lo conocí, te puedo decir. Era blanco, rubio, colorado, rizo, y creo de naturaleza, tenía los ojos grandes, turquesados. Traía copete y sienes ensortijadas. Si esto era propio, no fuera justo, dándoselo Dios, que se tiznara la cara ni arrojara en la calle semejantes prendas. Pero si es verdad, como dices, que se valía de untos y artificios de sebillos que los dientes y manos, que tanto le loaban, era a poder de polvillos, hieles, jabonetes y otras porquerías, confesaréte cuanto dél dijeres y seré su capital enemigo y de todos los que de cosa semejante tratan; pues demás que son actos de afeminados maricas, dan ocasión para que dellos murmuren y se sospeche toda vileza, viéndolos embarrados y compuestos con las cosas tan solamente a mujeres permitidas, que, por no tener bastante hermosura, se ayudan de pinturas y barnices, a costa de su salud y dinero. Y es lástima de ver que no sólo las feas son las que aquesto hacen, sino aun las muy hermosas, que pensando parecerlo más, comienzan en la cama por la mañana y acaban a mediodía, la mesa puesta. De donde no sin razón digo que la mujer, cuanto más mirare la cara, tanto más destruye la casa. Si esto es aun en mujeres vituperio, ¿cuánto lo será más en los hombres? ¡Oh fealdad sobre toda fealdad, afrenta de todas las afrentas! Libro Primero de la Vida del pícaro Guzmán de

Alfarache, Capítulo I En que cuenta quién fue su padre. 1599

Una anécdota del Nobel español don Jacinto Benavente: se encontraron Benavente y el Caballero Audaz por la acera de la calle de la Princesa. Se detuvo el Audaz. «Yo no cedo el paso a maricones». Benavente se bajó rápidamente de la acera: «Yo sí».

Wikipedia incluye también un comentario sobre la ‘reivindicación del término’: En un importante sector de la comunidad gay, al menos en España, se usa esta palabra entre los propios homosexuales sin ninguna carga peyorativa. Muchos llevan a cabo una reapropiación o reivindicación de «maricón» y otros términos con similares connotaciones frente a términos neutros como gay, como se hizo entre los angloparlantes con queer. Prefieren usar «maricón» porque consideran la palabra gay un eufemismo extranjero. Se registran varios ejemplos de este uso entre los personajes homosexuales de la película Cachorro tales como: «Hola, maricón» o «¡Por favor, cómo sois los maricones!».No obstante, ciertos términos con carácter peyorativo pueden dejar de tenerlo, según el contexto en el que se apliquen. Es el caso de su uso en el lenguaje coloquial entre personas con gran confianza entre ellas, en el que esos términos pueden ser un halago referido a la habilidad o astucia con que se ha realizado algo. Así, en España suelen usarse frases como «qué maricón eres/es», «qué cabrón eres/es» o «qué hijo de puta eres/es»; en Argentina es común tratar de «hijo de puta» a quien exhibe una cualidad o habilidad especial, y el término «maricón» suele usarse también como sinónimo de miedoso o temeroso, o aplicarse a alguien reacio a efectuar una determinada acción, aun de carácter lúdico, aplicándose incluso a las mujeres –«no seas maricona»–. En Perú, México y Colombia ha perdido también su carga peyorativa. En el caso de Ecuador, si bien es cierto el término ha perdido mucha de su carga negativa e incluso los heterosexuales varones lo utilizan para referirse a sus pares. Es necesario precisar que el término maricón se ha replanteado dentro de la comunidad gay ecuatoriana, específicamente se lo utiliza para designar de manera negativa a aquellas personas que no han salido del closet, mientras que el gay es el que se encuentra visibilizado. Agrego que, en Colombia, se utiliza en forma coloquial y amical: ‘¿cómo estás marica?’

La web etimologiasdechile.net nos relata lo siguiente: Marica como ‘mariquita’ y ‘mariquilla’, es diminutivo de María, muy empleado en España desde la Edad Media, y que al ser ‘María’ un nombre muy presente en los nombres de mujer, es casi sinónimo de mujer que aparece en multitud de compuestos (mariposa, marimacho, Maricastaña. Nota del autor: ‘mariposón’ en Perú). Así, la forma ‘marica’ llegó a ser sinónimo de chiquilla, rapaza o sirvienta. Desde los siglos XVI y XVII se llamó ‘marica’ a las muñecas de trapo que se manejan con hilos, e incluso al títere en general, por lo que ‘marica’ significa ‘marioneta’. Este es el único significado que recogen para ‘marica’ diccionarios como el de Palet (1604), Oudin (1607), y Vittori (1609). En 1620, Franciosini recoge el significado de afeminado, y en 1679 ya el diccionario de Henríquez distingue para ‘marica’ el significado de ‘cobarde’, e introduce ‘maricón’ con el sentido de ‘afeminado’. El primer diccionario de la Real academia que introduce el vocablo ‘marica’ es el de 1734, y su definición es muy ilustrativa: ‘se llama el hombre afeminado y de pocos bríos, que se deja supeditar y manejar aún de los inferiores’. Es obvio que en la primera definición de ‘marica’ confluyen los sentidos de ‘chiquilla’ y de ‘marioneta’, de títere manejable. Después, en 1787, el diccionario de Terreros identifica ‘marica’, ‘maricón’, y ‘mariconazo’, y para los tres da la misma definición: ‘se llama el hombre afeminado, embustero, zalamero, cobarde o amilanado’, pero sin ninguna alusión a las tendencias sexuales. Es a fines del siglo XIX cuando en algún diccionario se introduce, solo para ‘maricón’, el sentido de homosexualidad, normalmente con la designación sodomita (el diccionario americano de Zerolo de 1895) y parece una acepción americana, pues así lo especifica por primera vez el diccionario RAE de 1869. En Lima llaman ‘maricón’ al que sustituye a las mujeres en sus ocupaciones y en el sexo con actos impúdicos. Esta acepción americana es la que va apareciendo después para ‘maricón’, y no extiende a ‘marica’ hasta el DRAE de 1984, en que aparece para marica la acepción de homosexual.

En el Perú de las décadas de 1970 se denominaba ‘maricón’ al homosexual, y en el lenguaje popular pasó a convertirse en el ‘homosexual activo’, agregándose el vocablo ‘rosquete’ para el ‘homosexual pasivo’, y posteriormente, ‘maricón’ se extendió al cobarde, medroso, temeroso. Incluso, en los juegos escolares, se lanzaba el grito ‘maricón, el último’, que fue usado por primera vez en 1943 por el periodista español José MaríaGarcía. Pérez Reverte lo incluye en ‘La sombra del águila’: llegamos a la costa con el resto del regimiento y los daneses y los mondieus pegados a los talones, bang-bang y todo el mundo corriendo, maricón el último.

En ‘Los detectives salvajes’, el escritor chileno Roberto Bolaño, presenta lo siguiente: Dentro del inmenso océano de la poesía distinguía varias corrientes: maricones, maricas, mariquitas, locas, bujarrones, mariposas, ninfos y filenos. Las dos corrientes mayores, sin embargo, eran la de los maricones y la de los maricas. Walt Whitman, por ejemplo, era un poeta maricón. Pablo Neruda, un poeta marica. William Blake era maricón, sin asomo de duda, y Octavio Paz marica. Borges era fileno, es decir de improviso podía ser maricón y de improviso simplemente asexual. Rubén Darío era una loca, de hecho la reina y el paradigma de las locas. —En nuestra lengua, claro está —aclaró—; en el mundo ancho y ajeno el paradigma sigue siendo Verlaine el Generoso. Una loca, según San Epifanio, estaba más cerca del manicomio florido y de las alucinaciones en carne viva mientras que los maricones y los maricas vagaban sincopadamente de la Ética a la Estética y viceversa.


Silvio Berlusconi utilizó el término en forma despectiva: “Prefiero que me gusten las mujeres guapas antes que ser maricón”. Francisco de Quevedo ya utilizaba el término: “Y porque no lo tengan por maricón, ahaje ese cuello y agobie de espaldas; la capa caída, que siempre nosotros andamos de capa caída; ese hocico, de tornillo: gestos a un lado y a otro; y haga vucé de las g, h y de las h, g. Diga conmigo: gerida, mogino, jumo, pahería, mohar, habalí y harro de vino”.


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